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La familia de Levi Davis, exjugador de rugby desaparecido en Barcelona: “¿Por qué han tardado siete meses en buscarlo en el mar?”

La madre y el hermano del joven lamentan la lentitud del caso y la dificultad para gestionar el duelo sin pruebas de su muerte

familia Levi Davis
Julie y Nathan Davis, madre y hermano de Levi Davis, el jugador de rugby desaparecido en Barcelona desde hace siete meses, este lunes en la capital catalana.

Lo peor, dice, son las preguntas sin respuesta. Y a Julie Davis, madre de Levi Davis, el jugador de rugby de 24 años desaparecido en Barcelona la madrugada del 30 de octubre, le tortura una en particular desde el pasado jueves, cuando los Mossos iniciaron una búsqueda en el mar para encontrar pistas: “¿Por qué han tardado siete meses en buscarlo en el mar?”.

La policía catalana trabaja desde la semana pasada en la costa barcelonesa para encontrar algún rastro que confirme que Levi cayó accidentalmente al mar, la principal hipótesis a la que llegaron los Mossos meses después de su desaparición. Lo vinculan con un aviso en el puerto de Barcelona la madrugada del 30 de octubre. Los empleados del crucero MSC Bellisima escucharon una voz pidiendo ayuda desde el agua y la Guardia Civil y Salvamento Marítimo rastrearon la zona aquel día y el siguiente. Sin hallar a nadie y después de certificar que no faltaba ningún pasajero, cesaron la búsqueda, y los Mossos descartaron inicialmente que se tratara de Levi. Pero el indicio, la sospecha, ganó peso de nuevo a medida que avanzó la investigación. La policía catalana asegura ahora que ha regresado al agua “ante la remota posibilidad” de encontrar algún objeto o pieza de ropa que demuestre que Levi es la persona que se precipitó en el puerto.

“¿Qué posibilidades hay de encontrar ahora alguna pista?”, se pregunta Nathan, hermano de Levi, que llegó junto a su madre el domingo por la noche a Barcelona. La familia asegura que pidió en enero a los investigadores que rastrearan el mar ante el avance del caso: la documentación de Levi apareció a las pocas semanas en la zona portuaria y las cámaras de videovigilancia del centro de la ciudad le situaron en aquella dirección. Más tarde, una torre telefónica del puerto ubicó la última señal de su móvil. “El rastro parece claro”, insiste el hermano, que a su vez agradece la intención policial a pesar de no tener esperanzas de encontrar nuevos indicios.

Julie y Nathan han pasado este lunes por la mañana por el puerto de la ciudad para seguir el rastro de la policía, que le aseguró que mantendría la búsqueda “unos días más”, y para continuar la grabación de un documental sobre el caso. Por la tarde, sin previo aviso, intentaron reunirse con los investigadores, pero ante la falta de novedades, no consiguieron cita. Fuentes de la institución aseguran que el responsable de la investigación no estaba. “Nos frustra un poco la falta de comunicación con la policía y la escasez de información”, lamenta Julie. Los Mossos sostienen que han mantenido una comunicación fluida con la familia y aseguran que les han tenido al corriente en todo momento de los avances de la investigación.

Seguramente no ayudó, admiten todas las partes, la entrada en escena a finales de 2022 de un grupo de investigadores privados que se prestó a ayudar a la familia. El gabinete de Gavin Burrows, reconocido en el Reino Unido, aseguró durante tres meses que la desaparición de Levi estaba relacionada con una mafia somalí, con una deuda de 100.000 euros, con un chantaje y que se aproximaba una detención inminente vinculada con el caso. La familia rompió finalmente con ellos en marzo por la falta de pruebas y ahora prefieren evitar comentar aquella relación. Jugador de rugby de primera división convertido en una celebridad tras participar en el concurso televisivo X Factor, todas aquellas informaciones sobre Levi fueron la comidilla de los tabloides británicos.

La investigación sigue abierta, aseguran los Mossos d’Esquadra, pero la familia desconoce cuáles son los próximos pasos. La espera les carcome. “Necesitamos tener la seguridad de que Levi ya no está aquí para seguir adelante”, pide Julie con aspecto cansado. “El no saber es lo peor. Todo está siendo muy duro”.

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Cuestionados sobre por qué realizaron la denuncia una semana después de su desaparición, Julie y Nathan sonríen: “Ocurría a menudo”, responden. “Levi estaba dos o tres días sin dar señal, y al cabo de unos días escribía por Instagram avisando de que había perdido el móvil y pidiendo un poco de dinero”.

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