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El portero de la discoteca Sutton activó la atención a la víctima de la violación de la que está acusado Dani Alves

El protocolo No callamos frente a agresiones sexuales, al que está adherida la sala, funcionó

Discoteca Sutton, en Barcelona.
Discoteca Sutton, en Barcelona.JOSEP LAGO (AFP)

La mujer de 23 años víctima de una violación a manos, supuestamente, de Dani Alves, no tenía pensado salir de fiesta la noche en que ocurrieron los hechos, el 30 de diciembre. Había quedado con una amiga y una prima en un piso de la zona alta de Barcelona y, después de estar las tres “apalancadas” en el sofá, se animaron a tomar una copa en un bar musical donde les dieron una pulsera para entrar en Sutton. Llegaron antes de las 2.00, hora límite para aprovechar la entrada. Bromearon con el portero —“hoy no nos vas a dejar entrar”— y accedieron a la sala. Más o menos una hora después, las chicas se marcharon. La víctima tenía cara de circunstancias y el controlador de accesos, que no sabía nada de lo ocurrido, les devolvió la broma. “¿Qué pasa? ¿Mal de amores?”. No era eso.

El portero fue el primero que escuchó el relato de la chica, que ya entonces contó que había tenido problemas con una persona “muy importante”. Dijo que, en los lavabos de la zona VIP, el exjugador del Barça la había penetrado sin su consentimiento en una agresión sexual que, según muestran las cámaras de seguridad del local, se alargó durante 16 minutos. Pese al estado de agitación de la joven, la intención inicial de las tres a la salida de Sutton era irse a casa. Fue ese trabajador, sin embargo, el que intuyó que había ocurrido algo grave. Les indicó que no se marcharan y fue, de hecho, el primer filtro de un protocolo frente a agresiones sexuales que la discoteca aplicó a rajatabla y sin fisuras, según las distintas fuentes consultadas.

Alves, que se encuentra desde el viernes en prisión provisional por un delito de agresión sexual con penetración, era un cliente habitual de Sutton, tanto en su etapa como jugador del Barça como más tarde, durante alguna de sus visitas esporádicas a la ciudad. Frecuentaba la sala VIP, donde gastaba grandes sumas de dinero. Nunca, antes de esa noche, había dado problemas: según fuentes cercanas a la sala, no había tenido incidentes con otras mujeres ni había habido situaciones de mal comportamiento.

Tras la primera conversación con el portero, la víctima y sus dos acompañantes fueron trasladadas a una sala de Sutton para que se relajara. Allí las atendió el responsable del establecimiento. Alves ya se había marchado. Los Mossos d’Esquadra se presentaron en la discoteca y, de forma accidental, grabaron el testimonio de la chica, lo que ha acabado reforzando su credibilidad porque ya entonces expresó de forma espontánea los sentimientos que le estaba provocando haber sido víctima de una violación. Finalmente, fue acompañada al cercano Hospital Clínic de Barcelona, centro de referencia para agresiones sexuales en Barcelona. Allí entregó el vestido negro que llevaba puesto y los médicos redactaron el parte de lesiones, otro de los indicios que incriminan al futbolista.

El protocolo que se siguió tras la presunta violación de Alves recibe el nombre de No callamos y fue impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona en 2018 para indicar cómo debe actuar el personal delante de un caso de agresión sexual en locales de ocio nocturno, bares y otros espacios de encuentro. Este protocolo no es obligatorio, pero en Barcelona “el 80% de las grandes salas y el 50% de las pequeñas ya disponen de él”, destaca Joaquim Boadas, secretario general de la Federación Catalana de Asociación de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm), que explica que se trata de un protocolo “que anima a denunciar”. Consiste en atender de manera inmediata a la víctima, acompañarla a una sala dedicada a ello y una vez allí ofrecer una atención especializada, donde se puede alertar a las emergencias médicas o a los Mossos.

