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La burundanga acecha a las vacas en los prados gallegos

La planta de la que se extrae la droga de la sumisión envenenó al ganado de una pequeña granja de A Coruña: “Cada diez minutos moría un animal”

Vacas Galicia
Vacas pastando en una granja de Galicia.Carlos Castro (Europa Press)

No hay antecedentes de un hecho similar al ocurrido en la granja de una aldea del ayuntamiento coruñés de Rois, donde nueve vacas murieron envenenadas al ingerir estramonio, la planta de la que se extrae la burundanga, conocida como droga de la sumisión y que se ha descrito como causa de agresiones sexuales al inhibir la voluntad y producir pérdida de memoria temporal. La Consellería de Medio Rural de la Xunta ha reaccionado con una alerta sobre la presencia de esta especie invasora (Datura stramonium), y prepara un protocolo de actuación para que los ganaderos la puedan detectar y erradicar con herbicidas en los pastos gallegos y veredas donde se ha multiplicado sin control.

La fatídica mañana de lluvia del pasado 21 de octubre, Manuel Rodríguez, de 50 años, propietario junto a su madre de esta pequeña granja familiar que saca adelante con la ayuda de un vecino, no llevó a sus 14 vacas lecheras a pastar, como solía hacer cada día, sino que segó hierba para que los animales comieran en el establo. Pronto aparecieron los primeros síntomas de envenenamiento. Los estómagos de los bovinos comenzaron a hincharse y las reses se tambaleaban antes de caer fulminadas: “Cada diez minutos moría una vaca, esto era una desolación”, ha contado el ganadero.

Manuel Rodríguez hizo una llamada de emergencia a su veterinario y este, al observar los cadáveres y los síntomas de los animales que aún estaban vivos, diagnosticó sin dudarlo que se trataba de un envenenamiento cuya causa solo podía determinarla con una autopsia. El facultativo nunca se había encontrado con un cuadro clínico semejante. Únicamente pudo salvar una res que estaba casi en parada respiratoria y otras cuatro que respondieron rápidamente al tratamiento farmacológico.

Fue una vecina que acudió a la llamada de los dueños de la explotación la que dio la pista al veterinario de que en esa aldea había mucha planta de estramonio. Comenzaron a buscar algún indicio por si la mujer tenía razón. Al remover los silos de hierba que las vacas todavía no habían comido, localizaron la prueba que fue corroborada con el resultado de la autopsia que se le hizo a una de las reses.

Este es el aspecto de la planta Datura Estramonio, de aspecto ornamental y habitual en jardines.
Este es el aspecto de la planta Datura Estramonio, de aspecto ornamental y habitual en jardines.

Era evidente que los animales que lograron sobrevivir habían ingerido menos cantidad de estramonio. Sin embargo, a pesar de su experiencia, ningún antecedente le indujo a pensar al facultativo que estaba ante una intoxicación por este veneno que se concentra en la semilla de la flor de la que se obtiene la burundanga. “Perdí mis vacas y arruiné mi medio de vida”, se lamentaba Manuel Rodríguez al sentirse culpable de lo ocurrido.

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La clave del envenenamiento masivo estaba en la siega, ya que en los prados las vacas nunca hubieran comido esta planta, habrían desechado cualquier hierba tóxica de su dieta. La noticia alarmó al sector ganadero vacuno de producción láctea. Medio Rural envió a Rois al jefe territorial del departamento autonómico y a veterinarios del Centro de Investigaciones Agrarias para conocer el caso sobre el terreno y preparar un protocolo de actuación con el fin de que fuera difundido a través de asociaciones y ayuntamientos. La primera recomendación diseñada por los expertos se ciñe a ejecutar un plan de eliminación eficaz de las plantas de estramonio con potentes herbicidas en los prados y caminos donde campan a sus anchas. Esta especie se camufla en medio de múltiples hierbas autóctonas, aunque es fácil de identificar por sus flores blancas y el tamaño de sus hojas.

Ola de solidaridad con el ganadero

En Rois, un municipio de 4.500 habitantes, los vecinos se han movilizado para ayudar a Manuel Rodríguez y su familia. El seguro que tiene el ganadero no le cubre la pérdida de sus vacas, al haber sido él quien le dio a sus animales la planta que acabó con su vida. El Ayuntamiento dio un primer paso al proponer su alcalde, el popular Ramón Tojo, que los concejales destinaran el importe de las dietas por asistencia al pleno que se celebró el pasado lunes para colaborar en la compra de las vacas que perdió Rodríguez. Los grupos de la corporación del PSdeG-PSOE y BNG secundaron la propuesta.

El gobierno local ha habilitado además una cuenta bancaria para que los vecinos puedan hacer aportaciones y no paran de surgir otras iniciativas, como la venta de rifas para un sorteo de maquinaria agrícola cedida por un empresario de Negreira y otras ayudas promovidas por la Asociación de Mujeres Rurales de Urdilde.

“Este es un pueblo pequeño donde nos conocemos todos y esta es una familia humilde, muy trabajadora, que necesita ayuda económica, porque este es un hecho insólito y una desgracia lo que les ha pasado”, explica el regidor de Rois. “Este pobre hombre está hundido por la mala suerte y su caso ha conmovido a todo el vecindario porque saben que no es badulaque”, apostilla Tojo.

En apenas una semana, la recaudación superó los 1.500 euros y Manuel Rodríguez ya ha podido reponer al menos una de las vacas, mientras el saldo de la cuenta bancaria no deja de crecer. “El hombre está emocionado y agradecido porque no esperaba esta calidez humana, y yo, como vecino y alcalde, tengo que decir que me siento orgulloso por esta ola de solidaridad que es absolutamente ejemplar. Gracias al pueblo está familia puede salir adelante”, comenta Tojo.

La planta venenosa del estramonio es originaria de América y fue introducida en Europa en los siglos XV y XVI. También se la conoce como hierba hedionda por su desagradable olor y sabor. La flor contiene unas semillas compuestas por dos alcaloides: la hiosciamina y la escopolamina. Este último funciona como un potente analgésico y relajante. La burundanga se obtiene cuando estas semillas se mezclan con algunos compuestos químicos. Además de la droga de la sumisión, también se la conoce como droga zombi porque provoca ausencia de la voluntad y memoria, confusión y pérdida de los sentidos.

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