Vox intenta ganar en la calle la moción de censura con la que amaga en el Congreso

Hace ya seis semanas que Santiago Abascal anunció su segunda moción de censura contra Pedro Sánchez y todavía busca un candidato al que presentar, alguien capaz de suscitar el apoyo de otros grupos de la derecha y romper el aislamiento en el que él mismo se sumió en octubre de 2020, cuando en su primer intento cosechó el respaldo de los 52 diputados de su partido y el rechazo de todos los demás.

Abascal no estará solo este sábado en la Plaza de Cibeles de Madrid, pero, salvo sorpresa de última hora, será el único líder político nacional que asista a la que pretende ser la mayor manifestación contra el Gobierno de Pedro Sánchez desde la foto de Colón, que unió a los máximos dirigentes de las tres derechas (PP, Ciudadanos y Vox) el 10 de febrero de 2019.

A diferencia de entonces, esta vez el protagonismo no corresponde a los partidos políticos, sino a un conglomerado de asociaciones en las que se mezclan ultraconservadores católicos, nacionalistas españoles, liberales y algunos exdirigentes socialistas. Lo que les une es su frontal rechazo a las medidas tomadas por el actual Gobierno, como el indulto a los presos del procés o la reforma del Código Penal en materia de sedición y malversación, así como sus pactos con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) o Bildu y lo que califican como “colonización partidista de las instituciones”, en referencia a la reciente renovación del Tribunal Constitucional que marca la ley. Más allá de diferencias ideológicas, todos comparten su rechazo al nacionalismo vasco y catalán, fruto en algún caso de su propia experiencia vital, y su animadversión hacia Pedro Sánchez, a quien los convocantes del acto atribuyen incluso el propósito de llevar a cabo “un plan de más largo alcance que permanece oculto y que avanza hacia una mutación constitucional por cauces ilegítimos”, una afirmación que evoca en parte la mentalidad conspiracionista del trumpismo.

La comunicación oficial de la concentración la presentó ante la Delegación del Gobierno de Madrid el Foro Libertad y Alternativa, una fundación que encabeza el exeurodiputado del PP y expresidente de Vox Alejo Vidal-Quadras y de la que forman parte otro fundador del partido ultra, Ignacio Camuñas, y destacadas figuras del exilio venezolano, así como el filósofo Fernando Savater, el exalcalde socialista de A Coruña Francisco Vázquez o el cineasta Iñaki Arteta, que rodará la concentración.

A la iniciativa se han sumado asociaciones como España Cívica, del expresidente de Societat Civil Catalana (SCC) Mariano Gomà; Neos, del exministro del Interior con José María Aznar Jaime Mayor Oreja; o Unión 78, de la expresidenta de UPyD (Unión, Progreso y Democracia), Rosa Díez: entre otros. Aunque el lema de la convocatoria es “por España, la democracia y la Constitución”, la asistencia a la concentración está siendo alentada desde páginas web de extrema derecha, un hecho al que la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo resta importancia. “Esta izquierda que suelta a violadores, golpistas y corruptos no nos va a decir con quién nos manifestamos”, ha declarado a esRadio la exportavoz popular en el Congreso.

Como responsable de la asociación Libres e Iguales, Álvarez de Toledo será una de las caras conocidas del PP en la concentración, a la que han descartado acudir el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a pesar de que los populares madrileños han dado su apoyo explícito al acto. Ciudadanos también mandará una delegación de segundo nivel, ya que no estará su nueva líder, Patricia Guasp, aunque podría participar su todavía portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.

Los convocantes contaban inicialmente con reunir a unas 25.000 personas, pero ahora aspiran a multiplicar esa cifra, para lo que han fletado autobuses desde numerosos puntos de España. “La gente está muy cabreada. Creo que el sábado vamos a desbordar las calles”, ha declarado Rosa Díez a Abc. Su propósito era celebrar el acto en Colón, pero la Delegación del Gobierno alegó que ya existía una convocatoria en ese mismo lugar, por lo que hubo que trasladarlo a Cibeles. El objetivo que se han marcado es llenar de gente el kilómetro de distancia que separa ambas plazas madrileñas. El presupuesto del acto ronda los 45.000 euros, de los que ya han recaudado unos 30.000 vía bizum, según fuentes de la organización.

“Esta es una movilización de la sociedad civil. Los partidos están invitados a venir, pero no es su acto”, asegura Vidal-Quadras. Para evidenciarlo, el manifiesto no lo leerá ningún político, sino dos jóvenes activistas: Nacho Trillo Arespacochaga, de Resiste España; y Julia Calvet, de S’ha acabat! (¡Se ha acabado!).

Como hace cuatro años en Colón, la concentración del sábado coincide con el arranque de un año electoral que esta vez incluye la celebración de elecciones municipales, autonómicas y generales. Aquel acto no impidió el triunfo de la izquierda; está por ver quién saca rédito político del de ahora, pero el único que queda de aquella foto en primera línea es Santiago Abascal.