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El servicio de atención a las víctimas de violencia machista de Barcelona irá a la huelga

La asamblea de trabajadoras del SARA prevé parar el 23 de febrero para pedir más recursos y aumentar la plantilla

El País
Barcelona -
Violencia machista Barcelona
Instalación en Barcelona contra la violencia machista, en 2019.Manu Fernandez

Las trabajadoras del Servicio de Atención, Recuperación y Acogida del Ayuntamiento de Barcelona, el equipo conocido como SARA, que atiende a las personas que han sido víctimas de casos graves de violencia machista, han dicho basta. La asamblea de trabajadoras ha decidido este lunes convocar una huelga para el próximo 23 de febrero, para pedir más recursos. En el comunicado de convocatoria del paro, las trabajadoras explican que, después de meses de conversaciones con el Institut Municipal de Serveis Socials (IMSS), no han conseguido llegar a un acuerdo. Denuncian que la plantilla es insuficiente, cosa que les impide ofrecer “un servicio de calidad”, y les provoca situaciones de estrés, transtornos de ansiedad y sobrecarga de trabajo.

El SARA es un servicio municipal que se internalizó en 2016. Según los datos del Ayuntamiento recogidos por Betevé, el equipo consta de 46 profesionales (en el año de la internalización, eran 27) y atiende a 1.300 mujeres y a unos 200 menores, un colectivo de personas que han sido víctimas de violencia machista. Cada mes se cubren 300 plazas de acogida, unas estancias urgentes que son imprescindibles para las víctimas.

En el comunicado, las trabajadoras señalan que el Ayuntamiento tiene la intención de ampliar el servicio, sin prever un aumento de la plantilla: “El Ayuntamiento ha hecho público un aumento del 54% de las plazas de acogida, un protocolo con la Guardia Urbana, y una nueva sede del SARA. Es previsible que con estas medidas haya un aumento de la presión a la asistencia. Todo esto sin una previsión de aumentar la plantilla”.

Las trabajadoras, que ya protestaron en 2020 por la falta de recursos, han optado esta vez por una huelga. Lamentan que no se respetan las ratios entre trabajadoras y usuarias, y que en los últimos años se ha contratado a personal temporal para salir del paso.

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