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El Gobierno precisa que bares y restaurantes podrán mantener la temperatura en 25 grados

Teresa Ribera cuestiona que el debate sea “cómo incumplir” el decreto o cómo eludir las multas, en referencia a las críticas de la Comunidad de Madrid. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica convoca a las comunidades el próximo martes con el objetivo de abordar la aplicación de las medidas

Sandra Díaz, propietaria de la pastelería Glassé, en Madrid, regula la temperatura del loca.
Sandra Díaz, propietaria de la pastelería Glassé, en Madrid, regula la temperatura del loca.Samuel Sánchez

Los bares, restaurantes y negocios donde el trabajo implique ejercicio físico podrán mantener el aire acondicionado “en el entorno de los 25 grados”, lo que se considera en la legislación laboral una “temperatura cómoda” para los trabajadores. Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, ha aclarado este viernes en Onda Cero que hay espacios laborales que no tienen obligación de poner el termostato en verano a 27 grados, como impone el decreto de ahorro energético aprobado el lunes, porque “necesitan una temperatura distinta”. “Allí donde los trabajadores tengan que desplazarse y tengan un ejercicio acumulado, el decreto debe aplicarse con flexibilidad, porque no es lo mismo estar sentado en una oficina que descargando en un centro logístico, o una tintorería o en una cocina”, ha precisado. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo estipula que en los centros laborales el arco térmico debe oscilar en verano entre los 23 y los 27 grados, mientras el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios dice que la temperatura de los locales “donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14º y 25º”. La ministra ha enviado este viernes una carta a las comunidades autónomas para convocarlas el próximo martes por la tarde a abordar la aplicación de las medidas aprobadas por el Ejecutivo.

Teresa Ribera ha precisado el arco de temperatura tras las críticas del sector de la hostelería, que consideraba la medida perjudicial para su actividad, e incluso auguraba que los clientes abandonarían los restaurantes si se fijaba la temperatura a 27 grados en verano. La vicepresidenta tercera ha aclarado que este “primer paquete de medidas sencillas y fáciles de aplicar” se ha dictado con “flexibilidades, porque no es lo mismo trabajar en una cocina que en una peluquería, en un trabajo sedentario que uno en el que tienes que moverte, donde los trabajadores tienen que desplazarse y tengan ejercicio acumulado”.

En estos empleos, ha dicho la ministra, “no se puede pedir a los trabajadores que no tengan las condiciones que les garantiza el derecho laboral”. El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, estipula en su anexo III que “la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre los 14º y los 25º grados”, pero donde se realicen “trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre los 17º y 27º”, sin aclaraciones de verano o invierno.

De hecho, el propio decreto de ahorro aprobado el lunes contempla la posibilidad de esta adaptación, cuando asegura que “los umbrales de temperatura indicados anteriormente deberán ajustarse, en su caso, para cumplir con lo previsto en el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo”. En este también se aclara: “No tendrán que cumplir dichas limitaciones de temperatura aquellos recintos que justifiquen la necesidad de mantener condiciones ambientales especiales o dispongan de una normativa específica que así lo establezca”.

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La ministra ha aclarado que habrá que ver cada caso y “justificar por qué sí o por qué no”, y que se puede aplicar la flexibilidad. “Habrá que justificar qué locales pueden tener una temperatura diferente, porque hay espacios como discotecas, cocinas o gimnasios que necesitan una temperatura distinta, pero no es el caso, por ejemplo, de una librería”, ha dicho. También ha aclarado: “La recomendación del derecho laboral es que la temperatura esté en el entorno de los 25 grados, pero hay que entender y valorar caso a caso. Lo que no puede ser es que esté a 19, porque una cosa es la temperatura cómoda para los trabajadores y otra cosa es pasar frío”.

Las limitaciones de temperatura del decreto de ahorro energético afectan, según indica el texto publicado el martes por el Boletín Oficial del Estado, a recintos de ámbito administrativo, comercial ―entre los que se incluyen tiendas, supermercados, grandes almacenes, centros comerciales y similares―, y de pública concurrencia. En este último apartado se dividen entre culturales (teatros, cines, auditorios, centros de congresos, salas de exposiciones y similares), restauración (bares, restaurantes y cafeterías), establecimientos de espectáculos públicos y actividades recreativas y de transporte de personas (estaciones y aeropuertos).

Usuarios del gimnasio TRI3 de Madrid en una sesión de entrenamiento, este viernes.
Usuarios del gimnasio TRI3 de Madrid en una sesión de entrenamiento, este viernes.Samuel Sánchez

“Invitación a no cumplir”

La ministra, en cualquier caso, ha mostrado su estupor por el hecho de que, tras la aprobación del decreto de medidas de ahorro energético, el debate haya sido: “En qué modo puedo incumplir e incluso evito las sanciones”, en vez de “en qué se puede contribuir o ayudar”, en referencia a las declaraciones del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, quien sugirió a los comerciantes cómo incumplir la norma y eludir las multas por el apagado de escaparates, y llegó a decir que incumplía el Decreto de Salud y Seguridad en el Trabajo de 1997. “Hay una invitación a no cumplir en lugar de qué se necesita para su cumplimiento. Tenemos que cumplir nuestro compromiso europeo para reducir consumo y no debatir tanto sobre cómo se aplica o no un régimen sancionador”, ha agregado en la entrevista radiofónica.

Teresa Ribera, además, ha insistido en que este plan de ahorro es solo “un primer paquete”, y que sus previsiones son “sencillas”, fundamentalmente destinadas a la aplicación en edificios públicos. “Ahora tendremos que complementar el decreto con cambios regulatorios para la sustitución de los combustibles, para la sustitución del consumo de gas por consumo eléctrico de renovables, lo que contemplará el plan de contingencia que el Gobierno presentará en septiembre”, ha declarado.

“Fue el presidente Feijóo el primero que anunció y pidió unas medidas de eficiencia energética, pero de concienciación, nunca de imposición”, ha reaccionado este viernes Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP. El dirigente popular ha incidido en que su formación ha propuesto cinco planes de acuerdo ―económico, defensa, sanidad, ámbito energético y justicia― pero que ninguno ha sido admitido. También ha asegurado que se intenta tapar con “cortinas de humo”, como “los conflictos o confrontaciones que intentan hacer ver entre comunidades autónomas del PP con el Gobierno del partido socialista, para no hablar de “lo importante”, la situación económica.


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