Feijóo esquiva una nueva foto de Colón y promete hacer posible la “cordialidad lingüística” en Cataluña

El líder del PP ha esquivado una nueva edición de la foto de Colón, esta vez en defensa de que el castellano sea considerada lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. Alberto Núñez Feijóo dejó la silla vacía en la manifestación que este domingo reunió en Barcelona a los líderes de Vox, Santiago Abascal, y Ciudadanos, Inés Arrimadas, y en su lugar envió a su número dos, Cuca Gamarra, mientras él clausuraba la interparlamentaria del PP en Toledo. Aunque la explicación oficial de su ausencia en Barcelona es que lo hizo para no abandonar el cónclave del PP, en el partido a nadie se le escapa que buscó evitar “que le metan en un bloque” junto a Vox y Cs, como apuntaba un dirigente a la salida de la reunión. Feijóo no quiere otra foto de Colón por la lengua y además su posición en este tema se desmarca de la de sus dos competidores por la derecha.

En Toledo, Feijóo se vio obligado a arrancar su discurso por la política lingüística para justificar su ausencia en Barcelona. “Todos los que estamos aquí también estamos allí”, dijo mientras en la capital catalana Arrimadas arremetía contra él: “Sabiendo qué política lingüística aplicaba en Galicia y su pensamiento de que hay que agradar al nacionalismo catalán, lo sorprendente sería que asistiera a esta manifestación”.

Pero Feijóo defendió con claridad en Toledo su proyecto, que es el de la “cordialidad lingüística en todas las comunidades que tienen el privilegio de ostentar dos lenguas”.

Es decir, como explican fuentes oficiales del PP, exportar el modelo gallego a Cataluña. En Galicia, Feijóo impuso un modelo trilingüe de gallego, castellano e inglés, con un porcentaje de un 33% en cada lengua. En Cataluña, donde hay un modelo de inmersión lingüística, el debate es porque la Generalitat se niega a permitir un mínimo de un 25% de las clases en castellano, como han establecido distintas sentencias de los tribunales. Con el plan de Feijóo, el castellano aumentaría en Cataluña hasta el 33%, pero esta no es la propuesta de algunos sectores de la derecha, que piden que existan itinerarios para estudiar solo en castellano y que los padres tengan la libertad de elegir.

Feijóo fue claro en que su modelo lingüístico es el que ha defendido siempre y el que aplicó como presidente de Galicia, por mucha presión que reciba por el lado derecho. “Cuando estemos en el Gobierno utilizaremos todas las herramientas del Estado de Derecho para conseguir la cordialidad lingüística. Y para conseguir el conocimiento [de las lenguas] y la libertad de usarlas”, expresó. Su discurso se desmarca de Vox y Cs, y no busca contentar a los sectores más beligerantes de la derecha. “Nadie en Cataluña tiene derecho a revolverse porque haya personas que decidan hablar en español. Y nadie en el resto de España tiene derecho a molestarse porque haya catalanes que quieran hablar en catalán”, remarcó Feijóo. “Emplear nuestros idiomas para dividir no solo es una práctica ilegal e injusta, sino que está condenada al fracaso social y judicial”.

En su breve recorrido como líder del PP también ha coqueteado con el discurso más encendido, como cuando dijo que en Cataluña existe un “apartheid lingüístico”, pero este domingo, incluso a pesar de que sus competidores en la derecha agitaban en Barcelona la bandera del españolismo, se resistió a una retórica de confrontación, y optó por palabras templadas.

Su apuesta es arriesgada para un líder conservador y en Toledo algunos dirigentes comentaban a la salida que “Vox puede aprovechar esta posición de Feijóo”, pero recordaban que su postura es coherente con lo que hizo en Galicia, aunque esa política no entusiasme a todos en el PP. En el ala moderada, en cambio, sí sintonizaban con esa melodía frente al seguidismo de los otros actores de la derecha. “Los líderes tienen que hacer pedagogía”, defendía un barón partidario del plan lingüístico de Feijóo.