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Una alegoría de la II República sufre ataques reiterados en el cementerio de Santander

Las asociaciones memorialistas denuncian que las cámaras de seguridad no han recogido las imágenes de los posibles autores del daño al monumento, en homenaje a 1.000 represaliados por el franquismo

Juan Navarro
El investigador Antonio Ontañón, en el monumento a los republicanos fusilados en Ciriego.
El investigador Antonio Ontañón, en el monumento a los republicanos fusilados en Ciriego.PABLO HOJAS

La asociación santanderina Héroes de la República y la Libertad ha denunciado el destrozo de una alegoría de la II República ubicada en el cementerio-jardín de Ciriego, en Santander. El conjunto, erigido hace 22 años, homenajea a 1.000 represaliados que fueron depositados en la fosa común que se encontraba debajo de estos 10 monolitos. Nueve de ellos muestran los nombres de las víctimas del franquismo y el restante, el que ha sido dañado, presenta una imagen femenina como metáfora republicana acompañada de un león con la bandera tricolor como fondo. El Ayuntamiento de Santander señala que la disposición de las cámaras de seguridad instaladas no permiten grabar al autor o autores del ataque.

Los daños sobre la imagen se aprecian a simple vista sobre todo en el rostro de la mujer que encarna a la República y en del león, que tras lo ocurrido presentan grietas provocadas, según sospechan en la asociación afectada, por el impacto de objetos contundentes. Los hechos fueron constatados a principio de este enero por parte de visitantes del cementerio y dieron parte de ellos, pero los ataques comenzaron hace meses, agregan fuentes de la asociación memorialista, que critican que por la ausencia de grabaciones se dificulte señalar a los posibles responsables.

El presidente de la asociación Héroes de la República y la Libertad, Antonio Ontañón, censura un daño que, al contrario de lo que sostiene el Ayuntamiento, no es el primero en este conjunto que ensalza la II República (1931-1936). “Esto es lamentabilísimo, estos actos son obra de los biznietos de quienes fusilaron a las víctimas del franquismo”, lamenta. Enumera otras agresiones que ha recibido esta estructura en el pasado, como el intento de arrancar y robar las placas, empeño que terminó cuando finalmente el colectivo de memoria las ancló al terreno del camposanto.

Ontañón destaca el esfuerzo de la asociación, que corre con los gastos de devolver a su estado el conjunto, para darle nombre al millar de cadáveres, sin nombre, hasta los trabajos de los colectivos memorialistas, que acabaron en este cementerio y darles homenaje por su defensa a la II República. Allí arrojaron en su momento tierra de cada una de las fosas comunes de Cantabria y se acude cada 14 de abril, aniversario de la proclamación en 1931 del régimen republicano, en su apoyo. “Van a continuar”, cree el hombre, pues la ausencia de pruebas en contra de los vándalos impide su identificación o detención. Los anteriores episodios vandálicos fueron denunciados sin que la Policía pudiese actuar ante la falta de evidencias.

Portavoces del Consistorio que preside Gema Igual (PP), con apoyo de Ciudadanos, esgrimen que se trata de un bien “privado” integrado en el patrimonio municipal. “A ellos les corresponde formular la correspondiente denuncia”, afirman, y añaden que el cementerio no tiene responsabilidad en restaurar esos “actos vandálicos” que se producen “a terceros” por parte de los autores. “Existe un sistema de grabación que se ha instalado recientemente en el perímetro, pero dada la disposición de las cámaras para controlar accesos irregulares al recinto, es probable que no se pueda obtener información relevante de las mismas”, indican estos portavoces, que lo atañen a un “hecho aislado” desde la inauguración el 14 de abril de 2001.

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El portavoz municipal del PSOE y candidato a la alcaldía en las elecciones municipales de mayo, Daniel Fernández, asegura que su grupo ha presentado una pregunta en el Pleno para saber si se han visionado las grabaciones y cómo se vigila que esos homenajes se mantengan adecuadamente. “A nadie se le debe escapar que si hubiese daños en otras lápidas iban a mover Roma con Santiago para encontrar a los culpables y restaurar el homenaje”, observa Fernández, que cree que “el Ayuntamiento tiene una respuesta gélida sobre lo ocurrido, los demócratas debemos defender estos símbolos y parece que a ellos no les importa mucho”. El político socialista considera que ante la reiteración del vandalismo se debería ampliar el dispositivo de control y seguridad para que no se repitan los hechos y se pueda localizar a los responsables en caso de repetirse.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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