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El juez se apoya en el relato del secuestrador para pedir la imputación del ‘número tres’ del PSOE andaluz por el rapto de Maracena

El único investigado sostiene que Noel López, la alcaldesa de Maracena y un edil se reunieron con él en un restaurante para que “diera un susto” a la concejala, un extremo que “niega tajantemente” el dueño del local, según el auto

El secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, en una foto de archivo.
El secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, en una foto de archivo.PSOE-A (PSOE-A)

Este jueves se ha levantado el secreto del sumario sobre el caso del secuestro, el pasado febrero, de la concejala de Maracena (Granada) Vanessa Romero por parte del entonces compañero sentimental de la alcaldesa de la localidad. El juez considera que tanto el secretario de Organización del PSOE-A, Noel López, como la primera edil de Maracena, Berta Linares, y su concejal de Urbanismo, Antonio García Leyva, podrían haber incurrido en un delito de detención ilegal en calidad de inductores, según el auto al que ha tenido acceso este diario.

El magistrado relaciona el comportamiento de los tres políticos socialistas el mismo día en que se produjo el rapto, el 21 de febrero, con una conversación que el presunto secuestrador, Pedro Gómez Rosa, entonces pareja de la regidora y que, según esta, había estado en tratamiento por una depresión, dice que mantuvo con los tres en un restaurante en enero de este año y en la que estos, siempre según el relato del presunto captor, lo habrían convencido para que secuestrara a la edil.

El magistrado pidió los datos completos de tráfico y la localización de los móviles de los López, Linares y García Leiva entre el 31 de agosto de 2022 y el 1 de marzo de 2023, y señala en su auto que “el análisis policial de los datos telefónicos para ubicar la presunta reunión previa a los hechos resulta, por el informe pericial de las coberturas de las antenas, escasamente concluyente, pero tampoco excluyente”.

El texto señala que el dueño del restaurante donde supuestamente se vieron con el futuro captor “manifiesta estar completamente seguro de que nunca han estado los cuatro”, pero concluye que “concurren indicios lo suficientemente relevantes para no excluir en el estado actual la necesidad de esclarecer la efectiva o no participación de aquellos” conforme el relato del investigado.

Ese relato al que alude el juez se remonta, según lo que consta en el auto, a una cena que el presunto secuestrador asegura que mantuvieron los cuatro un día de enero después del día de Reyes —el investigado se muestra incapaz de precisarlo—. Según esa versión, cuando llegó al restaurante, los tres políticos estaban hablando de temas del partido, cuando surgió en la conversación la edil Romero.

Noel López, siempre según el testimonio del entonces novio de la alcaldesa, comentó en ese momento que le había ofrecido un puesto en una empresa “en compensación a que dejara su acta de concejala y así de esa manera silenciarla para que no sacara documentos conflictivos que pudiera tener”, cuando Linares espetó: “Ni me la nombréis, no la quiero, ni ver, ¿por qué no se muere y me deja en paz esta mujer?”. A lo que García Leyva respondió que “Habría que darle un susto o un escarmiento” y propuso “contratar a un par de ucranios que la cojan y que le den un susto”. López y la alcaldesa le habrían respondido que no hay que llegar a tanto, pero a continuación, y siempre según Gómez, el secretario de Organización del PSOE le instó de nuevo a asustar a la concejala, a quitarle el teléfono y destruirlo, porque según Gómez el terminal tenía dentro documentos comprometidos. El relato del único imputado por la causa señala que el alto cargo del PSOE andaluz le aseguró que no le iba a pasar nada.

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Gómez declara que los tres le dieron detalles de cómo tendría que producirse el rapto y que le dijeron que la metiera en el maletero atada con bridas y que le diera varias vueltas para que ella se desorientara y pareciera que va al medio del campo para hacerla algo. El relato recogido en el auto señala que la alcaldesa “accede a que se haga, si bien manifiesta que no quiere saber cuándo se va a llevar a cabo este plan”. Tras la conversación, Gómez indica que él respondió que se lo pensaría. Acerca de lo que comentó el concejal en la cena, el entonces novio de Linares sostiene que se le sugirió utilizar una réplica de juguete de una pistola de venta en Amazon, pero añade que no comunicó a nadie que había comprado la pistola, las bridas o ninguno de los otros elementos” usados en el rapto. Tampoco nadie, asegura, le dio “ninguna indicación” sobre cuándo debía ejecutarlo.

