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El horror ya asoma en la fosa 702, “el corralillo de los ahorcados”

Los arqueólogos hallan los primeros restos de represaliados de la Guerra Civil en una sepultura común de Jaén con más de 1.200 víctimas

Cráneo hallado en la fosa número 702 del viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, la semana pasada.
Cráneo hallado en la fosa número 702 del viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, la semana pasada.Jose Manuel Pedrosa (EFE)
Ginés Donaire

El horror y la barbarie ya han dado la cara en la fosa 702 del viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén. Con las primeras catas realizadas, han salido a la luz restos humanos que, a falta de los análisis antropológicos, ya se sabe que corresponden a las 1.200 víctimas de la represión franquista que fueron enterradas en esta zanja, también conocida como “el corralillo de los ahorcados”. Los familiares descendientes de los allí inhumados llevan más de 80 años reclamando dignidad, y muchos de ellos ya han muerto esperando a que llegase ese momento.

“Las catas realizadas hasta ahora nos han evidenciado que estamos en la periferia de la fosa 702”, apunta Juan Pedro Bellón, que forma parte del equipo del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, encargado de llevar a cabo el proyecto de delimitación y exhumación de esta fosa, aprobado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Ministerio de la Presidencia.

La casualidad ha querido que los primeros hallazgos en esta fosa hayan coincidido con la exhumación de los restos de Gonzalo Queipo de Llano de la basílica de La Macarena, en Sevilla. El represor franquista está acusado de ser responsable de más de 45.000 muertes en toda Andalucía durante la Guerra Civil. Y suya fue la orden para el fatídico bombardeo del 1 de abril de 1937 que mató a 157 personas en el casco antiguo de Jaén. Algunas de esas víctimas podrían estar también en la fosa 702 del viejo cementerio jiennense.

Muchos de los familiares de estas víctimas aguardan con emoción el trabajo de los arqueólogos y, a la espera de la identificación de los restos óseos, ya han montado su santuario particular donde recuerdan a sus seres queridos. Algunos de esos familiares se están aprovisionando ya de los test de ADN que entrega el Instituto Anatómico de la Junta de Andalucía para facilitar la identificación de las víctimas.

Una de las represaliadas de la que no se alberga ninguna duda de que está enterrada en esta fosa es Dolores García-Negrete, símbolo de la lucha republicana contra el franquismo y fundadora de la Asociación de Mujeres Antifascistas de Jaén. Cuatro de sus hijos consiguieron esquivar la persecución huyendo al exilio y otros cuatro terminaron en campos de concentración y en la cárcel. Dolores García-Negrete fue la peor parada.

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Pudo haber partido hacia el puerto de Alicante en busca del exilio, pero no quiso. Fue detenida, encarcelada y condenada a muerte. El 1 de marzo de 1940 fue fusilada en las tapias del cementerio de San Eufrasio de Jaén.

Trabajos de excavación en el interior de la fosa de San Eufrasio. Foto: JOSE MANUEL PEDROSA (EFE) | Vídeo: EPV

“Esta es una etapa de la historia de España que hay que cerrar, exhumando hasta el último cuerpo, hasta que no se identifiquen esa herida no se va a cerrar; esto no es una pelea de fachas y rojos”, ha señalado el exsecretario general de UGT Cándido Méndez, durante la visita a la fosa 702 junto a la líder ugetista en Andalucía, Carmen Castilla. “Hay que darle esa justicia a estas personas que dieron su vida por la República y que dieron su vida y fueron asesinadas por pensar diferente”, ha remachado Castilla, tras recordar a la Junta de Andalucía (gobernada por el PP) su “responsabilidad” en el cumplimiento de la ley de memoria histórica.

Según la documentación de la Asociación de Memoria Histórica de Jaén, en la fosa 702 hay 1.081 víctimas de la represión franquista. Pero, justo al lado, hay otras dos fosas, la 548 y la 48, donde se busca a otros 173 y 32 desaparecidos, respectivamente. La fosa 702, la más grande en la provincia de Jaén, estuvo abierta hasta 1948, que fue el año en el que, según los historiadores, se enterró al último maqui y guerrillero antifranquista de los muchos que se escondieron en los montes de Sierra Morena al término de la Guerra Civil.

Los trabajos de los arqueólogos en el viejo cementerio de Jaén es probable que se prolonguen al menos hasta final de año. “Llevamos muchos años esperando este acto de justicia y de reparación”, indicó Miguel Ángel Valdivia, presidente de la Asociación de Memoria Histórica de Jaén, que ha añadido que aún está pendiente la firma del convenio entre las cuatro Administraciones que van a financiar estos trabajos de exhumación: Gobierno de la nación, Junta de Andalucía, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Jaén.

En 2018, la actualización del Mapa de Fosas Comunes de Andalucía llegó a documentar 702 de estos enclaves de la represión en la Guerra Civil y la dictadura franquista en toda la comunidad andaluza, 27 de ellos en la provincia jiennense. Seis de esas fosas se encuentran en el viejo cementerio de San Eufrasio, pero ninguna tiene sepultado tanto dolor y tanta crueldad como la fosa 702.

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