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La campaña se parte en dos

La derecha solo habla de Bildu y se enreda en la ilegalización, mientras Sánchez intenta volver a la economía y contesta a Feijóo: “cada vez que el PP da por perdidas las elecciones recurre a ETA, no falla”

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, participa en un acto electoral este lunes en Vitoria. L. RICO (EFE)Foto: L. RICO (EFE) | Vídeo: Europa Press
Carlos E. Cué

Todas las campañas se planifican mucho, y casi ninguna sale como se esperaba. Nadie juega solo en estas dos semanas frenéticas que cada vez deciden más porcentaje de voto, porque según los expertos, la fragmentación ha hecho que los ciudadanos decidan cada vez más tarde. El PSOE tiene diseñada hace semanas una campaña de anuncios constantes, centrada en la economía y en la gestión del Gobierno. En temas de contenido real: vivienda, educación, sanidad, agricultura, pensiones. En precampaña, sobre todo alrededor de la ley de vivienda, Pedro Sánchez consiguió con esta estrategia dominar la agenda. Pero la decisión de Bildu de colocar en las listas municipales a 44 condenados de ETA, siete de ellos exterroristas con brutales delitos de sangre a sus espaldas, ha roto la campaña. La ha partido en dos.

La campaña de la derecha ya solo tiene a Bildu como único protagonista. La de la izquierda trata de volver a su carril, el de la economía (con datos positivos este lunes, cuando Bruselas elevó la previsión del crecimiento al 1,9%, casi el doble que la media europea) y la gestión del Gobierno, aunque no puede evitar del todo la presión de la derecha. El propio Pedro Sánchez, que había hablado del tema en la Casa Blanca el viernes para condenar la decisión de Bildu pero lo evitaba en los mítines, ha tenido que entrar este lunes en Vitoria, al ver que el tema no para de crecer mediáticamente, para intentar zanjarlo: “España lidera el crecimiento de la zona euro, con tasas de empleo récord. ¿Cuál es la respuesta del PP? ETA. Cada vez que la derecha da por perdidas las elecciones siempre utilizan el mismo argumento, el de ETA. No falla. Tengo una pésima noticia para la derecha. La democracia española derrotó a ETA hace 12 años. Con un Gobierno socialista, con Zapatero y Rubalcaba y un lehendakari socialista, Patxi López. Eso es lo que no pueden soportar. Hay que tener mucha paciencia, hay que hacerse cargo de su frustración. Llevan cuatro años anunciando un apocalipsis que nunca llega”.

En el cuartel de campaña del PSOE intentaron mantener su estrategia unos días y obviar este asunto, pero fue creciendo tanto que el presidente ha tenido que entrar. Sánchez tiene mañana un cruce con Alberto Núñez Feijóo en el Senado y el miércoles aún tiene sesión de control en el Congreso con Cuca Gamarra. No hay ninguna duda de que el PP estirará el tema Bildu porque cree con él que puede lograr unificar y movilizar el voto conservador, pero también desgastar al PSOE en el voto más centrado, el más limítrofe.

En los últimos meses, la sangría de votos socialistas hacia los populares que se vio en Andalucía y detectaron las encuestas entonces, de hasta el 10%, se había cortado. Los socialistas se han ido recuperando ligeramente a medida que la imagen del propio Feijóo se iba desgastando en las encuestas. Pero el PP cree que ahí aún hay un filón, y lo apurará hasta que pueda, entre otras cosas porque cree que Sánchez no va a decir lo que ellos le exigen, esto es, que nunca volverá a pactar con Bildu. “Lo indecente es pactar con Bildu”, ha insistido Feijóo este lunes durante un mitin en Oviedo. “Pido el voto a los socialistas avergonzados”.

Este lunes hubo maitines, la reunión del núcleo duro de Sánchez. Ahí se decidió que había que entrar a contestar al marco de campaña que plantean el PP y Vox, pero también hubo optimismo: los estrategas del presidente están convencidos de que este asunto de ETA, en 2023, no mueve un solo voto. Si el PP solo tiene eso, explican, el PSOE y Sánchez con su estrategia de anuncios, economía y defensa de la gestión del Gobierno tiene fácil ganar la campaña. Porque los anuncios, creen en La Moncloa, aunque mediáticamente puedan quedar opacados por la polémica de Bildu, llegan a todos los afectados. Y los datos económicos son reales, los ciudadanos perciben la mejoría. Mientras, Yolanda Díaz, que este martes se hizo fotos tanto con Podemos como con Más Madrid, en un complejo juego de equilibrios, también reivindicó la gestión y sobre todo su reforma laboral: “pido al señor Feijóo que rectifique lo que dijo sobre las previsiones de crecimiento. La Comisión Europea señala que parte del crecimiento se debe a la buena situación del empleo. El PP debe rectificar”.

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Desde la cúpula del PSOE admiten que con Bildu, Feijóo al menos tiene un tema de campaña, porque creen que antes no tenía ninguno con fuerza. Pero sostienen que no mueve votos y sobre todo que a quien puede beneficiar realmente es a Vox, que siempre será más duro que los populares en estos asuntos y rentabiliza mejor las situaciones de tensión, como se vio en 2019, cuando se votó en plena crisis por las protestas contra la sentencia del procés, con las calles de Barcelona incendiadas, y el grupo de Santiago Abascal llegó a 52 diputados.

De hecho, el PP ya ha tenido un cierto enredo interno porque, como es habitual, Isabel Díaz Ayuso siempre va más lejos que nadie y se acerca a Vox, mientras Feijóo busca una posición más abierta que le suele llevar a abrir debates internos hasta que finalmente se acerca a la línea más dura por la presión mediática. En este caso el debate es sobre la ilegalización de Bildu. Vox la pidió desde el primer momento, aunque nadie explique qué vías jurídicas habría para hacerlo, dado que los exterroristas que ha presentado Bildu han cumplido sus condenas. Feijóo primero dijo que “había que hacer algo”, luego pidió que la Abogacía del Estado lo estudie, y poco a poco fue dando pequeños saltos hasta llegar a la posición de este lunes: “Debemos aplicar la ley electoral y la de partidos y si esas leyes conllevan declarar ilegales las listas que incluyan condenados por asesinato, resolvemos el problema; pero si facilitan que sean elegidos, esa ley es indecente y hay que cambiarla”. Esto es, no ilegalizar a Bildu, pero sí intentar impedir las listas y si no cambiar la norma en plena campaña y con las listas ya presentadas, algo poco viable. El PP gobernó siete años desde el fin de ETA, cuatro con mayoría absoluta, y nunca creyó necesario tocar estas leyes.

Ayuso, menos interesada en los matices, fue mucho más directa que su líder: “Hay que plantearse el hecho de que se puedan presentar y hay que volver a plantearse incluso su posible ilegalización”. Además, dio por hecho que incumplen la ley de partidos. En esta carrera sin frenos, Esperanza Aguirre, que reapareció en la pradera de San Isidro, la fiesta patronal madrileña, fue capaz, como siempre, de subir un peldaño más. Dijo que estas listas son ilegales, sin dudar, y mirando a cámara usó uno de los hits de las redes más ultras: “Sánchez, ¡que te vote Txapote!”. La competencia acaba de empezar, la campaña lleva solo cuatro días, pero habrá que echarle mucha creatividad para subir el nivel que alcanzó este lunes.

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