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El alcalde más antiguo de España renuncia a encabezar las listas para las municipales de mayo

Juan Manuel Sánchez Gordillo, el histórico líder jornalero de Marinaleda (Sevilla), ha ganado con mayoría absoluta los 11 comicios a los que se ha presentado y en los últimos se impuso por solo 44 votos

Lourdes Lucio
El diputado de Izquierda Unida Juan Manuel Sánchez Gordillo en el Parlamento andaluz, en una imagen de archivo.
El diputado de Izquierda Unida Juan Manuel Sánchez Gordillo en el Parlamento andaluz, en una imagen de archivo.PÉREZ CABO

Juan Manuel Sánchez Gordillo (Aguadulce, Sevilla, 74 años), el alcalde más antiguo de España, renuncia a encabezar la lista municipal de Marinaleda (2.626 habitantes), municipio sevillano en el que el próximo mes de mayo cumplirá 44 años de alcalde. El que fuera diputado del Parlamento de Andalucía durante 12 años deja el cargo después de sufrir varios ictus y una vida política atravesada por la lucha jornalera como miembro de la Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT) y el Sindicato Obrero del Campo (SOC), la ocupaciones de fincas, las huelgas de hambre y la autoría intelectual del asalto a dos supermercados.

Hasta el último momento, los que le conocen no querían confirmar su marcha del Ayuntamiento. “Eso hay que verlo. No me lo creo. Como se publique, lo desmiente y no se va”, advertían desde su entorno, conocedor de los repentinos cambios de opinión del alcalde sevillano. Lo sustituirá en el número uno de la candidatura, el segundo teniente de alcalde Sergio Gómez Reyes.

Sánchez Gordillo ha ganado las 11 elecciones municipales celebradas desde 1979. Todas por mayoría absoluta. Su mejor resultado lo alcanzó en 1983: sacó 11 escaños de 11. El peor hace cuatro años, cuando por 44 votos de diferencia se impuso a una candidatura independiente surgida en gran medida de sus propias filas.

Gordillo ha sido un personaje muy molesto para Izquierda Unida, partido al que la CUT pertenece, aunque el cariño permanece. En realidad ha sido muy incómodo para todo el mundo, porque es de esos líderes a los que la disciplina, si no es la suya, les repele. El antropólogo Félix Talego en su investigación Cultura jornalera, poder popular y liderazgo mesiánico: Antropología política de Marinaleda (Universidad de Sevilla, 1996) asegura que el movimiento jornalero de la localidad “ha sido atrapado por una estructura de poder que ha supeditado todo a su propia continuidad y que ha convertido la protesta en un ceremonial en el que es ya difícil saber quién convencido y quién por obligación”.

Sánchez Gordillo es un verso suelto en todos los sentidos, al que la prensa extranjera, tildaba de Robin Hood por alentar el robo de paquetes de garbanzos, aceite, azúcar, arroz, pasta, leche, galletas en agosto de 2012 para darlo a ONG. “En este momento de crisis, cuando están expropiando al pueblo, queremos expropiar a los expropiadores, esto es, terratenientes, bancos y grandes superficies, que están ganando dinero en plena crisis económica”, se justificó.

Gordillo planificaba sus acciones de protesta y de ocupación de fincas en el mes de agosto. La sequía informativa del verano hacía el resto. Las televisiones públicas y privadas, los medios nacionales, como el ojo de Mordor, enfocaban a la Sierra Sur de Sevilla, divulgando cada minuto de las luchas jornaleras. Pasado el calor, volvían a mirar donde suelen, al centro. Así, hasta el próximo verano.

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El alcalde de Marinaleda empezó a construir su leyenda cuando a mediados de los ochenta los vecinos del pueblo reclamaron la expropiación de la finca El Humoso, propiedad del duque del Infantado, que este solo utilizaba para ocio personal. El duque mandó talar un camino de chopos donde los jornaleros se protegían del sol cuando ocupaban el cortijo en los meses de verano. En 1991, el Gobierno andaluz, del PSOE, expropió esas tierras: alrededor de 1.200 hectáreas las cedió a ocho cooperativas marinaleñas (Los Jornaleros, Tierra, Trabajo y Libertad, Domingos Rojos, Camilo Cienfuegos son algunos de sus nombres) que acumulan impagos de 5,6 millones de euros a la Junta por el uso de una tierra en la que producen aceite, conservas de alcachofas, de habas, pimientos del piquillo, garbanzos. La venta de esos terrenos está pendiente y el caso está en el contencioso-administrativo. En su web, la cooperativa asegura que “el negocio medio anual asciende a seis millones de euros y durante las campañas genera empleo para más de 400 trabajadores, en su mayor parte mujeres del medio rural”.

Gordillo fue de los primeros que innovó a la hora de tomar posesión del escaño en el Parlamento andaluz. En julio de 1994, con su inconfundible camisa de cuadros y el pañuelo palestino, proclamó su compromiso con “las criaturas humanas, la utopía, el pueblo andaluz, la nación andaluza, la insumisión y la libertad”. En 2012, prometió su cargo por imperativo legal y se comprometió a “subvertir el sistema capitalista de producción”, se declaró “insumiso a la dictadura del mercado, sus recetas y sus mandatos”, y prometió a “luchar por esta nación sin soberanía que es Andalucía, a dar voz a los que no tienen voto”.

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