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La Generalitat firma la paz con los profesores antes del 28-M: no tendrán que ir a trabajar a los centros la primera semana de julio

Las direcciones de Cataluña avisan que no tendrán tiempo de preparar el curso

El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, en la visita a un instituto, este jueves.
El consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, en la visita a un instituto, este jueves.GENERALITAT (GENERALITAT)

Los profesores catalanes no tendrán que presentarse a trabajar en los centros durante la primera semana de julio -que este año son cuatro días-. El Departamento de Educación y los sindicatos han acordado este jueves que el mes de julio vuelva a dedicarse exclusivamente a formación. Educación acepta así una reivindicación de los sindicatos, teniendo en cuenta que entre finales de junio y principios de julio se celebran unas oposiciones extraordinarias y muchos centros ejercerán de tribunales. Y al mismo tiempo, el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, se asegura la paz social a las puertas de las elecciones municipales del 28 de mayo.

El mes de julio -que para los profesores es laborable, aunque no lectivo- ha estado destinado tradicionalmente a formación y los docentes no asisten presencialmente al centro. Pero ya el curso pasado el departamento abrió el melón para que la primera semana de julio los claustros aprovecharan para preparar el curso siguiente, sobre todo ante el adelanto de una semana del inicio de las clases, que deja pocos días laborables en septiembre.

Pero la medida nunca gustó a los sindicatos y este punto ha estado presente en las negociaciones con el Departamento durante todo este curso. Educación es partidaria de aprovechar los primeros días de mes para avanzar los preparativos, teniendo en cuenta que los profesores ya se forman durante todo el año, y no todos ellos aprovechan este mes para realizar cursos.

El acuerdo finalmente ha llegado este jueves, cuando Departamento y sindicatos han consensuado los documentos de gestión y organización de los centros de cara al próximo curso. El principal sindicato, Ustec, ha revelado que “la presencia en los centros solo se podrá exigir en casos excepcionales y debidamente justificados”, y que esto afectará tanto a este año como al mes de julio de 2024.

La secretaria general de Educación, Patrícia Gomà, ha justificado la decisión en el hecho de que, debido a los diferentes concursos, “los centros no tendrán las plantillas el 1 de julio”. “Será un verano complicado porque estamos en el proceso de estabilización de interinos más grandes que se ha hecho nunca”, ha añadido. Precisamente en esas fechas se celebran una convocatoria de oposiciones extraordinaria en que se ofrecen 14.246 plazas. A ello, hay que añadir el concurso de traslados que está abierto y el hecho de que 300 centros educativos acogerán los tribunales de las oposiciones.

“Es conveniente dar un respiro a los profesores en este final de curso”, ha aseverado Gomà, al mismo tiempo que ha querido tranquilizar a los directores, por el poco tiempo que tendrán en septiembre para preparar las clases con toda la plantilla. “Las direcciones tienen todas las herramientas para preparar el curso”.

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Direcciones descontentas

Por su parte, desde la Junta central de directores asegura que entre las direcciones reina un “desencanto general” por el acuerdo. Los directores son conscientes de las dificultades de este año y, por ese motivo, habían propuesto al Departamento establecer la jornada intensiva en septiembre -durante una semana o todo el mes- e incluso retrasar el inicio de las clases. “Adelantar el calendario va a perjudicar a los alumnos, porque no se puede preparar el curso en condiciones en tres días”, asegura un representante de la junta, que también critica la falta de previsión de Educación. “Lo de las oposiciones hace tiempo que se sabía. Y no se ha hecho nada. Y al final se pacta algo con los sindicatos y ¿quién lo paga? Las direcciones”.

El adelanto del calendario escolar generó una oleada de crispación hace un año, que, aunque se ha ido desinflando con el tiempo, no ha desaparecido completamente. Con este acuerdo, Cambray se asegura tener a los sindicatos calmados durante un tiempo, especialmente a las puertas de unas elecciones clave para su partido, ERC, una formación que tradicionalmente ha copado el voto del colectivo del profesorado.

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