Aragonès aborta el plan para trasladar la sede de Acció Exterior al Palau de Pedralbes

Otra iniciativa de Junts per Catalunya que el Govern monocolor de Esquerra Republicana pone a dormir el sueño de los justos. La anterior cúpula de Acció Exterior, con Victòria Alsina a la cabeza, había planeado trasladar la sede del departamento al Palau de Pedralbes, en la zona alta de la capital catalana. Las oficinas actualmente están repartidas entre un edificio en Via Laietana y una zona de la Cases dels Canonges, residencia oficial del presidente de la Generalitat. Pero los planes de los republicanos para la antigua residencia real apuntan hacia otros usos que, sin embargo, siguen sin perfilarse ocho meses después de que se oficializara el traspaso de la propiedad por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Ni siquiera se ha convocado el concurso para celebrar en los jardines el tradicional musical de verano, algo que, insisten, se hará “en breve”.

La Generalitat recibió el palacio oficialmente el pasado 8 de febrero, cuando se completó el proceso iniciado en 2004. Con el PSC a ambos lados de la plaza de Sant Jaume, el Ayuntamiento ofreció el inmueble a cambio de casi 60 millones de euros para financiar la reforma de la plaza de las Glòries y el aterrizaje del DHub. Desde 2019, cuando se dio luz verde al final de la operación en el pleno del Consistorio barcelonés, en el Govern pensaban en el posible encaje. El parón de la pandemia ralentizó la operación. Pero cuando Alsina y su equipo llegaron al Departamento apostaron por el traslado (allí tiene su sede La Unión por el Mediterráneo). Tanto es así que voces de la anterior cúpula de Economía y de Acción Exterior confirman que en el borrador de las cuentas que dejó Jaume Giró había una partida de un millón de euros para la primera fase del proyecto.

El entorno de la consejera Meritxell Serret, sucesora de Alsina, niega que ese plan siga adelante. La idea de Junts era que el departamento ocupara la plantas superiores, pendientes trabajos de recuperación tras años en desuso. Pero eso de entrada chocaba con el planteamiento hecho en febrero, cuando la portavoz Patrícia Plaja dijo que se trabajaría para convertirlo en un “segundo Palau de la Generalitat”. El tránsito a un “un espacio de mayor uso institucional y abierto a la ciudadanía” se encargó al histórico responsable de protocolo del Ejecutivo, Carles Fabró.

Desde la cesión, informa el departamento de Presidència, se han celebrado en Pedralbes más de 80 eventos tanto de la Generalitat como de entidades. En la lista figuran desde encuentros bilaterales con el ejecutivo vasco hasta la celebración de los 10 años de Infraestructures.cat; pasando por la reunión del cuerpo consular. No hay aún un plan cerrado sobre cuál será el papel del recinto que, por lo pronto, tiene tres personas responsables (hay un concurso público convocado para una de esas plazas técnicas) sin contar a los encargados de limpieza y mantenimiento. Presidència no explicó a cuánto asciende el gasto mensual de mantener las instalaciones y el personal.

Fuentes del Govern insisten en que el plan de usos y las obras de mejora se tendrán que acometer pronto porque el tiempo apremia. Pedralbes será el recinto al que se deriven todos los actos que no pueda acoger el Palau de la plaza de Sant Jaume, debido a los trabajos de mejora en el Saló Sant Jordi. Estos trabajos se espera que comiencen el verano que viene, por lo que el calendario es muy apretado.

Otra cosa que sigue sin concreción es el festival musical de verano que se celebra desde hace una década en el recinto y que organiza Concert Studio. La concesión de ese permiso es ahora potestad de la Generalitat. El Departamento de Presidència convocará un concurso público, pues al menos otra empresa se ha interesado en llevar el evento. Las condiciones se conocerán “en breve”, según el departamento, que no ofrece más detalles. En ediciones anteriores, a finales de año ya se conocían los nombres más destacados del cartel del festival.

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