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Andalucía lidera el cultivo de tierras en barbecho para combatir los efectos de la guerra en Ucrania

La Comisión Europea autoriza a los agricultores a sembrar un millón y medio de hectáreas inactivas en todo el país

Cultivo de cereal en la provincia de Cádiz.
Cultivo de cereal en la provincia de Cádiz.Europa Press
Ginés Donaire

Andalucía apuesta por el cultivo de las tierras en barbecho como medida para mejorar su rentabilidad y hacer frente al alza de los costes de producción. Sobre todo, tras la invasión rusa en Ucrania, que ha dejado al continente ante el riesgo de desabastecimiento de productos como el grano o el cereal, vitales para el sector ganadero. La Comisión Europea ha autorizado la petición que el sector agrario andaluz había hecho tras el aval de la Conferencia Sectorial de Agricultura. La medida, que tiene alcance nacional, permitirá poner en cultivo en 2023 en todo el país en torno a un millón y medio de hectáreas inactivas y que hasta ahora no podían tocarse por las exigencias de la nueva Política Agraria Común (PAC).

“En una situación de incertidumbre como la que vivimos actualmente, y con la soberanía alimentaria amenazada, valoramos la sensibilidad de las autoridades comunitarias que nos va a permitir desarrollar todo nuestro potencial productivo”, subraya Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) en Andalucía. En esta comunidad, que representa un tercio de la producción agrícola nacional, se calcula que son 300.000 las hectáreas que permanecen en barbecho.

En marzo pasado ya se dio luz verde desde la Comisión Europea a esta excepción, pero únicamente para 2022. Desde entonces, en Andalucía ya se han puesto en producción más de 35.000 hectáreas, de las 66.000 que, en base a los criterios de la PAC, se consideraban de interés ecológico y, por tanto, debían quedar en barbecho para que los titulares de las explotaciones pudieran acceder a las ayudas europeas. De esta superficie, más de 25.800 hectáreas son de girasol y el resto de diversos cereales.

Pero es ahora cuando se ha logrado ampliar una excepcionalidad que los agricultores andaluces han recibido como un alivio, ya que les permite contar con más tiempo para sacar el mayor provecho posible al cultivo de sus tierras inactivas. “Esta medida nos permite contribuir a garantizar la necesaria suficiencia alimentaria que hoy precisa Europa, algo que se ha hecho aún más evidente con la invasión de Ucrania”, ha destacado la consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo, tras felicitarse por la ampliación a 2023 de esta excepcionalidad.

Por provincias, Sevilla, Cádiz y Córdoba son las que más superficie agrícola improductiva han cultivado hasta ahora, con más de 32.000 hectáreas consideradas de interés ecológico, la mayor parte de ellas con girasol y cereales. La UPA también ha agradecido a la Junta que haya sido sensible con la situación de los arroceros, al considerar como barbecho los cereales de invierno y las oleaginosas, especialmente en una campaña con restricciones de riego que dejará una importante superficie de arroz sin sembrar. Y todo ello sin que los agricultores pierdan sus ayudas agroambientales.

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Con todo, la autorización para poder sembrar en tierras de barbecho se ha recibido con una sensación agridulce por el sector agrícola. Sobre todo, por la situación, casi crítica, de escasez de agua en todo el país y, muy especialmente, en Andalucía. La Junta ha pedido al Gobierno central que convoque con urgencia la Mesa Nacional de la Sequía para activar medidas de emergencia que den respuesta al grave déficit hídrico de sus cuencas.

Andalucía trasladará la petición de utilizar más fondos Next Generation para la ejecución de la política hídrica. “Y estamos dispuestos a llegar a un acuerdo con el Estado, como hemos hecho ya en la legislatura anterior, para establecer prioridades e inversiones y se pueda llevar a cabo de forma más ágil la ejecución de proyectos, infraestructuras y medidas que vengan a hacer frente a los efectos de la sequía”, ha enfatizado Crespo, que en este nuevo mandato ha unido las competencias en materia de aguas a las de Agricultura.

Entre las propuestas que Andalucía planteará a la Administración central están la bonificación del agua desalada a 0,30 euros, no solo para los regantes, también para municipios que tienen en la desalación su única forma de abastecimiento. De igual modo, se insiste en la necesidad de que el Gobierno central active la doble tarifa eléctrica, que supondría un importante ahorro a los regantes. “No se puede desdeñar ninguna fuente hídrica y vamos a luchar por las transferencias y trasvases que nuestra comunidad autónoma se merece y porque rija el principio de solidaridad entre cuencas con excedentes de agua y cuencas deficitarias”, ha añadido Crespo.

Las cuencas andaluzas (mediterráneas, Guadalete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras) se encuentran, de media, al 38,14% de su capacidad mientras que la del Guadalquivir, de competencia estatal, está al 24,62%. “Vamos a afrontar un verano y un otoño muy complicados. Necesitamos que el Gobierno de España se ponga las pilas y ponga de su parte para limitar los efectos de la sequía en nuestra tierra”, ha alertado la consejera andaluza.

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