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Cataluña envió solo 2.500 ventiladores al 4% de centros para combatir las olas de calor

Escuelas y familias se quejan de que estos aparatos no resuelven el problema y reclaman soluciones más efectivas

Un ventilador en la escuela Auró de Barcelona, este jueves.
Un ventilador en la escuela Auró de Barcelona, este jueves.Carles Ribas

El curso escolar empezó más pronto que nunca -el 5 de septiembre-, pero lo hizo en medio de una ola de calor. En la escuela Auró de Barcelona el termómetro superó los 40 grados el segundo día de clases. Las familias del centro denunciaron el caso a través de las redes sociales. “Uno o dos días después nos llegaron los ventiladores. Fuimos de los primeros a tener”, recuerda la directora, Elisenda Lozano.

A raíz de las diferentes olas de calor que cocieron los centros educativos a finales del curso pasado e inicio del actual, el Departamento de Educación empezó a enviar a cuentagotas ventiladores a las escuelas. También anunció en septiembre la compra de estos aparatos, sin concretar ninguna cifra. Según datos de Educación a raíz de una petición de información pública, el pasado verano Educación envió 2.500 ventiladores a centros escolares. Concretamente, 72 aparatos durante los meses de mayo y junio, y 2.424 en septiembre. Los primeros los tenía en stock el Departamento, pero los segundos se compraron por un importe de 81.000 de euros. Estos ventiladores han llegado a 141 centros educativos, lo que representa un 4% del total de casi 3.400 escuelas e institutos públicos.

Gran parte de estos ventiladores de pie -2.000- se adquirieron vía concurso público resuelto el 11 de octubre con un valor de 62.872 euros. El encargo se tramitó por vía de urgencia, ya que, según se admite en los pliegos, “la Inspección de Trabajo requiere al Departamento de Educación a tomar las medidas adecuadas para resolver la situación”. Y es que la Inspección de Trabajo intervino a raíz de denuncia de familias, maestros y del sindicato CGT.

La escuela Auró fue una de las que recibió una inspección. Pero el centro asegura que los ventiladores de pie no son la solución. “Era insoportable porque lo que hacían es remover el aire caliente. Además, con el problema de tener enchufes suficientes. Esta no es la solución”, apunta la directora. Durante estos meses las familias del centro han estado luchando para encontrar una salida al problema. “Nos dijeron que para Semana Santa tendríamos ventiladores de techo, pero nada. Dicen, dicen, dicen, pero no hacen nada”, lamenta la docente.

Pero muchos otros centros no han visto ni rastro de los ventiladores. Como en la escuela Joan XXIII, en Les Borges Blanques (Les Garrigues), donde el calor aprieta de lo lindo. “Lo vivimos fatal. Por las tardes de mayo lo que haces ya es intentar sobrevivir. Durante la hora de Educación física dejamos los niños a la sombra e hidratándolos, no tenían ni ganas de jugar. Y todavía menos de seguir las clases, no están receptivos”, asegura Enric Farran, jefe de estudios. El docente admite que no pusieron ninguna queja, pero espera alguna solución del Departamento.

En la escuela La Roureda de Sant Esteve Sesrovires (Baix Llobregat) hace años que soportan las altas temperaturas, ya que, por su ubicación, el sol calienta el edificio todo el día. Ya hace tiempo que junto al AFA reclaman ventiladores e incluso el Ayuntamiento planteó instalar aire acondicionado, pero Educación no lo permitió, según explican desde el centro. Finalmente, entre el AFA y la escuela han comprado 28 ventiladores de pared, que el Ayuntamiento se han encargado de instalar.

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Por su parte, el Consorcio de Educación de Barcelona asegura que el año pasado envió 679 ventiladores a 51 centros de la capital, aunque no concreta su procedencia. En todo caso, el Consorcio empezó a enviar la semana pasado estos aparatos a diferentes escuelas, tal y como avanzó Betevé. Una de ellas es Els Porxos, cuyas aulas rozaron los 40 grados el pasado septiembre. Ahora cuentan con 10 ventiladores de pie. “Nos parece insuficiente porque no tienen casi potencia, no ayudan a bajar la temperatura, y solo se notan si estás a un metro de distancia. Entendemos que el aire acondicionado tiene un coste elevado, por sí pedimos ventiladores de techo”, reclama David Belmonte, presidente del AFA de la escuela.

“Inspección de Trabajo dijo que las medidas que se están tomando para luchar contra las olas de calor son insuficientes y que la solución no pasa por poner ventiladores”, apunta Pedro Mercadé, delegado del sindicato CGT, que interpuso la denuncia ante la Inspección de Trabajo. El sindicato pide que se acelere el estudio que se está haciendo sobre la situación climática de los centros y reclaman soluciones más definitivas, como mejorar el aislamiento y bioclimatización de los edificios escolares. Paralelamente, piden que se retrase el inicio del curso, para mitigar los efectos del cambio climático. “Avanzar el calendario ha empeorado el problema, y este año con clases por la mañana y tarde, la situación será peor”, asevera Mercadé.

Por su parte, el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, anunció hace unos días que el curso que viene se empezará a instalar aire acondicionado “en algunos espacios” en los institutos -ya que los edificios de las escuelas son competencia de los ayuntamientos-, a pesar de que hace un año cerró la puerta a esta posibilidad, aduciendo que la normativa no lo permitía. En todo caso, el Departamento tiene pendiente presentar un plan para hacer frente a los episodios de calor.

Estudio de los edificios

Desde el año pasado, un equipo de Investigación e Innovación en la Construcción del campus de la UPC de Terrassa trabaja en un proyecto de estudio de las condiciones ambientales en las escuelas. Se trata de un proyecto financiado con fondos del Estado y que, aunque no es un encargo del Departamento de Educación, sí cuenta como entidad colaboradora. Según explica una de sus investigadoras, Marta Gangolells, en marzo de 2022 se inició una campaña de estudio de los centros, que ha durado un año, y que ha servido para medir la temperatura y niveles de CO2 en las aulas. El objetivo es crear una guía para que los centros sepan cuándo abrir las ventanas, “pero también ayudar en la decisión sobre qué tipo de sistema de climatización colocar y dónde instalarlos”, indica Gangolells, quien asegura que el proyecto de investigación finalizará en septiembre de 2024.

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