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Feijóo recrudece el choque con Sánchez, que baja el tono para proteger la negociación del Poder Judicial

El presidente del Gobierno, al líder del PP: “Yo prefiero la Cataluña de 2022 a la de octubre de 2017. ¿Y usted?”

El segundo encuentro entre Sánchez y Feijóo en el SenadoFoto: Claudio Álvarez | Vídeo: EPV

Esta vez se invirtieron los papeles. Si en el último debate Pedro Sánchez había hecho de duro jefe de oposición de la oposición, y Alberto Núñez Feijóo se quejaba de sus golpes, en el segundo gran debate en el Senado entre ambos, el presidente del Gobierno rebajó mucho el tono. Y fue el máximo responsable del PP quien se lanzó esta vez desde el primer momento hasta el último contra Sánchez con una durísima serie de ataques en ocasiones personales —”¿no se da cuenta de que está haciendo el ridículo?”, le dijo— en el que le llegó a pedir que retire los Presupuestos y vuelva a empezar porque no se cree las previsiones sobre las que están hechos. Si la otra vez fue Sánchez el que llamó insolvente a Feijóo, esta vez fue el líder de la oposición el que le devolvió esa acusación.

En medio del debate sobrevolaba un elefante en la habitación que solo citó Sánchez de pasada: la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Feijóo hizo como si no existiera y se lanzó a la yugular de Sánchez, con quien supuestamente está ultimando su primer gran pacto. Por el contrario, el presidente la tenía muy presente y el riesgo de dar excusas a Feijóo para romperla, y las críticas que le llovieron a Sánchez por el tono del último debate, hicieron que rebajara mucho los decibelios. “Parece que podemos llegar a un acuerdo en el Poder Judicial, hay que preservar ese espacio”, dijo Sánchez con claridad. Aunque el tono era suave, en el fondo sí preparó una catarata de datos para demostrar que el PP, que ahora quiere dar lecciones de gestión, fue quien más aumentó la deuda pública para rescatar sobre todo al sistema financiero, quien más subió los impuestos, quien más recortes sociales hizo, y quien estaba en el Gobierno en el cenit de la crisis independentista catalana, en 2017. Fue el momento más aplaudido del debate en la bancada de la izquierda, con todos en pie. “Ustedes siempre dicen lo mismo. Llevamos 40 años con esto. Cualquier presidente socialista es un mal patriota porque rompe España”, arrancó Sánchez. “Pero señor Feijóo, ¿usted prefiere la España de 2017 o la de 2022? ¿La Cataluña de 2017 o de 2022? Yo prefiero la de 2022. No den lecciones de españolismo, somos igual de patriotas que ustedes”, remató.

De nuevo, Sánchez trató de forzar a Feijóo a mojarse con las decisiones clave de su Gobierno: subir el salario mínimo, revalorizar todas las pensiones al 8,5%, subir los impuestos a las grandes energéticas, a la banca, a las grandes fortunas. Y el líder gallego se escapaba una y otra vez. Sánchez le exigía que presentara alguna propuesta, y él, que se quejaba de que no tenía tiempo para explicarlas, llevó un tocho a la tribuna y se lo entregó al presidente del Senado, el socialista Ander Gil. “Aquí están mis propuestas”, insistió. Pero no explicó ninguna. El papel llegó al Gobierno, y resulta que no eran propuestas nuevas, sino los cuatro documentos que ya había enviado el PP a La Moncloa. Presionado por Sánchez, en la réplica Feijóo le llegó a decir: “Sí que le he hecho una propuesta, que retire los Presupuestos”.

Sánchez y su equipo están convencidos de que Feijóo tiene dos debilidades: una, que no conoce a fondo los asuntos y le falta equipo, y eso le perjudica en el debate en cuanto Sánchez empieza a sacar datos claros. Y dos, que el PP aún arrastra una mala imagen de la gestión de Mariano Rajoy y su traumática salida por la sentencia del caso Gürtel. No en vano, el PP pasó de los 183 diputados de 2011 a los 66 de las primeras elecciones de 2019. De hecho, aún sigue en 89, aunque la mayoría de las encuestas señalan un enorme crecimiento con Feijóo y la posibilidad real de ganar las elecciones. Sánchez se concentró en esa gestión de Rajoy, de la que Feijóo, una especie de heredero político del expresidente, gallego como él, no puede renegar.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este martes durante el pleno del Senado.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este martes durante el pleno del Senado.Claudio Álvarez

Feijóo le había reprochado el aumento de deuda pública en los últimos años, de 20 puntos. Le acusó de estar hipotecando a hijos y nietos. Sánchez se revolvió. “Usted habla mucho de deuda pública, señor Feijóo, aunque en Galicia la triplicó. ¿Sabe qué hemos tenido que contabilizar como deuda pública? Los 35.000 millones de euros del banco malo, la Sareb, que crearon ustedes. ¡Eso sí es una herencia envenenada! Nosotros endeudamos el país para defender empleo y comprar vacunas, ustedes para un banco malo diciendo que no nos iban a costar ni un euro. Ustedes deprimieron la economía, y aprobaron una reforma laboral que llevó a millones de trabajadores al paro”.