Sutton está adherida a ese protocolo y lo siguió de forma estricta y “modélica”, asegura Boadas. Desde el primer minuto se asistió a la víctima, se la puso en lugar seguro y se alertó a la policía. La discoteca “actuó de forma ejemplar”, dice el líder de la patronal, que expresó sus felicitaciones “al personal de seguridad y a la dirección del local”. “Gracias a esta rápida actuación se han obtenido una serie de pruebas importantes”, añade en conversación telefónica con este diario. La discoteca ha optado por permanecer en silencio, aunque su máximo responsable ya ha prestado declaración ante los Mossos d’Esquadra como testigo de los hechos. También lo ha hecho, entre otros, el camarero de la zona VIP, que ha dejado en evidencia a Alves al afirmar que sí invitó ―contra lo declarado por el futbolista― a las tres chicas a acercarse a su mesa.

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Boadas, que también lidera la patronal del ocio nocturno Spain Nightlife, anunció su intención de personarse como acusación popular en el caso para pedir una “condena ejemplar” contra el futbolista si se demuestra su autoría. Cree que una condena puede servir “como medida disuasoria”. “El caso Alves va a sentar un antes y un después en las agresiones sexuales en el ocio nocturno. Sabrán que esto no quedará impune”, añade.

Si hay peligro, pregunta por Ángela

Con el objetivo de prevenir el acoso sexual y las agresiones sexuales en espacios de ocio nocturno, la International Nightlife Association decidió implementar el protocolo conocido como Ask for Angela (pregunta por Ángela), nacido en 2016 en el Reino Unido. El procedimiento permite que toda mujer que se sienta en peligro, incómoda o acosada pueda acudir al personal del local o la barra y “preguntar por Ángela”. Automáticamente, con este mensaje discreto, se activarán las alarmas y el personal de seguridad socorrerá a la víctima.

Este protocolo se da a conocer gracias a varios carteles colocados en los baños para el público femenino, en los que figura el mensaje: “¿Estás siendo acosada sexualmente o te sientes incómoda? Dirígete a la barra y pregunta por Ángela”. Según explica la página web de Spain Nightlife, el personal de seguridad de los locales está formado para actuar en estas situaciones: deberán avisar a la policía en casos de mayor gravedad y a los servicios médicos si la víctima hubiera sido drogada o agredida, entre otros.

Cartel de la iniciativa Pregunta por Ángela, dice: "Hola, soy Ángela. ¿Estás en una cita que no está yendo muy bien? ¿Sientes que no estás en una situación segura? ¿Tu cita de Tinder o Plenty of Fish [otra 'app' para ligar] no es como decía en su perfil? ¿Parece todo un poco raro? Si vas a la barra y preguntas por Ángela, los camareros sabrán que necesitas ayuda para salir de esa situación y llamarán a un taxi o te ayudarán con discreción, sin mucho alboroto".
Cartel de la iniciativa Pregunta por Ángela, dice: "Hola, soy Ángela. ¿Estás en una cita que no está yendo muy bien? ¿Sientes que no estás en una situación segura? ¿Tu cita de Tinder o Plenty of Fish [otra 'app' para ligar] no es como decía en su perfil? ¿Parece todo un poco raro? Si vas a la barra y preguntas por Ángela, los camareros sabrán que necesitas ayuda para salir de esa situación y llamarán a un taxi o te ayudarán con discreción, sin mucho alboroto".

Además, el verano del año pasado, una veintena de discotecas catalanas empezaron a servir las copas con una tapa de plástico para evitar que se introdujera drogas u otras sustancias que pudiesen llevar a la sumisión química a quien bebiese. Esta iniciativa forma parte de un conjunto de medidas que están adoptando las discotecas para obtener el sello International Nightlife Safety Checked. También se han incluido Puntos Lilas feministas y LGTBIQ+ en discotecas como Apolo o Razzmatazz, donde las víctimas disponen de psicólogas formadas.

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