Rebelión en Ciudadanos | Dirigentes y militantes se revuelven contra la decisión de no concurrir: “Ladrones”, “cobardes”

A las 18.36 de este martes, justo cuatro horas después de que el secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez, anunciase en rueda de prensa que la formación no se presentará a las elecciones generales del 23-J, llegó un mensaje de WhatsApp a un grupo de dirigentes de CS: “Ladrones, organizad un congreso para decidir si se disuelve el partido, pero no os quedéis la pasta de los ahorros de este partido. Vividores, sois unos sinvergüenzas, pagad las deudas”. El duro mensaje venía de Carlos Cuadrado, ex secretario de Finanzas y uno de los históricos de CS, despedido por la actual dirección en marzo. Sus palabras, siendo él conocedor además del dinero que aún quedaba en las arcas hasta su marcha, aglutinan el sentir de otros miembros de Ciudadanos contrarios a la dirección y a la orden de no concurrir a las urnas el 23 de julio. Una decisión compartida por Inés Arrimadas, Begoña Villacís y la mayoría de miembros del comité nacional.

En el grupo de WhatsApp estaban Arrimadas, Villacís y Patricia Guasp, actual líder de Ciudadanos junto a Adrián Vázquez. Hasta que Cuadrado dejó de llevar el control del dinero, se suponía que aún quedaban 11 millones de euros en la hucha de CS. Un importe que habrá ido menguando por el coste de la campaña electoral y de la propia marcha del partido, así como por la pérdida de la financiación de los grupos institucionales. Algunas fuentes de Ciudadanos acusan en privado a la dirección de “utilizar” el adelanto electoral “para atrincherarse” en el poder y aferrarse al dinero. Unas críticas a las que se ha sumado, este miércoles, abiertamente, Edmundo Bal. “Son unos cobardes. Han decidido guardar el dinero que hay en la caja para hacerse después una campaña en las europeas”, ha censurado Bal en una entrevista en TVE. “Las elecciones generales son las elecciones más importantes a las que se presenta un partido de ámbito nacional. No hay que tirar la toalla antes de disputar un partido”, ha sentenciado, “muy enfadado”, el portavoz adjunto en el Congreso, que exige la dimisión de la cúpula. Por otra parte, los trabajadores a sueldo del partido han forzado además una reunión el próximo martes que se celebra para dilucidar su futuro ante la “falta de explicaciones” y el temor de “impagos”.

Porque el terremoto provocado por la ejecutiva y su decisión de no concurrir el 23-J se ha sentido tanto de puertas para afuera como para dentro del partido. Este martes, el procurador y exvicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, ya se mostró en desacuerdo con esta estrategia. Y fue un paso más allá: Igea pretende lanzar una plataforma política propia que aglutine “al centroderecha” y con “el propósito de desbancar a PP y Vox del Gobierno” de su comunidad autónoma. En principio, esta plataforma estaría circunscrita a Castilla y León, aunque Igea, en conversación telefónica con este periódico, concretó que cabe la posibilidad, más adelante, de exportar esa plataforma al resto del país. “Nada está descartado”, afirmó.

Ante el proyecto de Igea, Bal se ha mostrado este miércoles proclive a sumarse a la iniciativa. “Todas las opciones están abiertas. Yo me voy a quedar aquí. Tenemos que armarnos de valor y seguir peleando, y pensar cómo dar voz a esos 300.000 votantes que nos apoyaron. Tenemos que dar soporte a esas personas”, ha sostenido. Una postura que ha remachado, posteriormente, en La Sexta: “Habrá que construir un vehículo o remozar este vehículo que tenemos”.

La actual directiva pretende a su vez continuar adelante con la formación y volver a concurrir en futuros comicios, sin concretar cuándo. “Iniciamos un proceso de rearme orgánico e intelectual”, explicó este martes el secretario general de Ciudadanos. La cúpula celebrará un “gran encuentro” en julio en el que se determinarán los pasos a seguir. Fuentes de la dirección concretan que habrá de “darle forma” a un partido que represente al “centro liberal”, pero “con otros mimbres”.

Entre los 300.000 votantes que apoyaron a CS el domingo se encuentran sus afiliados, algunos de los cuales han respondido también negativamente a que su papeleta ya no esté en las urnas del 23-J al considerar esta decisión de “huida hacia delante”. Entre esos simpatizantes, incluso, hay quienes han lanzado un manifiesto y recopilan las firmas necesarias para activar una moción de censura contra la ejecutiva, como así prevén los estatutos. La iniciativa está auspiciada por Marcos Morales, un militante que se enfrentó a Bal y a la actual líder de Ciudadanos, Patricia Guasp, en las primarias de enero.

A esta moción se suma la exigencia del diputado Juan Ignacio López-Bas, que junto a Bal, pide desde este miércoles la convocatoria extraordinaria del Consejo General (máximo órgano entre asambleas) para que la dirección rinda cuentas de su decisión. “Si el Consejo General de mi partido (CS) se convoca para aprobar los programas electorales de cada cita electoral, parece justo que se nos convoque para dar a conocer una decisión de la trascendencia de no tener programa que defender en unas elecciones a las que no quieres acudir”, ha manifestado López-Bas a través de Twitter.