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La UCO le refresca la memoria al ‘Yonqui del dinero’ y afirma que les contó que Rus le pidió que huyera

La Guardia Civil recupera la primera versión de Benavent en el caso de los trabajadores ‘zombis’, en la que reconocía su implicación y la de otros dirigentes del PP

El expresidente de la Diputación y del PP de la provincia de Valencia Alfonso Rus (1i), y el exgerente de la empresa pública Imelsa, Marcos Benavent (3d), durante un juicio por las piezas de los llamados 'zombies' de Imelsa y Ciegsa.
El expresidente de la Diputación y del PP de la provincia de Valencia Alfonso Rus (1i), y el exgerente de la empresa pública Imelsa, Marcos Benavent (3d), durante un juicio por las piezas de los llamados 'zombies' de Imelsa y Ciegsa.Rober Solsona (Europa Press)

El ex gerente de la empresa pública Imelsa Marcos Benavent, también conocido como Yonqui del dinero, se ha reencontrado este viernes con su antiguo yo, con el que, arrepentido, estaba dispuesto a “sacar mierda a punta pala” de la época en la que el PP gobernaba en las instituciones valencianas. Lo ha hecho obligado por la declaración de dos agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el juicio por los trabajadores zombis de la Diputación y la Generalitat, que se celebra en la Audiencia Provincial de Valencia. Uno de los dos testigos ha recordado en el juicio cómo Benavent reconoció que contrató a esos trabajadores que nunca habrían ejercido como tales y que lo hizo por su propio interés pero también por el de otros, como el del expresidente de la Diputación Alfonso Rus y sus colaboradores y el de un empresario afín.

El agente de la UCO ha desvelado que Benavent les reveló también que fue Rus quien le empujó a que se marchara al extranjero al tener conocimiento de que se le estaba investigando. Según ha confirmado, les contó que “Alfonso Rus y otras personas” le advirtieron a finales de 2014 de que estaba siendo investigado y debía “dejarlo todo solucionado” e irse del país.

El exgerente de Imelsa entre 2007 y 2014 se marchó a Ecuador en diciembre de ese año, regresó a España tres meses después y cerró un pacto de colaboración con la Fiscalía Anticorrupción del que renegó hace unos meses tras un cambio de abogado. De hecho, en su declaración en este mismo juicio el pasado día 26 de enero, Benavent dijo que ni Rus ni nadie le pidió nunca contratar zombis y tampoco conoció su existencia.

También defendió que los audios que grabó al expresidente de la Diputación y a otros compañeros de partido, y que sustentan buena parte de esta y otras piezas de las investigaciones del caso Taula, fueron manipulados por él y su exsuegro y que éste se los robó. Según su nueva versión, todo fue una trama urdida por su exabogado y por la Fiscalía Anticorrupción para tratar de salpicar a cuanta más gente mejor.

Pero la UCO ha asegurado en el juicio que la versión que les dio no fue esa. “Benavent explica en una de sus declaraciones, en 2015, que una de las cosas que hizo como gerente de Imelsa fue contratar a personal que realmente no desempeñaba ninguna función en la empresa. Por eso pedimos datos a la Seguridad Social, a la Agencia Tributaria... Muchos de estos contratados eran asesores, y determinamos quiénes eran y cuál había sido su trabajo real”, ha declarado este testigo. En aquella declaración, según la UCO, nombró a Rus, a su jefe de gabinete Emilio Llopis y al empresario José Vedri como impulsores de esos contratos. Una decena de esos trabajadores ficticios y Vedri han reconocido esta manera de actuar. Además, según contaron, Benavent les aseguró que había grabado audios de otros políticos desde su época como concejal de Rus en el Ayuntamiento de Xàtiva.

A vuelta con los ‘pendrives’

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Las defensas de Rus, de Benavent y de otros de los acusados, que no han reconocido los hechos, han tratado de aprovechar la declaración de la UCO para desacreditar los audios, aunque en la sentencia del caso Thematica Events la Audiencia Provincial además de condenar a Benavent a casi ocho años de prisión los ha avalado.

La entonces diputada de EU y actualmente consejera Rosa Pérez Garijo entregó en su día a la Fiscalía un pendrive de la marca Kingston con los audios que le facilitó Mariano López, exsuegro de Benavent. Él se guardó otra memoria, de la marca Intenso, que más adelante entregó junto al ordenador en el que supuestamente el exgerente habría descargado esos audios tras grabar a sus interlocutores.

La defensa de Rus ha asegurado que un informe pericial ha concluido que el contenido de las dos memorias portátiles no es idéntico, que la estructura de carpetas no es la misma y que hay archivos que están en uno y en otro no. Esa pericial ha concluido también que el ordenador entregado no sólo estaba vacío sino que no ha contenido jamás archivos similares a los de los pendrives.

El agente de la UCO ha asegurado que comprobaron que los audios analizados eran iguales en ambos dispositivos y que no se realizó un estudio del ordenador porque no era importante. Pero también ha asegurado que le pusieron los audios en su día a Benavent, que nunca puso “reparos” a ninguno y que siempre les aportó “contexto”. Pero ese era su otro yo.

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