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La primera calle sin asfalto de la Superilla de Barcelona ya se puede pisar

La calle de Consell de Cent, en el Eixample, tiene varios tramos de las obras terminados en el lado mar; solo falta el mobiliario y la vegetación

Clara Blanchar
Tramo de la Superilla Eixample de la calle de Consell de Cent de Barcelona, entre la Rambla de Catalunya y Balmes, este jueves.
Tramo de la Superilla Eixample de la calle de Consell de Cent de Barcelona, entre la Rambla de Catalunya y Balmes, este jueves.Carles Ribas

Las obras de la Superilla del Eixample de Barcelona avanzan a toda castaña, con prisa para que estén acabadas antes de las elecciones de mayo, un calendario que incluso los trabajadores ponen en duda. Con todo, en la calle de Consell de Cent, en el lado mar, ya hay tramos donde la Superilla ya se puede pisar. Peatones, ciclistas, motos y vehículos a motor ya circulan por el nuevo pavimento sin asfalto, mientras los trabajos han pasado la lado montaña de la calle. El Ayuntamiento asegura que los trabajos estarán acabados en abril, de acuerdo al calendario previsto.

En los nuevos tramos son visibles las novedades de unas calles que no tendrán asfalto, porque el tráfico estará restringido a vecinos y servicios: son de plataforma única, con el pavimento a un mismo nivel, como otras de la ciudad; pero aquí no hay el típico pavimento del tráfico, sino dos tipos distintos. Uno es el clásico panot de Barcelona y el otro baldosas de granito. También hay cintas de pavimento para personas con discapacidad como los invidentes. Otras novedades son la iluminación, más baja que la de toda la vida: si las grandes y altísimas farolas iluminan la zona por la circula el tráfico, las nuevas tienen focos más bajos, que alumbran la zona de en medio de la calle y la que toca a las fachadas. Están pensadas para la ciudadanía y no tanto para los coches, ha explicado este jueves el arquitecto jefe del Ayuntamiento, Xavi Matilla.

Calles peatonales Barcelona
Una de las calles de la futura Superilla Barcelona, en una imagen virtual.

También resulta llamativo el tamaño de los alcorques, mucho más grande, con espacio para los árboles que había y también para vegetación, que se plantará en los próximos meses. Y falta todavía el mobiliario urbano, con zonas de estancia (con bancos y sombras) y también de juego (no habrá columpios ni toboganes, pero sí tarimas o zonas pensadas para niños).

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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