La Junta de Andalucía pide disculpas tras asegurar que el fusilamiento de Blas Infante en la Guerra Civil fue consecuencia de “la quiebra de la convivencia”

El 2 de agosto de 1936, Blas Infante fue detenido en su casa familiar de Coria del Río (Sevilla) y fusilado por los sublevados ocho días después. Aunque es uno más de los miles de desaparecidos que provocó la Guerra Civil, su trayectoria política y académica en defensa del federalismo y la soberanía de los pueblos hizo que se le consagrara como padre de la patria andaluza. A la efeméride de su prendimiento se refería este miércoles en un hilo de Twitter el Centro de Estudios Andaluces (Centra), dependiente de la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía, que concluía asegurando que: “Blas Infante fue uno de los tantísimos españoles que tuvo la desgracia de sufrir las consecuencias de la quiebra de la convivencia y la democracia liberal”, eludiendo en todo momento cualquier referencia al golpe de Estado o a quienes lo perpetraron y detuvieron a Infante. Las críticas de los partidos de izquierdas y de entidades memorialistas han resultado en que el Gobierno que preside el popular Juan Manuel Moreno Bonilla matice esa afirmación, un día después, con otro mensaje en el que se asegura que: “La quiebra de la convivencia tuvo como resultado el golpe de Estado, la Guerra Civil Española y una dictadura durante 40 años. A los pocos días, el 10 de agosto de 1936, fue asesinado Blas Infante, en el kilómetro 4 de la Carretera de Carmona”. Una aclaración que a última hora de la tarde ha vuelto a corregir: “Lamentamos profundamente el error de este tuit y pedimos disculpas por ello”.

Antes del último tuit reconociendo el error de las apreciaciones históricas del hilo publicado, fuentes cercanas a la presidencia de la Junta explicaban a este diario que el primer flujo de mensajes publicado el 2 de agosto fue supervisado por el director de la revista Andalucía en la Historia, editada por el Centra, que dio el visto bueno porque “su punto de vista era meramente académico, sin ningún sesgo político”. Solo cuando se constató el revuelo mediático y social, el Gobierno andaluz añadió el penúltimo tuit para “atajar cualquier tipo de duda”. Las fuentes consultadas insisten en que el último mensaje publicado el 2 de agosto leído fuera del contexto del resto del hilo puede parecer una barbaridad, pero insisten en que debe ser interpretado de manera conjunta. Horas más tarde, sin embargo, la cuenta del Centra asumía el fallo y pedía disculpas.

En esa sucesión de mensajes se citan los párrafos del libro de Antonio Burgos, Las Cabañuelas de agosto, en el que recoge el testimonio de una criada que presenció la detención de Infante. En ningún momento se incluyen los términos falangistas, sublevados, o se alude al Franquismo o al general Queipo de Llano que fue quien dirigió la sublevación en Sevilla, más allá de referencias a “ellos”.

Ni el primer hilo ni la primera explicación ofrecida por la Junta antes del mensaje reconociendo el error había convencido a los historiadores consultados. “Se trata de una maniobra de envolvimiento para ocultar la realidad, con ‘quiebra de la convivencia’ se quiere ocultar que Blas Infante, como el resto de las víctimas de la Guerra Civil, acabó como acabó porque hubo un golpe de Estado, todo lo demás es un ocultamiento de la realidad”, señala Francisco Espinosa, investigador de la Guerra Civil y la represión franquista. Espinosa también hace alusión al penúltimo tuit del hilo que asegura que: “En aquella España del 36 los derechos del individuo y los más elementales procedimientos judiciales habían saltado por los aires”. Para José Villa los tuits de la Junta “son coherentes con la posición ideológica del PP”. “Ellos han manoseado el 18 de julio y están tratando de justificar el golpe desde 1936″, indica el historiador que advierte de que el PP gobierna en la comunidad con mayoría absoluta.

Las organizaciones memorialistas también han recibido con desagrado el hilo del Centra, pero no con sorpresa porque, sostienen, va en consonancia con la estrategia de la Junta de “desmantelar las políticas de memoria en Andalucía”. “Estos mensajes son una tergiversación de la historia porque la causa de la muerte de Blas Infante y de las más de 45.000 víctimas en Andalucía no fue una quiebra de la convivencia, sino un golpe de Estado que implantó la política del miedo y el terror”, señala Antonio Manuel Mateos, portavoz de la Coordinadora Andaluza por la Memoria Histórica y Democrática. “Ese hilo es una falta de respeto a las víctimas del régimen fascista”, abunda.

Mateos recuerda los “nulos avances” en materia de Memoria Democrática que ha realizado la Junta de Andalucía desde que asumió el poder el PP en 2018. Los presupuestos se han ido mermando y hay retrasos continuos en el arranque de nuevas exhumaciones, como la del cementerio de Córdoba. El único hito importante son los trabajos en la fosa de Pico Reja, cofinanciados por el Gobierno de España, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento hispalense, donde los 1.786 restos se encuentran ya en un columbario a la espera del cotejo del ADN, otra responsabilidad de la Junta cuyos resultados se están dilatando demasiado, para desesperación de los familiares.

En esa fosa de Pico Reja yacían casi con total seguridad los restos de Blas Infante, cuyo fallecimiento se conmemorará la semana que viene. Sus homenajes nunca han estado exentos de polémica, hasta el punto que cuando en 2008 el presidente Manuel Chaves decidió ausentarse y tras ser recriminado por el entonces líder de la oposición, Javier Arenas, se decidió trasladar los actos oficiales al 5 de julio, fecha en la que nació. La llegada de Vox, que define a Infante como “radical” o “lunático islamófilo”, no ha contribuido a mantener la calma política en torno al personaje, pese a que el PP, tras ocupar la Junta, ha limado el distanciamiento hacia su figura en aras del viraje hacia la defensa del andalucismo liderada por Moreno.