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Aragonès se enfrenta sin Presupuestos a una sucesión de huelgas en la sanidad, la educación y el transporte

Esquerra responsabiliza al PSC de bloquear el paquete de dinero que podría atender las reclamaciones de maestros y sanitarios

Pere Aragones
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (segundo por la izquierda), junto a los consejeros de Economía y Hacienda, Natalia Mas (izquierda); Empresa y Trabajo, Roger Torrent, y Presidencia, Laura Vilagrà, el lunes a su llegada al Palau de la Generalitat.Toni Albir (EFE)

Sin los Presupuestos aprobados y con tres huelgas encima de la mesa. El Gobierno catalán se ha enredado en una telaraña de contratiempos y no encuentra apoyos para poder tomar aire. Esquerra ha chocado de pleno con los efectos de gestionar la Generalitat sostenido en una frágil mayoría parlamentaria de 33 diputados sobre 135, y ante la incertidumbre que se le avecina ha optado por sacar el dedo acusatorio. “Hay algunos que hace semanas que solo buscan excusas”, manifestó el lunes Marta Vilalta, portavoz de ERC, para lamentar la situación de soledad en la que navega el Ejecutivo autonómico. “Es injusto e irresponsable”, abundó la dirigente de los republicanos, en un discurso cargado de reproches al PSC, la formación que tiene la llave para desbloquear las cuentas. Las pullas de ERC tratan de arrojar pelotas lejos del Pati dels Tarongers, el claustro interior que oxigena la sede del Gobierno catalán. Más aún cuando esta semana el Ejecutivo autonómico tiene que lidiar con los efectos de tres convocatorias de paro en distintos servicios públicos de su competencia: sanidad, educación y transporte público.

Los presagios de lo que se viene encima no son halagüeños. “Este miércoles se va a liar la mundial, y esto no lo para nadie”, avisó recientemente Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi. Los taxistas han anunciado protestas para exigir celeridad en las reformas legales que tienen que servir para regular las plataformas de VTC como Uber o Cabify. El plantón de los taxistas persigue bloquear el corazón de Barcelona, y la acción riega con gasolina una semana convulsa. En noviembre, los médicos anunciaron huelga para los días 25 y 26 de enero, esto es, para el miércoles y el jueves, como medida de presión para conseguir mejoras laborales y económicas que alivien la saturación de un sector que vive ahogado por la falta de recursos y de personal. También llama a la movilización el sector educativo.

“Cuando vimos que el sector sanitario convocaba huelga, pensamos que sería buena idea hacerla coincidir”, ha justificado el sindicato mayoritario entre los docentes, Ustec. Las protestas del profesorado ya marcaron el curso pasado, cuando el anuncio unilateral del Departamento de Educación de avanzar el calendario escolar hizo estallar el malestar del colectivo y desempolvar la reclamación de acabar con recortes vigentes desde hace una década.

Esquerra encuentra en la falta de acuerdo para aprobar los Presupuestos la réplica a las demandas que salen a la calle. La portavoz de ERC apuntó el lunes que el PSC tiene en su mano poder inyectar 1.300 millones de euros para el sector sanitario, 25 millones para políticas de igualdad y acciones en contra de la violencia machista o más de 100 millones en recursos para evitar la segregación escolar e incentivar la escuela inclusiva. “Podría ser posible ya de forma inmediata”, afirmó Vilalta, exigiendo responsabilidad a los potenciales socios de ERC. La mirada está fijada en los socialistas, toda vez que Junts es reacio a tenderle la mano a Esquerra, aún frescas en la memoria las bullas que provocaron el divorcio independentista dentro de la Generalitat en octubre.

Pero el PSC mantiene inalterable la lista de peticiones que mandó al Govern para facilitarle el desbloqueo presupuestario. Salvador Illa, primer secretario del PSC, se ratificó el lunes en que su partido quiere que el Govern asuma íntegramente su propuesta para aprobar los Presupuestos. “¿Si habrá novedades esta semana? Depende de Pere Aragonès [presidente de la Generalitat]. No hablo por hablar. Hemos escuchado, pensado y decidido. Y no nos movemos”, afirmó en una advertencia categórica. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Illa se mostró evasivo cuando se le planteó si Cataluña está ante un escenario de avance electoral: “No lo sé. Depende de él. No pido elecciones ni inestabilidad”. Y añadió: “Estoy aquí para darle aire al Govern pero para hacer cosas”.

El Ejecutivo le reclama que una negociación no puede reducirse a un “todo o nada”, pero Illa ha insistido que su propuesta es de mínimos porque podría haber pedido otras cosas como reprobar al consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, o una ley electoral, y que no lo ha hecho. El líder del PSC se reafirmó en su reivindicación de los grandes proyectos del aeropuerto de El Prat, el Hard Rock de Salou o la B-40 del Vallès, porque pueden generar riqueza. “No se puede esconder la cabeza bajo el ala”, dijo en alusión al Govern, porque son planes que incomodan ideológicamente a ERC. “[El presidente del Gobierno] Pedro Sánchez se la ha jugado por Cataluña con indultos o la reforma del Código Penal”, añadió comparando a los dos dirigentes. De hecho, Illa hizo al president el mismo reproche que Junts, que lo acusó de buscar el apoyo de Sánchez para aprobar las cuentas. “Los Presupuestos de Cataluña se aprueban en el Parlament. Sorprende que quieran pasar por Madrid cuando son independentistas”.

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