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Muere Àngel Casas, un periodismo sin rutinas

El ‘showman’ y presentador de televisión, ganador de dos premios Ondas, fallece a los 76 años tras sufrir graves problemas de salud

Àngel Casas, durante una entrevista en 2008.
Àngel Casas, durante una entrevista en 2008.Joan Sánchez
Tomàs Delclós

En el filme La nova Cançó (1976), se ve a Àngel Casas entrevistando a Pau Riba en una estación de tren. Casas le pregunta si cree que ayuda a la cultura catalana. Riba le responde que sí. Llega la pregunta obligada: ¿cómo?. Y el músico, con una sonrisa burleta, contesta: “Destruyéndola”. Eso que podría ser la escena de un exterminador y su cómplice reportero es pura apariencia porque Pau Riba creó para esta cultura y el periodista Àngel Casas amó la música, de aquí y de cualquier lugar, mientras fuera buena y no, como decía el propio Casas, el “chumba-chumba” que actualmente atrona en las radios y las discotecas. Este triste sábado, ha fallecido Àngel Casas (76 años), el mismo fatídico año que ha fallecido, en marzo, su amigo Pau Riba.

Desde 2013, Àngel Casas vivió una pesadilla de enfermedades y padecimiento. Amputación de las dos piernas (“ahora soy más bajito”, decía); trasplante de riñón donado por su esposa Olga; problemas cardíacos…. Pero todo lo sufrió sin buscar la compasión ajena. Propietario de una amigable ironía, no podías enfadarte porque él era su primer destinatario. Eso sí, había asuntos que no admitían la broma. Estos últimos tiempos estaba harto de una España antipática y de la Cataluña virtual en que algunos querían hacernos vivir. Y le disgustaba la degradación de su oficio, el periodismo, que con tanta pasión practicó. En su libro de relatos Carta d’una desassossegada habla de una profesión falaz y corrupta, envenenada por tantos intereses cruzados, por tantos políticos sin escrúpulos, por tantos opinólogos analfabetos, por tantos financieros especuladores… Y maldecía a los inútiles que buscan sus quince minutos de notoriedad.

Casas estaba estos últimos años ilusionado en redondear una obra literaria, de relatos y novelas en catalán, que tenían preferentemente Barcelona como escenario, una ciudad donde había nacido, en el barrio de Sants, y de la que usó todo lo que le ofrecía. Su obra literaria era una tarea concienzuda que muy pronto dejó de mostrar el lógico tambaleo del aprendizaje porque Casas llevaba toda su vida aplicando una escritura que evita las rutinas y los vicios a su oficio: el periodismo. Un periodismo que practicó en todos los soportes. Ya en 1972 recibía un Premio Ondas por el programa de la Cadena Ser Trotadiscos. Un premio que volvería a recibir en 1986 por su Àngel Casas show en TV3. Un programa de entrevistas y entretenimiento recordado por calculadas osadías, como la introducción del striptease. Una entrevista del programa que llevaba en el corazón fue la que hizo a Rock Hudson en 1984. Todavía no era pública la homosexualidad del actor, algo tabú en aquel Hollywood de las estrellas, y Casas le preguntó si saldría antes a bailar con Richard Gere o Bo Derek. “Con Richard Gere, naturalmente”, respondió el actor. Al año siguiente fallecería de sida tras haber anunciado que la padecía. También trabajó en la radio en catalán. Por ejemplo, en Ràdio 4 (de RTVE) con La clau i el duro, un programa dedicado a orientar sobre la agenda cultural y lúdica.

En prensa escrita se recuerdan sus artículos en Fotogramas, revista que consideraba la cuna del nuevo periodismo en España, e iniciativas editoriales propias como la revista Vibraciones, de la que se desenganchó anticipadamente a pesar de haberla fundado.

Estuvo de guionista en Luces en la noche, un programa de TVE que dirigía un capitán del Ejército y del que Casas fue despedido por sospechas sobre su ubicación política, en la izquierda. Carlos Tena y Diego A. Manrique lo repescaron para TVE en 1977 donde colaboró en Popgrama hasta conducir su propio programa Musical Express. Tanto en TV3 como en TVE, para toda España o en su circuito catalán, Àngel Casas mantuvo distintas cabeceras en una trayectoria televisiva que concluirá en la emisora municipal de Barcelona, Betevé, de la que será director, elegido por concurso público, entre 2008 y 2014. Casas defendía que el nombramiento por concurso le permitió la suficiente independencia para blindar la pluralidad del medio. “Aunque no ser de nadie también supone que nadie te defiende cuando entras en territorio comanche”, comentó en una entrevista a este diario.

Àngel Casas, que consideraba a Joan Manuel Serrat como el autor de canciones más importante que ha habido en España en la segunda mitad del siglo XX, había escuchado mucha música, todos los sonidos… pero, y eso es lo que le hace inolvidable, supo hablar, con erudición, sin pesadez, tanto del músico de renombre como señalar al artista todavía ignorado, alentar su audición. Àngel Casas, y no únicamente en la música, fue un periodista a quien le gustaba pisar nuevos territorios. Indagó como periodista, crítico y escritor. Innovador, cordial, maestro.

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