El juez, a continuación, indica en el auto que para determinar “la existencia de elementos objetivos periféricos que pudieran amparar los anteriores indicios sobre la presunta participación de esas terceras personas” se ha analizado las grabaciones de las cámaras y el volcado de datos de los teléfonos intervenidos relacionados con el pasado 21 de febrero, el día en que se produjo el secuestro. Aquella mañana, según consta en los antecedentes de hecho, tanto la alcaldesa como el concejal sabían a las 11.30 que la edil secuestrada había conseguido salir del maletero del coche donde la había dejado abandonada Gómez, quien había decidido regresar a Maracena. Es justo a esa hora cuando Romero pidió ayuda a la policía local. A las 12.10, García Leyva “intenta hablar con Noel realizándose varias llamadas entre ellos”. López le comunica que se encuentra en Jaén, pero de acuerdo con el relato del auto, “las direcciones de los repetidores permiten comprobar que toma dirección a Granada”. Minutos después se producen nuevos cruces de llamadas entre los tres políticos socialistas y después el secretario de Organización del PSOE-A llama a un abogado que a su vez mantiene conversaciones telefónicas con López y con García Leyva.

Es en ese período de tiempo cuando Gómez sale de la ferretería a la que había entrado para comprar un cuchillo con el que romper las bridas con las que había atado a la concejala, según su versión de los hechos, y mantiene un encuentro con la alcaldesa de seis minutos de duración, que queda registrado en las cámaras de la videocámara de un salón de juegos cercano Allí, según la versión del investigado, Linares le dice que “Vanessa se ha liberado, ha llamado a Carlos y a su marido Luis y que la policía le está buscando. Que menuda tiene liada”. Acto seguido, ella se va al Ayuntamiento, a donde llega a las 12.30 y sale en el vehículo de García Leyva, según se aprecia en las grabaciones de seguridad del aparcamiento del consistorio. A las 13.30 ambos coinciden en Maracena con López, según la dirección de la antena y más tarden vuelven a hacerlo en otro punto de la localidad.

Entre las 13 y las 14, Linares, tras varias llamadas de teléfono, le envía un WhatsApp a su pareja en el que le indica que a las 14 se vean en el piso de ella. La Policía Judicial realizó una entrada de manera voluntaria en esa vivienda a las 15.32 y cuando terminó ella se desplazó con López y García Leyva a una zona próxima al despacho del abogado en Granada.

El juez sostiene existen “indicios lo suficientemente relevantes” que es preciso esclarecer si los políticos participaron o no en los hechos. El magistrado se basa en las referencias de la víctima a López y Linares, que en su declaración al juez señaló que el secuestrador había dicho que Noel López “iba hablando mal de ella” y “el uso de expresiones idénticas por parte del investigado, la existencia de documentos en el maletero, las declaraciones del investigado y la presunta conducta llevada a cabo” por los tres políticos.

El magistrado reconoce que “es cierto que en la testifical policial del titular del mesón indicado por el investigado se niega de forma rotunda que hayan estado reunidos los cuatro en ese local”, pero insiste de nuevo en que de lo manifestado por la víctima y su secuestrador y la conducta de los tres políticos el día en que el rapto tuvo lugar “no cabe descartar sin más diligencias, indicios de tal presunta participación”.

Durante esta fase de la investigación, ninguno de los tres dirigentes ha sido llamado por el juez para contrastar con ellos la versión de Gómez. Esta mañana, López aseguraba que jamás había tenido contacto con el presunto secuestrador y, tras “negar de forma tajante” cualquier relación con los hechos investigados, recordaba que “se basaban en la declaración de una persona que, no solo por lo publicado en los medios de comunicación, sino por lo que reconoce el propio auto, está desequilibrada” y anunciaba acciones legales contra él.

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