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Marruecos y España normalizan relaciones tras contenerse la presión migratoria

Rabat anuncia una reunión conjunta en diciembre para asociar a otros países en la lucha contra las redes de tráfico de personas

Juan Carlos Sanz
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo marroquí, Naser Burita, el miércoles en Nueva York.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo marroquí, Naser Burita, el miércoles en Nueva York.MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES (MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES)

Medio año después del acercamiento diplomático que puso fin a un largo periodo de desavenencia, España y Marruecos han comenzado a poner en práctica las medidas de normalización de relaciones acordadas. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo marroquí, Naser Burita, lo escenificaron el miércoles en Nueva York en los márgenes de la Asamblea General de la ONU, al anunciar la celebración de una reunión de alto nivel (RAN), que ambos países no convocaban desde 2015, antes de finales de este año, probablemente en noviembre. También pusieron fecha, a partir de enero, a la reanudación del comercio bilateral por vía terrestre, que solo es factible a través de aduanas en Ceuta y Melilla. Ambos cancilleres se cuidaron de mencionar por su nombre a las ciudades autónomas, reclamadas históricamente por Marruecos, pero dejaron claro el compromiso de cumplir el acuerdo adoptado por el rey Mohamed VI con Pedro Sánchez tras el giro del presidente del Gobierno sobre el Sáhara Occidental.

El anuncio de pasos concretos coincide con la contención de la presión migratoria desde el país magrebí, reflejada en una caída del 20%, según dijo, en la llegada de inmigrantes irregulares durante los pasados cuatro meses en relación al verano anterior. “Son pruebas de una excelente cooperación (en el control de la inmigración irregular)”, admitió Albares. El ministro saludó el inicio de “una nueva etapa” y anunció que ambos países van a reforzar la cooperación en la lucha contra el tráfico de personas en dirección a las islas Canarias “en la fachada atlántica”, esto es, las costas que van desde el Estrecho de Gibraltar hasta África occidental, que incluyen las del territorio del Sáhara.

Las últimas cifras del Ministerio de Interior español reflejan una caída del 19% en las llegadas de inmigrantes irregulares por vía marítima respecto al año anterior, aunque las llegadas por vía terrestre (Ceuta y Melilla) se han incrementado en un 40%, lo que representa una reducción total efectiva del 16,5%. Casi todas las zonas han visto disminuir las llegadas.

El ministro Burita fue aun más explícito al calificar de “ejemplares y únicas” las relaciones de cooperación en materia migratoria. En declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial MAP, el jefe de la diplomacia marroquí adelantó que Madrid y Rabat van a coordinar esfuerzo, en una reunión prevista en diciembre, para intentar asociar a otros países en la lucha contra las redes de trata de seres humanos. En una reciente entrevista publicada por la agencia Efe, Jalid Zeruali, director de Migración y Vigilancia de Fronteras del Ministerio del Interior marroquí, afirmaba que, entre enero y julio, las fuerzas de seguridad habían abortado 40.600 tentativas de emigración a Europa (un 11 % más que en 2021) y desmantelado 124 redes de tráfico de inmigrantes.

Marruecos avala la política conjunta de control de la inmigración irregular en “una dinámica de cooperación que tendrá repercusiones positivas tanto en el plano bilateral como en el regional”. Burita reconoció que España ha cumplido sus compromisos en el restablecimiento de los enlaces marítimos tras el parón de la pandemia. La Operación Paso del Estrecho, en la que se han visto implicados más de 1,4 millones de viajeros por sentido este verano, se ha acercado a los niveles de 2019, con solo un 13% de reducción en la llegada a su país de marroquíes residentes en el extranjero y de un 10% en el retorno a sus domicilios en Europa.

El gobierno autónomo de Ceuta, en manos del Partido Popular, ha recibido con “prudencia” el anuncio “positivo” de la apertura de una aduana comercial en la frontera con Marruecos, según informa Efe. La confederación local de empresarios ha precisado que espera que se fije una fecha concreta para la puesta en marcha de la que será la primera aduana de Ceuta desde la independencia de Marruecos en 1965. Para la coalición que gobierna en Melilla, en la que participa el PSOE, la reapertura de la aduana con Marruecos, clausurada de facto desde 2018 y cerrada por completo desde el inicio de la pandemia, representa el cumplimiento de lo acordado entre ambos países. El tránsito de mercancías tendrá que esperar hasta el año que viene, pese a que el Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria Española acababa de comunicar a la Administración de Aduanas marroquí que el avanzado estado de los trabajos de acondicionamiento de las instalaciones en el lado español iban a permitir el tráfico comercial terrestre “próximamente”, de acuerdo con los acuerdos bilaterales.

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Reconocimiento implícito de fronteras

Para España, la decisión económica tiene calado político. Marruecos viene a reconocer de forma implícita la existencia de una frontera, al menos comercial, en dos ciudades que históricamente ha reclamado como territorio propio. La contención de la presión migratoria irregular muestra también el foco puesto por Madrid en un cambio de paradigma. Para Marruecos, sin embargo, el reforzamiento de la relación bilateral se observa con perspectiva de gran angular, en “una multitud de sectores estratégicos”, en palabras de su titular de Asuntos Exteriores.

La reunión de alto nivel, la cumbre bilateral hispano-marroquí que está previsto celebrar en Marruecos antes de fin de año, será el escenario adecuado para verificar si ambas partes ha cumplido compromisos adquiridos antes de avanzar en la plasmación en hechos del resto de lo acordado tras el vuelco sobre el Sáhara. Después de que España abandonase su tradicional postura de neutralidad en el conflicto en la excolonia para tomar partido por Rabat, al considerar su propuesta de autonomía “como la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso, Marruecos ha conocido que recibirá más dinero que nunca de la Unión Europea para controlar sus fronteras frente a la inmigración irregular. Bruselas prevé aprobar un paquete de al menos 500 millones de euros con los que se cubrirán parte de los esfuerzos de Rabat contra la inmigración irregular. El nuevo marco de financiación, que cubre el periodo 2021-2027, supera con creces (casi en un 50%) los 343 millones de euros del anterior.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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