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Barcelona se sienta a pensar: 48 horas de fiesta filosófica para volver a imaginar el presente

El festival de filosofía ‘Barcelona pensa’ celebra su 9ª edición con múltiples eventos en distintos puntos de la ciudad

Gonzalo Moncloa Allison
Cartel del festival Barcelona Pensa.
Cartel del festival Barcelona Pensa.

Cuando más de 3.000 personas asisten cada año a un festival de filosofía de proximidad, con aforos reducidos, en el que puedes acercarte a conversar con ponentes independientes del star system cultural, algo se está moviendo en la ciudad. Barcelona es un espacio de pensamiento. De ello dan cuenta los encuentros del Barcelona Pensa, una fiesta de la filosofía (entendida en sentido amplio) que este miércoles dará inicio a dos días (el 16 y el 17) de actividades en distintos puntos de la ciudad. Ya van por su 9ª edición. Los temas: aspectos de actualidad como los distintos feminismos, nuestra relación con el cuerpo, con los animales, o las razones y consecuencias de las guerras. Los organizadores, profesores de la Universidad de Barcelona que quieren abrir las puertas de la facultad a la ciudadanía, defienden que no se le pide a los asistentes credenciales académicas. Para volver a imaginar el presente, sugieren, solo cabe el vicio de pensar.

Es martes por la mañana. Víspera del festival. La facultad de filosofía de la UB ya tiene actividad a pie de calle (jóvenes conversando, haciendo petición de firmas...). En los pasillos del edificio principal se escucha a dos estudiantes hablando sobre el concepto de sexualidad. En uno de los despachos del Departamento de Filosofía, Lorena Fuster y José Díez, los directores del Barcelona Pensa, explican el programa preparado para este año. Inevitablemente estará marcado por la guerra. Eso sí, la conferencia central, a cargo de Emilia Beal el jueves por la tarde en el Ateneu Barcelonès, meditará sobre el pensamiento pacifista en autoras clave de esta tradición como Jane Addams, Vera Brittain y Virginia Woolf.

“Considero que hay dos puntos transversales este año, que son reflexionar sobre la dominación y la resistencia”, comenta Fuster, que se integró hace tres años en la organización del festival, de inspiración italiana, y decano entre los encuentros de este tipo en España. La profesora ha concedido jovialmente a este diario que apuntemos que su “especialidad” (una palabra que puede pasar por anatema en filosofía, con vocación siempre de transversalidad) es la imaginación en la filosofía política contemporánea, concretamente en autoras como Hannah Arendt. En este punto, ambos docentes coinciden en que un festival como el Barcelona Pensa permite precisamente eso: una praxis que imagine situaciones alternativas a las presentes, ya sea en cuestiones políticas, económicas o ambientales.

Un encuentro de debates filosóficos en el Barcelona Pensa, en 2018.
Un encuentro de debates filosóficos en el Barcelona Pensa, en 2018.

Lo de la filosofía “en sentido amplio” se explica porque el programa también se entrega a la interacción con el arte o materias científicas, explica José Díez, cuyo campo de investigación es justamente la filosofía de la ciencia. ¿Controlamos lo que pensamos?, una conferencia nocturna con la profesora Josefa Toribio en el Centro Cívico Casa Golferichs, es un ejemplo de ello: este encuentro se pregunta qué nos puede decir la neurociencia y la filosofía sobre aquellas conductas discriminatorias que pueden anidar en todos nosotros.

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¿Es obligatorio ser feliz? es una de las actividades para niños, ya clásicas del Pensa, que forma parte del quinto encuentro Filoescoles, que promueve debates filosóficos entre menores de distintos centros educativos para reflexionar en torno a un tema, que este año es la felicidad. Otra de los eventos habituales del festival, que también cuenta con el apoyo de otras instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona, serán los cafés filosóficos, que tratarán sobre la acción política y la reflexión sobre el cuerpo.

Los juegos de la efeméride han querido que esta edición el festival coincida con la conmemoración del aniversario de muerte de Aristóteles, el centenario de la muerte de Marcel Proust, el bicentenario de la muerte de Sophie de Grouchy, y el centenario de la publicación de la versión inglesa del Tractatus logico-philosophicus, de Ludwig Wittgenstein. Actividades en la Librería Calders, uno de los más de 10 espacios colaboradores de los encuentros, celebrarán la ocasión.

Una de las actividades con niños, ya clásicas del Barcelona Pensa, en una foto de archivo del 2018.
Una de las actividades con niños, ya clásicas del Barcelona Pensa, en una foto de archivo del 2018.

El Barcelona Pensa calienta motores de camino a su décimo aniversario (¡qué será con una semana de actividades!), número redondo para celebrar un proceso de consolidación, siempre con el objetivo de “sacar la filosofía del palacio de cristal” de la facultad, como dice Díez, que también recuerda que los encuentros permitirán a los grupos de investigación presentar su trabajo a la ciudadanía. “Es importante que se sepa lo que hacemos”, agrega. Esta semana se prevé un cielo gris. La lluvia debería llegar tras el cierre del festival, el viernes. Son las condiciones perfectas para el recogimiento y la reflexión.

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