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El debate también se llevó a la esfera internacional. Mientras Sánchez intentaba desacreditar las propuestas de bajadas de impuestos de Feijóo con el fiasco del Reino Unido, que ha tenido que rectificar por completo, el líder del PP le ponía el ejemplo de Portugal, donde el primer ministro, el socialista António Costa, ha logrado un pacto de rentas que implica una subida moderada de las pensiones y una bajada también suave de impuestos. Feijóo no tiene ningún gran referente del Partido Popular Europeo (PPE) al frente de un país relevante, y Truss no es un buen modelo a seguir, así que recurre al socialdemócrata Costa.

Pero sobre todo Sánchez intentó una y otra vez sin éxito que Feijóo se mojara y saliera de las críticas para plantear qué hubiera hecho él ante una crisis como esta. “Usted habla de rebajar el gasto. ¿Qué partidas quitaría? ¿Los ERTE? Fueron 27.800 millones de euros para 3,6 millones de trabajadores. ¿La prestación de autónomos que cubrió a la mitad de ellos? Fueron 7.500 millones. ¿Las ayudas de 10.000 millones a las empresas, con 223.000 beneficiarios? ¿Hubiera comprado las vacunas, que fueron 3.400 millones? ¿No habría hecho las transferencias para reforzar la sanidad a las autonomías, que fueron 30.000 millones? ¡Pero si usted como presidente de la Xunta me pedía prorrogar y extender los fondos covid! No hable de pufos. Daña su propia imagen”, insistía Sánchez. Feijóo solo insistía en un recorte claro, aunque muy lejano a esas enormes cantidades que realmente implican un aumento significativo de los gastos: el número de ministerios y el tamaño del Gobierno.

“Los españoles han dejado de creer en usted”

Mientras, el PP había pedido a Sánchez que rectificara el tono, pero Feijóo no hizo lo mismo y salió en tromba con agresividad desde el primer momento, contra el Gobierno y de forma directa contra el presidente. Le pidió que escuche más a Felipe González, porque así tendría “más sentido de Estado”, le reclamó varias veces que “vuelva a la realidad”, y sacó a relucir que, cuando era un diputado raso en 2010 votó a favor de congelar las pensiones. “Usted ya no cree en España”, le espetó a Sánchez, “porque los españoles han dejado de creer en usted”. Feijóo auguró también que el Presupuesto que acaba de llegar al Congreso será el último de Sánchez como presidente, a quien presentó liderando un Gabinete agotado. “Por su división y su debilidad, la mejor decisión para España es cambiar de Gobierno”.

Feijóo siguió percutiendo con ataques personales a Sánchez, a quien acusó de “llegar al Gobierno a lomos de una mentira” (la moción de censura por la sentencia de la Gürtel, aunque luego ganó dos elecciones generales) y de gobernar “la nación europea con la peor recuperación económica de Europa”. La arremetida más jaleada por la bancada popular fue la referida al supuesto acuerdo de Sánchez con Pere Aragonès sobre el uso del castellano en la enseñanza catalana. “Yo no pactaré con el independentismo para que los niños catalanes no puedan aprender español”, criticó Feijóo desde la tribuna mientras sus senadores se encendían con sonoros aplausos. Poco después, Sánchez también levantó a los suyos cuando insistió en que por mucho que el PP les llame antipatriotas, lo cierto es que con el PSOE en el Gobierno la situación en Cataluña está mucho mejor que cuando gobernaba el PP.

Pedro Sánchez, este martes en el Senado.
Pedro Sánchez, este martes en el Senado.Claudio Álvarez

En La Moncloa estaban muy satisfechos con el debate, porque creen que con un tono menos agresivo pero con datos de fondo —y también aprovechando que tiene un tiempo ilimitado y eso le da una enorme ventaja que usa de forma reiterada— Sánchez logra desactivar la imagen de moderado y buen gestor de Feijóo, tanto que creen que en algún momento logró sacarle de sus casillas y ponerlo nervioso. En el PP, por el contrario, creen con su presión han logrado que Sánchez rebaje el tono. En cualquier caso, ambos sectores coinciden en que el debate ha logrado uno de sus objetivos principales: no dinamitar la negociación del Poder Judicial. Ahora solo falta el primer gran pacto para rematar esta nueva sensación que dejó el segundo gran debate en el Senado en un mes.

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