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Jordi Pujol acapara los focos en la celebración del Parlament

El ‘expresident’, recuperado del ictus que sufrió en septiembre, asiste a la sesión solemne de los 90 años de la constitución de la cámara en el palacio de la Ciutadella

Àngels Piñol
El expresidente Jordi Pujol, acompañado de su hijo Pere Pujol Ferrusola (d), conversa con el presidente del grupo parlamentario de JxCAT, Albert Batet.
El expresidente Jordi Pujol, acompañado de su hijo Pere Pujol Ferrusola (d), conversa con el presidente del grupo parlamentario de JxCAT, Albert Batet.Quique García (EFE)

Acompañado de su hijo Pere y de la expresidenta del Parlament, Núria de Gispert, Jordi Pujol ha acudido este martes al Parlament para asistir a los actos de celebración de los 90 años de la constitución de la cámara tras las elecciones de noviembre de 1932. El expresident, que sufrió en septiembre un ictus que le obligó estar varios días ingresado en el hospital tras ser intervenido, reapareció este lunes en la presentación de un documental sobre el exconseller Trias Fargas. Con todo, ha acaparado todos los focos antes y después del pleno para conmemorar la efemérides en este edificio, primero polvorín y luego palacio. Pujol, defraudador confeso, ha seguido la sesión en la tribuna del público y no en el palco como el resto de presidentes del Parlament (De Gispert, Joan Rigol, Ernest Benach, Carme Forcadell) y del Govern (Artur Mas y José Montilla).

Apoyado en un bastón, Pujol se ha desplazado rodeado de cámaras hasta el hemiciclo y luego también ha salido por su propio pie acompañado de Artur Mas, con una mascarilla —está resfriado— y de diputados de Junts per Catalunya. La portavoz parlamentaria de Junts, Mónica Sales, le ha saludado efusivamente —él le ha besado la mano— y Laura Borràs, presidenta suspendida, le ha dado la mano para ayudarle a caminar. Otras parlamentarias se fotografiaron con él. Esta es la primera vez que Pujol regresa a la cámara desde 2016 cuando asistió al acto de homenaje a Muriel Casals, la fallecida líder de Òmnium Cultural. En 2014 y 2015 compareció en comisión parlamentaria para dar cuenta de su fraude fiscal.

Tras la sesión plenaria, el Parlament, casi por primera vez en una década, se sumió en una celebración con cava para celebrar el aniversario. La exposición de una decena de paneles, que permanecerá hasta abril, está llena de fotografías, recortes de periódico y discursos para evocar un momento que fue acogido con entusiasmo por la ciudadanía. Los recortes muestran el debate sobre dónde ubicar la institución —¿En el Palacio de Agricultura? ¿En Montjuïc?— y el discurso por ejemplo de Francesc Macià en esa sesión constitutiva.

El pleno ha arrancado con la intervención de Alba Vergés, presidenta en funciones, y una pequeña proyección de unos minutos en los que se ve a Francesc Macià, presidente del Govern provisional, dirigirse a los 85 diputados elegidos en septiembre en unos comicios que ERC ganó por mayoría absoluta. “Pensad que retomamos la historia de un pueblo que no quiere reyes, sino príncipes, que eran ‘el primero entre iguales, elegidos por ciudadanos, que de derecho, eran libres. Es de entre iguales que elegís al primer ciudadano de Cataluña y su primer gobierno”.

El president Pere Aragonès ha cerrado la sesión apelando a ese discurso. Pero la efeméride ha tenido tantas miradas como grupos hay en la cámara menos la de Vox, que no asistió. El popular Alejandro Fernández ha driblado el debate histórico para huir de la polémica y ha afirmado que degradar el parlamentarismo es degradar la democracia. Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, ha calificado a los líderes independentistas de “amenaza para el autogobierno” y dignos herederos de “Macià y Companys” y ha reivindicado la figura del expresident Josep Tarradellas. “Él estaba alejado de ese esencialismo identitario”, ha dicho.

Los ex presidentes Artur Mas y José Montilla, en primer plano. Al fondo, el expresident Jordi Pujol. EFE/ Quique García
Los ex presidentes Artur Mas y José Montilla, en primer plano. Al fondo, el expresident Jordi Pujol. EFE/ Quique García Quique García (EFE)
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Jéssica Albiach, líder de los comunes, ha solicitado que corrija quien puede hacerlo el problema de la presidencia del Parlament —“Es una anomalía innecesaria”— y Montse Vinyals (CUP) ha realizado un paralelismo entre los recursos del Gobierno contra la ley de conreos de la República y los de ahora con la ley de vivienda. “¿Qué hay que hacer? No acatar y aprobar una nueva ley para proteger los intereses de los rabasaires del siglo XXI”, ha afirmado. Albert Batet (Junts) —el único que ha citado a Pujol como honorable— ha recordado que ocho de los últimos 10 presidents han sido represaliados —”Y el actual president Aragonès ha sido espiado”— y que el edificio del Parlament ha estado cerrado la mitad de los 90 años de su historia.

En tono grave, Salvador Illa, líder del PSC, ha expuesto siete consideraciones y ha reclamado usar bien las posibilidades de la cámara huyendo de caminos “imposibles” que llevan a la “frustración personal y colectiva”. Josep María Jove (ERC) ha recordado que su partido era el único grupo que ya estaba en 1932 y que exigía ya lo mismo: “Libertad nacional y justicia”. “Y aquí seguimos”, ha dicho Aragonès apuntando cuando ya en democracia se restableció la Generalitat y el Parlament de la época de la República justo antes de que el hemiciclo cantara Els Segadors. Alguien le dijo justo después a Pujol si quería quedarse a ver la exposición del Salón Gris. “No, me’n vaig cap a casa”, ha dicho enfilando el camino hacia el ascensor.

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