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La galaxia mediática de Vox

El partido de Abascal favorece una red de medios de extrema derecha mientras ataca la libertad de prensa. El aparato de propaganda de la formación ultra intenta silenciar la crisis provocada por Olona

El presidente de Vox, Santiago Abascal, el martes, durante una conferencia en la Universidad CEU San Pablo. Foto: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
Miguel González

El fichaje de Toni Cantó por la televisión 7NN, un canal digital casi desconocido, sorprendió el pasado 8 de septiembre a todo el mundo, incluida su jefa, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que un año antes lo había puesto al frente de la Oficina del Español, un chiringuito por el que cobraba 75.000 euros anuales. Sin embargo, el exactor y exdiputado de Ciudadanos ya había dado alguna pista sobre sus inclinaciones cuando el 15 de septiembre del año pasado saludó con un “¡Bienvenidos!” el nacimiento de este nuevo altavoz de la ultraderecha.

La ideología de 7NN no es ningún secreto. Sus dueños son los hermanos José Ángel y Jaime Alonso García, ex altos cargos de la Fundación Francisco Franco, y sus codirectores Fernando Paz, Gonzalo Altozano y Marcial Cuquerella. El primero tuvo que dimitir como candidato de Vox al Congreso tras difundirse una conferencia en la sede de Falange minimizando el Holocausto, el segundo es el hagiógrafo de Abascal y el último ha sido señalado por testigos como miembro de la secta integrista de origen mexicano El Yunque. En el proyecto también participan Javier Villamor, exportavoz de Hazte Oír, el lobby ultracatólico impulsado por El Yunque; Luis Losada, directivo de la misma secta; y Jaime Alonso Gil, asesor del grupo de Vox en el Congreso. El canal nació en octubre de 2021 con un capital de 2,5 millones.

Una de las señas de identidad de Vox es su hostilidad hacia la prensa. Los periodistas de numerosos medios de comunicación (incluidos EL PAÍS y la Cadena SER) tienen vetado el acceso a los locales y actos públicos del partido; y su presidente, Santiago Abascal, a imitación de Trump, trata con desprecio a la que denomina “prensa lacaya”. Vox no la necesitó para convertirse en la tercera fuerza política de España. “Nos da igual no salir en los medios. ¿Para qué si ya estamos en las redes sociales?”, respondía con desdén Abascal. Sus cuentas en Facebook, Twitter e Instagram superan los 500.000, 700.000 y 800.000 seguidores, respectivamente.

Santiago Abascal ofrece declaraciones a los medios de comunicación, este martes.
Santiago Abascal ofrece declaraciones a los medios de comunicación, este martes. Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)

Sin embargo, los choques de Vox con las grandes tecnológicas, que han suspendido repetidamente sus cuentas por incitar al odio, y la necesidad de llegar a un público más amplio, le han llevado a apostar por la construcción de un aparato mediático que sirva de caja de resonancia a su discurso.

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Ya desde sus orígenes, Vox ha contado con el patronazgo de un canal afín, El Toro TV, que nació del naufragio del Grupo Intereconomía y sigue sorprendentemente bajo control de su antiguo dueño, Julio Ariza, pese a que tuvo que liquidarse por bancarrota. Los platós de Intereconomía-El Toro han servido para que los políticos de Vox se curtan en las técnicas televisivas (como los de Podemos lo hicieron en Fort Apache o La Tuerka) y su patrón nunca ha ocultado que respalda al partido ultra, en cuya lista electoral por Barcelona figuró como candidato en 2019. Exempleados de Ariza son muchos dirigentes de Vox, desde el diputado Juanjo Aizcorbe al jefe de prensa, Juan E. Pflüger, o Kiko Méndez-Monasterio, a quien Abascal llama su “gurú”.

Entonces, ¿para qué crear más medios afines? En una entrevista con Actuall, la publicación de Hazte Oír, Cuquerella, codirector de 7NN, alegaba que su proyecto tiene “más posibilidades tecnológicas y económicas” que el de Ariza y culpaba a “personalismos y egos” de la imposibilidad de confluir en una iniciativa común que, advertía, no podía nacer lastrada por los “pasivos” (deudas) de su antiguo jefe (Cuquerella fue director de Intereconomía TV).

La nómina de medios en la órbita de Vox no se agota con 7NN y El Toro TV. Si esta última renació de las cenizas de Intereconomía, Decisión Radio lo ha hecho de las de Radio Ya, presidida por Rafael López-Diéguez, yerno del histórico líder ultra Blas Piñar y antiguo dirigente del partido de extrema derecha Alternativa Española. El presidente del conglomerado mediático formado en torno a Decisión Radio es ahora el empresario Ángel de la Rúa Ruiz, pero el hombre fuerte de la emisora sigue siendo Javier García Isac, mano derecha de López-Diéguez en Radio Ya, y sus principios, los mismos: la defensa “de la unidad de España y de los valores cristianos”.

A ellos hay que sumarles, entre otros medios, Estado de Alarma (EDA TV), la plataforma online de Javier Negre, experiodista de El Mundo condenado por publicar una supuesta entrevista con una víctima de violencia de género. A su consejo de administración se ha incorporado Marcos de Quinto, el exdiputado de Ciudadanos y exdirectivo de Coca-Cola que protagonizó numerosas polémicas durante su fugaz paso por el Congreso.

En segunda línea se sitúan aquellos medios conservadores que, sin estar a su servicio, flirtean con algunas banderas argumentales de Vox; como Libertad Digital-esRadio, de Federico Jiménez Losantos; o El Mundo. Pero eso no les garantiza librarse de las agresiones del partido ultra, que llegó a lanzar una campaña para que los suscriptores de Abc se dieran de baja porque no le gustó un titular del diario monárquico.

Denunciado repetidamente por las asociaciones de la prensa por vulnerar la libertad de información, Vox ha construido una burbuja mediática en la que no caben críticas ni preguntas incómodas. Para asegurar su objetivo, se ha arrogado el derecho a decidir qué periodistas pueden acceder a sus ruedas de prensa. Empeño inútil. Los dirigentes de Vox no han podido zafarse en las últimas semanas del bombardeo informativo sobre la crisis abierta por su excandidata a la Junta andaluza, Macarena Olona. El silencio de su aparato propagandístico solo ha dejado más en evidencia su empeño en acallar el caso.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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