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El Gobierno se aferra al pacto en pensiones para intentar superar la crisis de la coalición

El Ejecutivo lanza mensajes positivos, pero la herida del ‘solo sí es sí' sigue sangrando

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, el viernes en Barcelona.Foto: TONI ALBIR (EFE)
Carlos E. Cué

La situación interna del Gobierno es tan delicada esta semana —una de las peores que ha vivido la coalición— que sus miembros se aferran a lo que sea para intentar cambiar el ambiente de división que provoca un evidente desgaste del Ejecutivo. El acuerdo de las pensiones, que ha sido trabajado políticamente durante meses y finalmente se cerró el jueves, parece haber llegado en el momento justo para intentar revitalizar la coalición. Por eso este viernes varios miembros del Gobierno de los dos sectores se esforzaron en utilizar esta buena noticia para intentar taponar el agujero por el que se desangra la coalición, que es la división por la ley del solo sí es sí.

Tanto Félix Bolaños —ministro de la Presidencia y gran negociador de Pedro Sánchez— como Yolanda Díaz —que ha cerrado en persona este acuerdo con José Luis Escrivá, el máximo responsable de esta reforma— salieron en tromba a defender el pacto como una demostración de que la coalición va a seguir y aún tiene mucha tarea por delante. El sector de Podemos, siempre más duro en sus declaraciones, se entregó esta vez también a las alabanzas al acuerdo que dominaron el discurso de todo el Gobierno.

Públicamente, el Ejecutivo parece así esforzarse en recomponer la situación, aunque en privado hay mucha inquietud porque las discrepancias están lejos de resolverse. Hay otro gran acuerdo en marcha que podría rematar esta idea de que la coalición se está rearmando, que es el de la ley de vivienda, pero mientras el PSOE intenta lanzar la idea de que el pacto está muy cerca, Podemos insiste en que está lejos y ha preparado este fin de semana un acto con el lema “la vivienda es un derecho” en el que sin duda aprovechará para presionar al PSOE para que mejore su última oferta en la negociación, que implica pasar del tope actual de subida de alquileres del 2% a un 3% pero solo para 2024, para después establecer un índice específico que tiene que elaborar el Instituto Nacional de Estadística.

“La coalición acaba de llegar a un acuerdo que garantiza las pensiones. Son tantas las cosas que nos unen, tenemos tantas cosas por hacer, no podemos desaprovechar un segundo”, aseguró Félix Bolaños, empeñado ante los periodistas en despejar la idea de que el Gobierno esté al borde de la fractura. Es el mensaje oficial repetido por todos los ministros, en especial por Bolaños y María Jesús Montero, que son las dos personas encargadas por Sánchez para estar más encima de todas las negociaciones y cuidar la coalición. En el PSOE el debate del martes, con duras acusaciones de Podemos contra los socialistas, ha causado mucho malestar, y algunos dirigentes parecían a principios de semana con ganas de que Sánchez diera un golpe en la mesa, pero los mensajes que han llegado desde La Moncloa van en el sentido contrario y todos los ministros socialistas han hecho muchos esfuerzos por tratar de rebajar la tensión y aferrarse a los acuerdos, como este de pensiones, y a las más de 200 iniciativas sacadas adelante para ofrecer una imagen positiva de la relación entre los socios y no darle así la razón a la derecha.

Yolanda Díaz, que votó que no como todos los demás diputados de Unidas Podemos el martes a la admisión a trámite del la proposición de ley del PSOE para reformar la ley del solo sí es sí, dejó muy claro en una entrevista en La Sexta que ella apuesta por un tono diferente al de Podemos y sobre todo cree que la única salida posible para la coalición es buscar acuerdos como el de las pensiones, que reivindicó en primera persona. “La gente lo que quiere es que hagamos esto, acuerdos que mejoran la vida de las personas. A veces perdiendo un poco en la negociación gana la sociedad”, aseguró la vicepresidenta segunda.

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Díaz insistió en que la votación dividida del martes fue un fracaso que se tenía que haber evitado con un acuerdo. “Nunca deberíamos haber llegado hasta ahí”, aseguró, después de recordar que la negociación de pensiones ha sido muy larga y muy difícil (Unidas Podemos rechazó de plano la ampliación del periodo de cómputo de 25 a 30 años que planteaba Escrivá, y se plantó ahí hasta que logró que el ministro ofreciera que fuera voluntaria, y no obligatoria, de manera que la gente puede elegir lo que más le conviene y por tanto no perderá con el nuevo cálculo), pero ha valido la pena.

Ione Belarra, ministra y secretaria general de Podemos, también aplaudió el acuerdo, con el mismo mensaje que Pablo Echenique, portavoz parlamentario: “Estamos satisfechas de haber llegado a un acuerdo que garantiza la sostenibilidad del sistema público de pensiones aumentando los ingresos. Una medida redistributiva para que aporten más los que más tienen”, señaló.

Sin embargo, la negociación de la vivienda parece más compleja por los mensajes que ya está lanzando Podemos. ERC y Bildu, socios imprescindibles para esta reforma, se muestran dispuestos a negociar lo que ha planteado el PSOE, pero antes quieren, lógicamente, que haya un acuerdo interno en la coalición, y ahí está llegando el problema.

En cualquier caso la coalición se prepara para intentar recoser las costuras con nuevos acuerdos y decisiones, pero la herida del solo sí es sí sigue sangrando y aún queda todo el proceso parlamentario con enmiendas y finalmente una votación que, si no hay sorpresas, volverá a ver a los socios divididos y a los socialistas sacando adelante la reforma con el PP.

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