_
_
_
_
_

Los alegres marginados, según Humberto Rivas

La galería Imaginart expone los retratos que el fotógrafo argentino realizó a artistas, bohemios y travestís en la Barcelona postfranquista

Gonzalo Moncloa Allison
Humberto Rivas exposición
Un retrato que Humberto Rivas le hizo a Violeta la Burra en 1978. / Archivo Humberto Rivas - VEGAP

Violeta la Burra, una de las primeras artistas LGTBI de España, decía entre risas que las fotografías de Humberto Rivas (1937-2009) la habían hecho viajar por el mundo. La anécdota la cuenta Salvador del Carril Helguera, hijo de Rivas, también fotógrafo, en un rincón de la galería Imaginart, donde se acaba de inaugurar una exposición en honor a su padre que podrá verse hasta el 28 de febrero. La alegre marginación, título de la muestra inspirado en un artículo que Fernando Trueba escribió en este diario hace más de cuatro décadas, recupera los retratos de artistas, bohemios y travestistas que rompían con los moldes de las identidades sexuales, personajes todavía marginales en una Barcelona nocturna que empezaba a descubrirse entre los márgenes de los años posteriores a la transición.

En su Andalucía natal, Pedro Moreno había trabajado en los campos de olivo y también había sido aprendiz de zapatero. Como le gustaban las flores, se hizo llamar Violeta; y a los 20 años se convirtió en uno de los miles de emigrantes andaluces que llegaron a Cataluña. “Andalucía es Violeta la Burra”, dijo Francisco Umbral también en las páginas de EL PAÍS, a principios de los 80, en una de sus columnas del Spleen de Madrid. Cuando llegó a Barcelona, Violeta se armó como artista flamenca en lugares de moda como Los Claveles, el Teatro Arnau o Los Jardines de Córdoba; y paseó su espectáculo por salas de París.

Violeta la Burra con su madre, en una fotografía de Humberto Rivas de 1989. / Archivo Humberto Rivas - VEGAP
Violeta la Burra con su madre, en una fotografía de Humberto Rivas de 1989. / Archivo Humberto Rivas - VEGAP

Humberto Rivas le hizo un homenaje: la fotografió durante casi tres décadas. Sus retratos son los que más destacan en la exposición; además de un políptico a cuerpo entero donde se la ve, siempre con una sonrisa, frente en alto, cada vez con una prenda menos, hasta alcanzar la desnudez. Durante la inauguración el pasado día 25 se escuchó la voz grave de Violeta en uno de los casetes que vendía por las calles del Paralelo, en los bares o entre las calles del Raval, en el antiguo Barrio Chino de Barcelona. Isabel Carrero, comisaria de la exposición, encontró el casete por internet. La canción de Violeta, bromeó Carrero, “igual estaba dedicada a Humberto”, aunque no sabe con seguridad cuándo se conocieron. La canción es de 1977. La primera foto es del año siguiente. La canción se llamaba El fotógrafo.

Cuando en 1976 dejó Buenos Aires, Humberto Rivas abrazó las periferias de Barcelona “abducido”, recoge el catálogo de la exposición, por unos espacios que “le recordaban a esa Argentina de pedazos ruinosos”, la misma que acababa de entrar en una nueva dictadura. Por su parte, la democracia que se abría paso en España también había supuesto una nueva etapa para la fotografía española. Solo en la capital catalana habían nacido instituciones como el Centro de Fotografía de Barcelona (1978). Y en los años del tardofranquismo ya habían aparecido nuevos espacios de expresión como la revista especializada Nueva Lente (1971), el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya (1972) o el Grup-Taller d’Art Fotogràfic (1975); además de nuevas empresas periodísticas y la inclusión de la fotografía en el ámbito universitario como una disciplina con pleno derecho entre las bellas artes.

Retrato titulado "Edu II" realizado por Humberto Rivas. / Archivo Humberto Rivas - VEGAP
Retrato titulado "Edu II" realizado por Humberto Rivas. / Archivo Humberto Rivas - VEGAP
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El lente de Rivas acude al “retrato canónico, convencional, para plantear un punto de vista personal”, asegura José Antonio Aristizábal, experto en la obra de Rivas, y esto para “poner un punto de duda en lo que representa”. Además de Violeta la Burra, la exposición también exhibe a una figura conocida de La Rambla como Mónica, “reina del Raval y probablemente la prostituta más famosa de Barcelona”, según el catálogo. También a personajes como Johnson, que durante 30 años fue en El Molino del Paralelo el primer showman de la capital catalana. Otras personalidades, como el poeta José Carlos Cataño o el artista Carlos Pazos, posteriormente Premio Nacional de Artes Plásticas de España (2004), también aparecen en la muestra.

“Una exposición así no se había hecho. En un autor con una obra tan amplia, el gran aporte de Rivas en los años que cubre la exposición es fijarse en esas personas. Se reconoce, en un artista que nunca ha tenido una vertiente política, una actitud de valorar otro tipo de sexualidad, de deseo, distinto al publicitario. Hay otra mirada del cuerpo, del cuerpo dolorido”, sintetiza Aristizábal.

El archivo que la familia del fotógrafo conserva en un local de Poblenou ha nutrido a la exposición, que además de extenderse hasta el 28 de febrero, organizará eventos con presencia de especialistas en la obra del argentino, Premio Nacional de Fotografía y Medalla de Oro al Mérito. La mirada de Humberto Rivas y sus protagonistas vuelven estos días a Barcelona.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_