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Escándalo en el Congreso tras espetar Vox a Irene Montero: “Su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”

Los insultos de la extrema derecha a la ministra, a la que han llamado “libertadora de violadores”, provocan uno de los mayores tumultos de la legislatura

La ministra de Igualdad, Irene Montero, este miércoles en el Congreso.Foto: Fernando Sánchez (Europa Press)
Xosé Hermida

Carla Toscano es una diputada de Vox que se ha distinguido desde su llegada al Congreso por sus discursos y gestos provocadores contra las feministas, entre ellos el de burlarse del movimiento contra el acoso sexual al presentarse en una ocasión en la Cámara portando una camiseta con la leyenda: “Not me too”. Este miércoles, Toscano ha logrado superarse a sí misma hasta provocar uno de los mayores escándalos que ha vivido la Cámara en una legislatura ya habitualmente marcada por la fuerte tensión. La diputada de extrema derecha no se conformó con llamar a la ministra de Igualdad, Irene Montero, “libertadora de violadores”, sino que le espetó: “El único mérito que tiene usted es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Y el hemiciclo estalló.

La diputada de Vox en el Congreso Carla Toscana, durante su intervención.
La diputada de Vox en el Congreso Carla Toscana, durante su intervención.Fernando Sánchez (Europa Press)

Primero los diputados de Unidas Podemos y de inmediato también los del PSOE comenzaron a aporrear sus pupitres mientras coreaban “¡no todo vale!”. Y entonces se desató una especie de guerra de gritos entre la izquierda y la extrema derecha, con el PP como testigo mudo. “¡Li-ber-tad!”, replicaron los diputados de Vox. “Libertad para insultar”, respondieron a su vez los grupos que apoyan al Gobierno. “¡Dimisión!”, devolvieron entonces desde la bancada contraria.

El vicepresidente primero del Congreso, el socialista Alfonso Gómez de Celis, que en ese momento dirigía la sesión, llamó al orden a la parlamentaria y reclamó calma, pero el griterío continuó durante varios minutos. De uno y de otro lado, los diputados se intercambiaban frases inaudibles desde sus escaños entre aspavientos. Vox no solo no se desmarcó de las palabras de su diputada, sino que la jaleó en todo momento y varios compañeros se acercaron a felicitarla. Pero Toscano también logró involuntariamente que los dos grupos del Gobierno olvidaran sus diferencias sobre la ley del solo sí es sí y cerraran filas para arropar a la ministra. Y no solo ellos: también los representantes de ERC y EH Bildu se pusieron en pie para ovacionarla. Incluso una diputada de Ciudadanos, Sara Giménez, se sumó el aplauso, aunque sin levantarse. El Gobierno, empezando por el presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no tardó en condenar a través de Twitter los insultos a la titular de Igualdad.

Montero pidió la palabra desde su escaño para reclamar, con gran energía, que las frases de Toscano se reflejen en el Diario de Sesiones a fin de evidenciar la “violencia política que se está ejerciendo en este momento en la sede de la soberanía popular”. “¡Las feministas y las demócratas somos más!”, gritó antes de darse la vuelta, señalar con el brazo a los miembros de Vox y rematar: “¡Y les vamos a parar los pies a esta banda de fascistas!”. Luego llegó la ovación de toda la izquierda, que Montero escuchó sentada y con gestos que denotaban esfuerzos por contener las lágrimas.

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La ministra de Igualdad comparecía, como todos los miembros del Gobierno desde el lunes hasta el jueves, para exponer los Presupuestos de su departamento. La sesión se presumía caliente, ya que, desde el inicio del pleno presupuestario, habían abundado los ataques a Montero —aun cuando se debatían otras cuestiones— por la rebaja de penas a agresores sexuales que están decidiendo algunos jueces en aplicación de la ley del solo sí es sí. El debate, sin embargo, estaba transcurriendo con relativa tranquilidad. Solo se produjo un pequeño incidente cuando la diputada del PP Tristana Moraleja abandonó muy airada el hemiciclo después de que Sofía Castañón, de Unidas Podemos, acusase a su partido de “misoginia”.

Por los populares intervino otra parlamentaria, Margarita Prohens, que dirigió duras críticas a la ministra y reclamó su dimisión, aunque sin derivar en ningún momento hacia el insulto. “Ustedes estarían en las calles exaltadas si fuese el PP quien hubiese aprobado esta aberración”, señaló Prohens. “Ni es cuestión de jueces fachas ni hay una conspiración de todos contra usted”. Posteriormente, la portavoz y secretaria general del PP, Cuca Gamarra, condenó en Twitter los ataques de Vox. Insistió en que Montero debe asumir responsabilidades políticas por una ley con “efectos nefastos”, pero subrayó que “nadie tiene derecho a ofenderla y entrar en su vida personal”.

La intervención de Prohens transcurrió con normalidad y sin que las bancadas rivales ofreciesen signos de sentirse molestos por sus críticas. Y entonces llegó Toscano. Comenzó definiendo así lo que, según ella, es el propósito de la política del Ministerio de Igualdad: “Fabricar seres humanos alienados, sin vínculos de familia, ignorantes, sin discernimiento, sin espiritualidad, irreligiosos, meramente corporales y genitales”. Las bancadas de la izquierda comenzaron a alborotarse cuando la parlamentaria ultra llamó a la ministra “libertadora de violadores” y la acusó de “promocionar el sexo entre menores”. El estallido llegó después de que Toscano afease a Montero sus críticas a los jueces, “personas que han estudiado muchos años y aprobado una oposición”. “Hay que tener la cara de cemento armado”, añadió, para descerrajar de inmediato: “Y el único mérito que ha hecho usted es estudiar en profundidad a Pablo Iglesias”.

Tras los minutos de alboroto, ya con un poco más de calma, subió a la tribuna la socialista Laura Berja, quien apuntó a Toscano: “No es usted digna de estar en esta Cámara. ¡Qué vergüenza! Los españoles no se merecen esto”. Berja ya vivió hace tiempo un episodio semejante después de que otro miembro de Vox, José María Sánchez, le llamase “bruja” durante un debate. Minutos después del incidente, Toscano charlaba en el patio del Congreso, rodeada de otros miembros de la extrema derecha, y luciendo una radiante y triunfal sonrisa.

Lejos de disculparse, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, pidió la palabra al final de la sesión para quejarse de que otro diputado de UP había equiparado las palabras de Toscano a la violencia de género. La presidenta, Meritxell Batet, no le permitió intervenir y, aun sin citar a la parlamentaria de Vox, deploró las “expresiones que nada tienen que ver con lo que se espera” de los representantes de los ciudadanos. “Les pido encarecidamente que reflexionen sobre la imagen que trasladamos fuera de esta Cámara, individual y colectivamente”, reconvino Batet. “Si queremos una sociedad que se respete, debemos respetarnos entre nosotros”.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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