Los mejores vinos de Ribera del Duero Roble por menos de 10 euros

La denominación de origen Ribera del Duero, que acoge viñedos situados en Castilla y León, se ha convertido en una de las regiones vinícolas españolas más vibrantes. Sus vinos, vigorosos pero a la vez muy seductores, cuentan con la predilección de numerosos aficionados. Entre ellos, la variedad de los Robles destaca por el afrutamiento de su juventud, combinado con una moderada crianza en barrica, de entre tres a nueve meses, que afianza sus virtudes.

Pensando en los aficionados al buen vino, en Escaparate hemos seleccionado los diez mejores Robles de Ribera del Duero. Para elaborar esta lista no solo hemos tenido en cuenta las virtudes de unos vinos plenos, aromáticos y de trago largo, que son todo un placer a los sentidos, sino también el bolsillo de los compradores. Cada una de estas botellas se puede comprar en Internet por menos de 10 euros, de manera que el precio no es una excusa para probarlas.

Viña Sastre Roble 2017 (14º)

Esta bodega emblemática de La Horra, fundada por la familia Sastre en 1992, se caracteriza por su estilo tradicional, fiel a su terruño y sus viñedos: 45 hectáreas en propiedad ubicadas a cierta altitud. Viña Sastre Roble se caracteriza por ser 100% de la uva tinta del país, nombre local de la variedad tempranillo, y por su larga crianza, de nueve meses en barricas de roble americano y francés, que le aporta complejidad al conjunto.

Es un vino de profundo color picota, de elegante nariz de frutillos negros de bosque con un toque torrefacto y de regaliz; profundo y sensual en boca, de gran frutosidad, fresco por su buena acidez y equilibrado amargor. En definitiva, un vino muy completo y complejo, de una sensación muy placentera.

Abadía de San Quirce 2017 (14,5º)

Bodegas Imperiales nace en 1998 de la mano de un grupo de empresarios y viticultores vinculados con Ribera del Duero. Apostando desde el principio por la calidad del viñedo, sus 52 hectáreas en propiedad, en los municipios de Gumiel de Izan y La Aguilera, producen vinos con una edad media de entre 40 y 50 años, de bajos rendimientos y gran concentración de sabores. La crianza la realizan a en naves semisubterráneas, que mantienen una condiciones óptimas.

Abadía de San Quirce 2017 es un vino de tempranillo que realiza una crianza de seis meses en barricas de roble americano y francés, para ganar en complejidad. Su color es un rojo picota oscuro con reflejos azulados de juventud; su aroma es frutal, de cerezas maduras y especias, con un fondo de madera de cedro y de hierbas balsámicas. Carnoso y fluido, de amplia frutosidad, fresco y especiado, con una golosa densidad mineral. Un excelente ejemplar por su gran equilibrio entre la fruta y la barrica. Mira el vídeo con nuestra cata.

Torre de Golbán Roble 2016 (13,5º)

Este vino se elabora en la parte soriana de la Ribera del Duero, a unos 1.000 metros de altitud. Este pequeño valle posee un clima extremo, pero una larga tradición vinícola de más de 500 años; de hecho, en San Esteban de Gormaz y Atauta se encuentra la vanguardista bodega Dominio de Atauta. Allí existen 500 micro parcelas de la variedad tinto fino, con una edad entre 60 a 80 años, en suelos muy pobres calizos, que aportan una gran finura y concentración de sabores.

El vino Torres de Golbán realiza una crianza de tan solo 3 meses, pero en barricas nuevas de roble francés, que le aportan su esqueleto. Su color es picota oscuro, amoratado y violeta como inequívoco signo de su rabiosa juventud. Despliega notas de moras y arándanos, es fresco y fluido, vivaz por su grata acidez refrescante, con un cuerpo medio, y un final muy aromático. Un vino fino, muy equilibrado y de final muy placentero.

Melior de Matarromera Roble 2016 (14º)

Siguiendo la tradición familiar de sus antepasados, Carlos Moro fundó su bodega Matarromera en 1988, en pleno corazón de la Ribera, en Valbuena de Duero. En la actualidad, allí cuenta con 90 hectáreas de viñedo principalmente de la variedad tempranillo, cuyos racimos maduros se vendimian a mano para evitar su rotura y así poder expresar su mejor calidad.

El Melior Roble de 2016 realiza una crianza de seis meses en barricas de roble, y su color es un profundo color rojo picota oscuro, fruto de su juventud. En nariz despliega seductoras notas de frutillos rojos y negros, de moras y arándanos, y toques especiados entreverados con notas torrefactas de calidad. Es sabroso, jugoso y muy frutal, con un cuerpo medio, de paso fresco, muy aromático y fino; fluido, con volumen y pleno de sensaciones, de elegante amargor, muy equilibrado, con un grato final mineral. Es un vino muy elegante, armónico, redondo y equilibrado.

Damana 5 de 2017 (14º)

Damana 5 Meses se elabora en Bodegas y Viñedos Tábula, compañía que nace en 2002 de la mano de un grupo de empresarios castellano-leoneses, liderados por José Luis Muñoz. Esta pequeña bodega apostó desde sus comienzos por los viñedos de calidad, y cuenta con una viña de 22 hectáreas entre Olivares y Valbuena de Duero, en la provincia de Valladolid, donde se alza la bodega. La vendimia se realiza de forma manual, que luego pasan a una mesa de selección.

