Los hospitales de Barcelona abrazan la FP para ajustar la formación a sus necesidades
Tras la creación de los institutos del Hospital del Mar y Vall d’Hebron, de aquí un año entrará en funcionamiento un tercero vinculado a Sant Pau
El imponente edificio modernista del instituto Vall d’Hebron que se alza junto a la ronda de Dalt de Barcelona, y que inicialmente había sido un orfanato, estrena este curso nueva etapa y una reforma, tanto en su interior como en la oferta formativa. El instituto se ha convertido este septiembre en centro especializado en ciclos formativos del ámbito sanitario, y forma parte de la tríada formada junto al instituto hospital del Mar y un tercero, que estará vinculado a Sant Pau y que se prevé que abra puertas el próximo año.
Los centros de FP en Barcelona están viviendo estos últimos años una reestructuración de calado, con el objetivo de concentrar los estudios del mismo sector en unos institutos específicos, y desvincularlos de la ESO. Una de las familias que saldrá más reforzada es la sanitaria.
El de Vall d’Hebron se estrena con unos 900 alumnos en la docena de ciclos formativos que ofrece. La directora del centro, Ester Giró, cuenta que han firmado convenios con el hospital Vall d’Hebron, pero también con Pere Virgili y Sant Rafael, pero no solo para que los alumnos realicen las prácticas, como pasaba hasta ahora. Centro educativo y sanitario han firmado un convenio en que se estrecha la relación y en la que ambos obtienen un importante beneficio.
Por un lado, el instituto se beneficia del material obsoleto de los hospitales, que estos cederán para que pueda ser reutilizado por los alumnos; pero también del personal sanitario especializado, que puede ejercer de profesor para ámbitos muy específicos. La proximidad también permite que los alumnos visiten unas instalaciones que no encuentran en el instituto, como el servicio de diálisis.
Pero si la formación se ve beneficiada, también los hacen los hospitales como futuros destinos laborales. Marisa Banyuls, coordinadora de práctica clínica del Hospital Vall Hebron, asegura que hasta ahora ya tenían firmados acuerdos con varios institutos de FP, pero el tener ahora un centro formativo de referencia permite reducir los interlocutores, cosa que agiliza la comunicación. “Los técnicos sanitarios tienen una formación muy corta, así que con estas alianzas logramos que estén lo mejor formados posibles y que realicen prácticas en un entorno real, como es el hospital”, apunta Banyuls.
Una de las principales ventajas es que modelan a los futuros profesionales según las necesidades del puesto de trabajo. “Los hospitales a veces nos piden perfiles muy específicos, y aquí podemos formar a los alumnos con estas especificidades, pero también podemos seleccionar a los graduados. Porque no es lo mismo trabajar en un hospital que en una residencia. Y no todo el mundo está preparado para trabajar en la UCI, así que buscamos el perfil que más encaje”, abunda Giró.
En pocos meses seguirá la misma senda un nuevo instituto (de momento no se avanza cuál será) que también estará especializado en temas sanitarios y que estará vinculado al Hospital de Sant Pau. Carmen Moreno, supervisora de laboratorios de este centro, explica que ya han firmado acuerdos con varios institutos de dentro y fuera de Barcelona para que alumnos de FP hagan las prácticas en sus instalaciones. Pero a partir del año próximo, si el calendario se cumple, la idea es que solo tengan como interlocutor el nuevo instituto. “Esto mejorará la gestión y la simplificará, porque ahora es realmente complicado encajar los horarios de los diferentes alumnos y las prácticas”, valora Moreno.
Desde Sant Pau también destacan como hecho positivo la posibilidad de ajustar la parte teórica con las prácticas. “A veces llegan alumnos para hacer prácticas a un servicio sin haber realizado una materia concreta, así que a partir de ahora podremos coordinar las asignaturas teóricas con la parte más práctica”, asevera Moreno.
Medio siglo vinculados
El predecesor de estos dos centros es el instituto Hospital del Mar, creado hace casi medio siglo al abrigo del centro sanitario del mismo nombre. La gran diferencia con los anteriores es que el conocido hasta ahora como instituto Bonanova está integrado dentro de la estructura del hospital: aunque los salarios los abona el Departamento de Educación, la gestión del instituto corresponde al hospital y la directora de las instalaciones educativas, Montse Blanes, forma parte del Consejo de Dirección de las sanitarias. “No somos una alianza, somos parte del hospital y ello nos permite estar al tanto de todo lo que se cuece, las necesidades, las novedades…”, explica Blanes.
Esta estrecha vinculación permite una relación más fluida a la hora de compartir recursos materiales y humanos. “Los profesores son gente que trabaja o ha trabajado en el ámbito sanitario y cuando tenemos que hacer prácticas en las que no tenemos maquinaria, como radioterapia, nos trasladamos al hospital a hacerlas”, abunda Blanes. Y estas sinergias también se aplican a la hora de modelar los perfiles profesionales que necesita el centro sanitario. “En esta profesión, saber realizar un procedimiento o una técnica es importante, pero también lo son las competencias personales, como la empatía o saber tratar a un paciente”, añade la directora.
Esta adecuación de la oferta y la demanda se ha plasmado en la creación de tres ciclos formativos hechos a medida de las necesidades del hospital: Laboratorio médico orientado a la investigación (necesitaban reforzar el perfil investigador de los técnicos de laboratorio), Documentación sanitaria y Radioterapia e imagen para el diagnóstico (se pedía que los técnicos de radioterapia también supieran interpretar las imágenes).
Con 900 alumnos, el instituto tiene cada año una fuerte demanda, de modo que esperan que la puesta en marcha de los otros dos centros especializados permita absorber estos estudiantes.
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