_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Programas políticos para las elecciones municipales en Barcelona

El autor apuesta, tras leer todos los programas, votar a quien se considere el mejor gestor

Elecciones Municipales Barcelona
Varias personas pasean junto a carteles electorales por el barrio de Trinitat Nova de Barcelona.Kike Rincón
Pablo Salvador Coderch

A pocos días de las elecciones municipales, Barcelona se enfrenta con sus propios límites. Cien kilómetros cuadrados, encajados entre el mar y la montaña, albergaban a sus 1.656.725 habitantes, a finales del año pasado, en 662.833 domicilios. Faltan viviendas y espacios libres, pero hay polígonos industriales obsoletos que son reconvertibles para construir y enverdecer. También convendrían centros urbanos nuevos.

Somos poco más de un millón cien mil electores posibles en el censo y hubo tres cuartos de millón de votantes efectivos en las anteriores elecciones de 2019, aunque este año podrían ser más. Ojalá.

He leído los programas electorales de los nueve principales partidos, casi novecientas páginas. Son desiguales hasta en su extensión, pues van desde las 235 páginas del de ERC hasta las ocho del PP.

En Barcelona, en 2021, había unos 811.000 vehículos a motor matriculados. Esquerra propone invertir la relación entre vialidad y movilidad, que es ahora de un 60% y un 40% respectivamente, por procedimientos tales como ensanchar aceras, convertir la Diagonal en un corredor verde, organizar peajes urbanos, o dejar un solo carril de circulación en las calles de 20 o menos metros de anchura. No sé yo.

En limpieza, la ciudad tiene recorrido de mejora. De nuevo, Esquerra propone un plan de choque que denomina “Brigada 100x100″, cien personas limpiando la ciudad durante cien días. El PSC propone algo parecido tras identificar las zonas prioritarias y los puntos negros de suciedad. Valents dice que revisará la contrata de limpieza, la cual cuesta, añade, 800.000 euros diarios. Y el PP quiere recuperar 600 papeleras.

La CUP propone el decrecimiento turístico y el policial, pero también quiere crear un nuevo cargo, el de Defensora del Animal (no humano, precisan). Además, intenta abolir la Diputación Provincial -aunque no tenemos competencias para eso- y el Àrea Metropolitana de Barcelona -otra vieja y mala idea que ya se le ocurrió al president Jordi Pujol en 1987-. Más de una vez habré pedido en esta página un alcalde metropolitano, como en Londres.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Generalizando, las derechas sugieren bajar impuestos del mismo modo que, simétricamente, las izquierdas quieren subirlos.

Junts quiere recuperar el Tramvia Blau del Tibidabo, pero, en contra de lo que sugieren Esquerra y Barcelona en Comú, rechaza el tranvía en la Diagonal.

Bastante suciedad es autoinfligida: el otro día, el conductor de un vehículo de servicio público lo detuvo cerca de mi casa, salió de él, cruzó apresurado la calle, y se puso a orinar entre dos contenedores de basura. A la mañana siguiente, cuando caminaba hacia mi facultad casi tropecé con docenas de latas, platos y restos de una merienda cena en unos porches.

El gobierno quiere acabar con las colillas en la calle, haciendo pagar a las tabaqueras; más drásticas, algunas ciudades japonesas prohíben fumar en la calle. En el fondo, son cuestiones de educación.

Pero ¿a quién votar? Las listas cerradas no ayudan y Montse Ballarín, colega universitaria y concejal competente, se ha retirado de la política. Voten a quienes tengan experiencia como buenos gestores.

Pablo Salvador Coderch es catedrático emérito de Derecho Civil en la Universitat Pompeu Fabra.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_