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Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal
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Cuando Instagram es el enemigo público número uno de la naturaleza por culpa de la moda del selfi copiado

Todos los destinos turísticos sueñan con tener un rincón 'instagrameable'. Pero la fama también mata. Estos dos lugares que acabo de visitar, uno en México y otro en Tailandia, casi mueren de éxito

Vista aérea de playa Escondida,  un raro fenómeno geológico en las islas Marietas (México)
Vista aérea de playa Escondida, un raro fenómeno geológico en las islas Marietas (México)Shutterstock
Paco Nadal

“Hasta 2016 apenas llegaban 400 visitantes al año; ese año se contaron en periodo vacacional mil diarios, con picos en Semana Santa de hasta 3.000 personas”. Kevin Collyshaw, instructor de buceo en playa Mita, ha vivido en primera persona la transformación de las islas Marietas —dos rocas volcánicas de aspecto chato y circular frente a Punta Mita, en el Estado de Nayarit (costa del Pacífico mexicano—. Han pasado de se un paraíso para las aves marinas a un parque temático para turistas.

Las Marietas son parque marino desde los años setenta. Sus especiales características y la ausencia de depredadores las hacían perfectas como zona de alimentación y anidamiento de multitud de aves marinas, desde pájaros bobos patas azules hasta fragatas. Pero la figura de protección era bastante laxa y no había vigilancia de guardaparques por falta de presupuesto. Tampoco era necesaria. Por aquel entonces, eran muy pocos los turistas y curiosos que alquilaban botes en Puerto Vallarta o en Riviera Nayarit para ir a ver un fenómeno erosivo único en el mundo: la playa Escondida.

La estructura volcánica piroclástica de Las Marietas tiene una capa muy débil justo debajo de otra de mayor dureza. La fuerza del oleaje fue erosionando más rápido esa capa inferior que la superior, creando arcos de piedra y oquedades. Una de ellas colapsó y creó una gran gruta circular con salida al mar en la que durante millones de años se fue acumulando la arena hasta formar una bella playa escondida. Bellísima, como puedes ver en la foto que abre este reportaje. Demasiado bella para la narcisista era de las redes sociales.

Interior de playa Escondida, la sorpresa de las islas Marietas.
Interior de playa Escondida, la sorpresa de las islas Marietas.Wikipedia / Christian Frausto Bernal

“La gente empezó a publicar sus fotos en la playa escondida de Las Marietas. Y eso hizo que cada vez más personas quisieran hacerse la misma foto. Venían a sacarse la foto, cargados de cremas solares (muy nocivas para los ecosistemas marinos), tocándolo todo, hasta los guías tocaban a los animales para impresionar a sus clientes. No les importaba el esnórquel ni la geología del lugar ni las aves. Solo querían hacerse la foto”, me cuenta Kevin Collyshaw. “Todo eso tiene un daño para el arrecife, para el medio ambiente, que debería estar protegido por el parque”

El 9 de mayo de 2016 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas mexicana mandó cerrar al público las islas Marietas. Estuvieron así tres meses. Y luego se reabrieron con fuertes restricciones que perduran hasta hoy: solo pueden entrar a playa Escondida —el verdadero objeto del deseo— 116 personas al día y a nado (no se permite el acceso de embarcaciones), no se pueden usar cremas solares, solo se permite el esnórquel en zonas concretas y hay un servicio permanente de vigilancia a cargo de guardaparques que se financia con la entrada que ahora se cobra por acceder (unos 10 dólares, que se pagan en la empresa turística con la que contratas la excursión).

Una panga de guardaparques del CONANP controla el acceso a playa Escondida.
Una panga de guardaparques del CONANP controla el acceso a playa Escondida.Paco Nadal

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“Desde entonces, el arrecife se ha recuperado enormemente, es uno de los parques marinos más exitoso en este sentido que he visto en los nueve años que llevo aquí”, reconoce Collyshaw. “Hay un crecimiento de corales, sobre todo en una zona particular de esnórquel que se llama La Caladera, pero se nota por todos los lados; se ven peces enormes y de muchas especies”.

El caso de Maya Bay

Tailandia también ha sufrido un episodio similar. Maya Bay, una bellísima bahía de arena blanca, aguas cristalinas y cercada por altos pináculos comidos por la vegetación, sufría tanta presión turística que hubo que cerrarla en 2019. La fama de Maya Bay, situada en la menor de las islas Phi Phi, frente a las costas de Krabi, empezó en 2000 con el estreno de la película La Playa, protagonizada por Leonardo DiCaprio. En 2004 era aún un lugar virgen y casi inexplorado. Pero conforme las redes sociales se fueron haciendo más populares, todo instagrammer que se preciara quería colgar su foto maravillosa en Maya Bay. Simulando, además, que estaba solo y en el paraíso, cuando en realidad, en un buen día de temporada alta de 2018, se juntaban aquí unas 5.000 personas y más de 200 embarcaciones. La flora se resintió, el arrecife empezó a blanquearse y la fauna, en especial los tiburones, desapareció de la bahía.

Maya Bay (Tailandia), antes del cierre: una romería diaria.
Maya Bay (Tailandia), antes del cierre: una romería diaria.SAKCHAI LALIT (AP)

Maya Bay estuvo cerrada tres años. En enero de 2020 se volvió a abrir al turismo, pero, como Las Marietas, también con severas restricciones. Las embarcaciones ya no pueden entrar en la bahía, los barcos turísticos atracan en un pantalán flotante que se ha construido en una bahía de la parte posterior de la isla y se accede a Maya por una pasarela de madera. Hay un precio de entrada, un número máximo de visitantes diarios, no se puede estar más de una hora en la arena y no te puedes bañar ni hacer pícnic.

Maya Bay, el pasado mes de mayo, con las nuevas restricciones de acceso.
Maya Bay, el pasado mes de mayo, con las nuevas restricciones de acceso.Paco Nadal

Me parece muy bien que lo que Instagram estropeó se arregle con la sensatez de las autoridades pertinentes obligando a los turistas a cumplir las restricciones que propongan los expertos. Siempre he defendido que el turismo es necesario y beneficioso. Pero desbocado, puede ser —y lo es— peor que Atila.

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