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Los seis sobres con artefactos pirotécnicos contenían pequeñas cantidades de pólvora y de metralla

Los primeros informes policiales remitidos a la Audiencia Nacional no concretan ninguna hipótesis sobre la autoría

Dos guardias civiles, ante la puerta de la Embajada de Estados Unidos en Madrid, donde este jueves se ha detonado un sobre con material pirotécnico. Foto: FERNANDO VILLAR (EFE) | Vídeo: EPV

Los primeros análisis sobre el único de los seis artefactos pirotécnicos enviados por correo en los últimos días, que ha podido ser neutralizado, han aportado las primeras pistas a los investigadores. Tras su análisis, los expertos en desactivación de explosivos de la Policía han concluido que se trata de ingenios caseros que activaban con un sedal una pequeña carga de pólvora pensada para deflagrar, es decir, provocar una llama súbita, y al que le habían incorporado trozos metálicos ―minúsculas bolas― a modo de metralla, según confirman a EL PAÍS fuentes policiales. Otras fuentes los describen como “petardos”, pero destacan que pueden hacer “daño” al que abra el sobre. Hasta ahora, el único que se activó, el que iba dirigido al embajador de Ucrania en España, Sergi Pohoreltsev, causó lesiones leves en una mano a un trabajador de la legación diplomática.

Las otras cinco misivas tenían como destinatarios el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles; la embajadora de EE UU, Julissa Reynoso; el director de la empresa de armamento Instalaza, y el responsable del Centro de Satélites de la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid. De ellas, las cuatro primeras fueron detonadas de manera controlada por los expertos policiales en desactivación. La última es el que pudo ser neutralizada sin que sufriera daños. Ninguna contenía notas o textos con amenazas, detallan fuentes cercanas a la investigación. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una carta remitida a los otros países de la UE y del Espacio Schengen, señala que el envío de estas cartas “podría estar relacionado con la invasión de Ucrania por Rusia”.

Los expertos policiales están sometiendo los sobres ―de cartón marrón y de unos 18 por 10 centímetros― y su contenido a distintas pruebas de criminalística en busca de huellas dactilares y restos de ADN para cruzarlos con los datos que obran en el Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID) y la base policial de perfiles genéticos en busca de coincidencias que ponga nombre al autor. También se intenta identificar la firma fabricante de los sobres, así como la compañía que los distribuye en España. Además, la Policía analiza la anotación manuscrita que figuraba en el sobre con la identidad y dirección del destinatario.

Los investigadores también han pedido colaboración a Correos, según confirman fuentes de la compañía. Según señaló este jueves el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, todo apunta que las cartas fueron enviadas por correo ordinario “desde territorio nacional”. En concreto, se les ha pedido información sobre el lugar y día donde se adquirieron algunos de los sellos que aparecen en las misivas (de 2,70 euros, suficiente para mandar cartas de 100 a 500 gramos dentro de España) y que supuestamente fueron comprados a la vez. Esto permitiría a los agentes rastrear los vídeos grabados por las cámaras de seguridad instaladas en la vía pública, comercios, sucursales bancarias y estaciones de metro cercanas al punto de compra para buscar una imagen de la persona que los adquirió. También para recabar datos de las compañías de telefonía sobre los móviles que estuvieron activos en la zona en aquella jornada.

Mientras tanto, los informes iniciales enviados por la Policía al titular del Juzgado Central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, que fue quien abrió la investigación tras conocerse el paquete enviado a la embajada de Ucrania en España, no aportan demasiada información, según fuentes jurídicas. En estos documentos policiales, los investigadores no concretan ninguna hipótesis sobre la autoría y tampoco solicitan al juzgado ninguna actuación específica a ejecutar, añaden las mismas fuentes. El magistrado dio luz verde a unas pesquisas iniciales por un presunto delito de terrorismo, que ha acabado ampliando este jueves tras conocerse la existencia de más envíos con material pirotécnico.

Ante las aparentes conexiones entre los diferentes sobres —todos son similares, según ha recalcado Interior—, el juez ha decidido incluir todos los hechos en la misma causa y, a lo largo de la jornada, la Policía le ha ido enviando información sobre los diferentes paquetes interceptados. De esta forma, a media tarde, el juez ya tenía sobre la mesa comunicaciones de los investigadores sobre los envíos remitidos a la embajada de Ucrania, la base aérea de Torrejón, el Ministerio de Defensa, el Palacio de La Moncloa y la empresa armamentística de Zaragoza. Por ahora, el Ministerio del Interior no tiene previsto convocar a la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista para estudiar un posible incremento de la alerta, situada desde 2015 en el nivel 4, sobre cinco niveles, según señaló este jueves el secretario de Estado de Seguridad.

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