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Por Paco Nadal
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Vídeo | Las cinco recomendaciones de Paco Nadal para disfrutar del otoño en Japón

Cualquier estación es perfecta para visitar el país, pero si hay una época del año que es especial es la que va de septiembre a diciembre. Templos, jardines, museos y más pistas para deleitarse con los colores y la caída de la hoja

Una mujer vestida con el tradicional kimono japonés en medio de un jardín en Japón en pleno otoño.Foto: Patchareeporn Sakoolchai (Getty Images)
Paco Nadal

¿Cuál es la estación ideal para visitar Japón? Todas las épocas del año son perfectas para recorrer el país nipón, pero si hay una que es especial es la que va de septiembre a diciembre, cuando la caída de la hoja y la explosión de color se adueña de sus calles. Los culpables de esta paleta son el arce, un árbol originario del que hay más de 160 tipos, algunos de hoja grande y otros de más pequeña, que pinta el paisaje de color rojo intenso. El otro es el ginkgo biloba, un árbol ornamental, habitual de calles, parterres, templos y jardines, cuya hoja adquiere un color amarillo vibrante.

La buena noticia es que desde el pasado 11 de octubre Japón volvió a abrir sus puertas al turismo y ha dejado de ser el último de los grandes destinos de Asia habituales para viajeros españoles que permanecía cerrado, o con fuertes restricciones, debido a la pandemia.

Aquí van cinco rincones en los que disfrutar del otoño en Japón en todo su esplendor.

  1. Kioto. Fue durante mil años capital del imperio y ahora en otoño se convierte en el destino urbano perfecto, llena de jardines y santuarios y rodeada de montañas boscosas. En los dos días de media que suele dedicar el viajero a visitar la ciudad, uno de los lugares puede ser el templo budista Kiyomizu-dera, un complejo de la época Edo (siglo XVII) envuelto por un bosque que ahora se viste de un rojo intenso y con una vista diáfana sobre el valle donde se asienta Kioto. El otro bien podría ser Fushimi Inari, el santuario del dios de los negocios y el arroz. Lo que hace diferente a este antiquísimo templo, además de ser el más conocido desde que apareció en Memorias de una geisha (2005), son los miles de torii —arcos de madera que sirven de pórtico a los recintos sagrados— que se despliegan a lo largo de los cuatro kilómetros de sederos que van desde el altar hasta la cumbre del monte Inari.
  2. La prefectura de Nagano y los Alpes japoneses. Los colores del otoño se pueden disfrutar en cientos de parques, jardines y bosques japoneses, pero pocos ofrecen un espectáculo tan soberbio como las montañas de la prefectura de Nagano, en el centro de la isla de Honshu, los llamados Alpes japoneses. La carretera que va de la ciudad de Nagano a Matsumoto y de allí a Takayama, por ejemplo, atraviesa bosques que en esta época adquieren colores imposibles. También en los alrededores de la estación termal de Karuizawa.
  3. El museo Adachi. Ubicado en Yasugi-shi, en la prefectura de Shimane, este no es un museo cualquiera, aunque de lejos pueda parecerlo. El grueso de la colección la compone la obra de Yokoyama Taikan (1868-1958), la mayor figura de la pintura japonesa del periodo Meiji, anterior a la II Guerra Mundial. En el resto de las salas se puede ver pintura moderna, cerámica y tallas en madera de otros 37 artistas contemporáneos japoneses. Pero la sorpresa te la llevas al entrar y ver que el edificio está rodeado de un perfecto jardín japonés, uno de los más grandes y mejor cuidados de Japón. Los visitantes pueden apreciar las maravillas de ese entorno natural, especialmente en otoño, a través de unos grandes ventanales que a modo de marcos engloban el paisajismo, como un lienzo más de la colección.
  4. El jardín de Yuushien. Otro jardín que impresiona en otoño es el de Yuushien, en Matsue, también en la prefectura de Shimane. Durante la temporada de otoño, que es algo así como la temporada alta de la horticultura japonesa, se ilumina todas las noches con miles de luces; un juego de colores sensorial y nada hortera que magnifica y complementa los rojos y amarillos de las hojas caducifolias. Un deleite para los sentidos.
  5. Kōyasan. Situado al sur de Osaka y declarado patrimonio mundial en 2004, es un complejo de más de cien templos budistas escondidos en un pequeño valle y flanqueado por las cumbres del monte Kōya, que lo hacen especial no solo por su parte espiritual, sino también por la naturaleza que lo envuelve.

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