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Ponga un mentalista en su ‘best seller’

Leer la mente es leer el cuerpo. A eso se ha dedicado, en ensayos como ‘Este libro te cargará las pilas’, Henrik Fexeus, mentalista estrella de la televisión sueca. Ahora firma con la escritora superventas Camilla Läckberg ‘La secta’, segundo volumen de una trilogía en la que los crímenes se resuelven leyendo la mente (y el cuerpo) de los asesinos.

El mentalista Henrik Fexeus, en Villa Lumos, a las afueras de Estocolmo.
El mentalista Henrik Fexeus, en Villa Lumos, a las afueras de Estocolmo.Samuel Sánchez
Anatxu Zabalbeascoa

¿Se puede leer la mente? “No. Sin embargo, sí se puede leer la mente en el cuerpo”. El mentalista Henrik Fexeus (Örebro, Suecia, 51 años), que estudió Filosofía en Estocolmo y ganó fama escribiendo ensayos sobre lenguaje corporal, contesta levantando las cejas y fijando los ojos en su interlocutora. The Art of Reading Minds (Este libro te cargará las pilas) ha vendido, en 30 idiomas, un millón y medio de ejemplares. Corría 2007 cuando Fexeus lo escribió, y él, que había sido empresario y profesor, pasó a triunfar en la televisión sueca desplegando sus trucos de ilusionismo. “El ilusionismo es magia para adultos”, dice sonriendo. “Magia inteligente”. ¿Cómo lo hace? “Leyendo el cuerpo”, insiste.

Fexeus y la escritora Camilla Läck­berg triunfan ahora, de la mano, escribiendo una trilogía juntos. Se conocieron porque ambos publican en la misma editorial. “Nos reconocimos como frikis, ex niños solitarios, y nos hicimos amigos”. Cuando él le habló de la novela que tenía en mente, su amiga no paró de hacer sugerencias. Y así, juntos, pero separados, han dado vida a la torturada agente de policía Mina Dabiri y al mentalista con pasado Vincent Walder —­que es básicamente el propio Fexeus convertido en investigador—. Ambos protagonistas, Dabiri y Walder, investigan asesinatos tratando de entender la mente de los protagonistas. Detrás de los misterios se esconden razonamientos matemáticos y trucos de magia, dolores de la infancia y miedos, puro Fexeus: “Nadie escribe desde la alegría. Se escribe para comprender o para compartir. La alegría se vive y el dolor se investiga”.

El mentalista y escritor Henrik Fexeus.
El mentalista y escritor Henrik Fexeus.Samuel Sánchez

Fexeus y Läckberg se comprometieron a firmar juntos tres volúmenes. Y mientras su contrato millonario estipula que este marzo deben entregar el último tomo de la trilogía, La secta, el segundo, acaba de llegar a las librerías españolas. Números y muerte, subconsciente y angustia, Fexeus afirma que mezclar crímenes y mentalismo es un paso más en su carrera. Los asesinatos suceden en un Estocolmo alejado de su calmada reputación. Tras el éxito del primer volumen, El mentalista, La secta (Planeta) desvela que también en Suecia hay, en la actualidad, sectas peligrosas.

Preguntado por cómo trabaja un mentalista, Fexeus responde que “observando”. Y mira a los ojos a esta periodista. Alinea una manzana, un mando a distancia, un cenicero, un bolígrafo y un jarrón, y me pide que me fije en uno. Va a adivinarlo. Pienso en el bolígrafo, pero me fijo en todos como precaución. Él anota en una libreta lo que cree que voy a elegir. Pide que elija entre pares o impares y elimina los impares. Quedan el mando y el bolígrafo. Me pide que coja con la mano derecha el objeto que he pensado. Decido cambiar lo que he pensado y cojo el mando. Me muestra su libreta: ha anotado el mando. “Dudaba”, explica, “por eso te he pedido que utilizaras la mano derecha, la que tenías frente al bolígrafo, porque lo mirabas y me daba miedo que lo cogieras. He pensado que al pedirte que utilizaras esa mano te sentirías manipulada, inducida a coger el bolígrafo que tenías cerca, y harías lo contrario”. Eso es exactamente lo que ha sucedido. Eso hace un mentalista: leer el lenguaje corporal. Y acertar. “Muchas veces, pero no siempre”, advierte. El mentalismo en una controvertida rama del ilusionismo que arriesga, claro, cuando el propio Fexeus, como Walder en la trilogía, invita a un espectador a golpear sobre una mano que oculta o no un clavo. Leyendo la expresión te acercas a qué mano va a elegir. Todos nuestros pensamientos se reflejan en nuestro cuerpo, y lo contrario también sucede: nuestro cuerpo refleja cómo pensamos. Con eso… se puede desvelar un crimen.

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