Damana 5 Meses, su vino Roble, se elabora 100% con uvas de la variedad tempranillo. Este vino hace una crianza de cinco meses, en barricas de roble de gran calidad, un 80% de roble francés y en un 20% en roble americano. Tiene un impresionante color picota muy oscuro, con aroma de potente frutosidad, de fresitas de bosque, con envolvente toque especiado de gran finura. Boca amplia, carnosa, muy frutal, con cuerpo y de noble amargor, de final especiado muy mineral. Muy sabroso, potente, con una grata rusticidad no exenta de encanto. Por ello, es un vino con un perfil muy ribera, cálido, con densa frutosidad que llena la boca de sensaciones. Mira el vídeo con nuestra cata.

Valtravieso Finca Santa María 2017 (14º)

Muy cerca de Peñafiel, en uno de los páramos más pedregoso y altos de la Ribera del Duero (915 metros), se alza la bodega Valtravieso. Fundada el año 1985, cuenta con unas 60 hectáreas de viñedo en propiedad, donde no solo cultiva la emblemática variedad tinta fina, sino una pequeña extensión de las uvas de origen francés cabernet sauvignon y merlot.

La peculiaridad de su vino tipo roble Valtravieso Finca Santa María es que la uvas proceden exclusivamente de esta finca, donde interviene en un 95% de tempranillo con un toque de un 5% de cabernet sauvignon y merlot, y la mezcla final del vino hace una crianza de seis meses en barricas de roble.

Su color picota, muy concentrado, nos hace pensar en un vino con cuerpo. Su aroma es de fresca frutosidad, con fresitas de bosque y grosellas, y un toque de ciruela negra, así como hierbas balsámicas de monte. La entrada de boca es diferente a los demás riberas, por las variedades francesas: muy potente, tánico y viril, con cuerpo y un vivo amargor en equilibrio con su vibrante acidez, que le aporta frescor, y final muy marcado de grosellas. Es un vino muy sabroso, corpóreo, potente y equilibrado, de largo recuerdo.

Celeste 2017 (14º)

Celeste es la apuesta definitiva de la familia Torres, de la conocida bodega del Penedés, en la Ribera del Duero. Su bodega bautizada como Pagos del Cielo, con viñedos ubicados a gran altitud, se ubica en Campos de Peñafiel (Valladolid). Esta altitud permite mitigar los efectos del severo clima continental, manteniendo en las uvas su preciada acidez, que le aporta frescor al vino.

Celeste 2017 está elaborado con tinto fino y una crianza de tres meses en barricas de roble francés y americano. Posee un profundo color picota oscuro de juventud, y despliega un fino aroma de zarzamoras con un toque floral de violetas, y un grato final de cacao y chocolate amargo. Goloso, con una atractiva rusticidad, de medio cuerpo, con fino amargor, de final afrutado y placentera persistencia. Estas características lo convierten en un vino muy equilibrado, y con una deliciosa mineralidad final.

La Planta 2017 (14,5º)

La Planta es el vino Roble de la famosa bodega Arzuaga Navarro, muy conocida por su espectacular bodega en la milla de oro, entre Peñafiel y Valladolid. La familia Arzuaga la fundó a principios de los noventa, rodeada de un espectacular paraje con una vibrante fauna y flora autóctonas. Sus viñedos, de los que cuentan 150 hectáreas en propiedad, se ubican en la prestigiosa región vallisoletana donde sigue predominando la variedad de uva tinta tempranillo.

La Planta 2017 se elabora de viñedos situados a una altitud de 900 metros y las uvas maceran en frío, que luego fermentan a una temperatura controlada de 25ºC. Por último, el vino realiza una crianza de 6 meses en barricas de roble americano.

A la vista posee el color típico de su juventud, un intenso color picota y amoratado. En la nariz despliega gratas notas de frutillos negros de bosque, moras, grosellas, arándanos, con un grato fondo tostado de roble. Carnoso, de amplia golosidad, con notas de vainilla de madera de la barrica, resultando sabroso, de amplia frutosidad y con cuerpo. En resumen, un vino satisfactorio, con el recuerdo final goloso de la vainilla. Mira el vídeo con nuestra cata.

Martín Berdugo Barrica 2016 (14º)

Esta bodega cuenta con 104 hectáreas de viñedo en pleno corazón de la Ribera, en Aranda de Duero (Burgos), fruto del buen hacer de varias generaciones de esta familia. En sus viñas, cultivadas en terrazas próximas al río Duero, predomina la variedad tinta fina, que es responsable de este vino, y cuya bodega se culminó el año 2000. La personalidad de este vino del tipo roble está marcado por su pluviometría baja, verano secos e inviernos rigurosos propios de la altitud de 800 metros donde se encuentran.

Martín Berdugo Barrica madura durante 4 meses en barricas de roble americano, que aporta más notas especiadas que avainilladas, como el roble francés. Posee un intenso color picota, y su aroma es fresco y de agradables frutillos rojos. En la boca es goloso y vivaz, con un grato afrutamiento, de cerezas y grosellas, con un cuerpo medio y equilibrado amargor. Sencillo, placentero, vivaz y fácil de beber, con un grato final mineral. Un vino de estilo amable, suave y fino, pleno en sensaciones.

La bodega Pinna Fidelis, que significa peña fiel en latín, surge en 2001, fruto de la ilusión e impulso de 71 viticultores castellano-leoneses. Entre todos ellos suman 200 hectáreas de viñedos, con una edad media de 25 años, en los alrededores de la imponente villa de Peñafiel. Su objetivo principal es cubrir todos los pasos desde la viña a la botella, para garantizar la calidad del vino al consumidor.

Su roble se elabora con un 100% de la variedad tinta del país y realiza una crianza de cuatro meses en barricas de roble francés y americano, para aportarle complejidad. Su color es un rojo picota muy oscuro, como corresponde a su rabiosa juventud. Despliega aromas de fruta madura, con notas de cacao, chocolate amargo y un fondo avainillado. Sabroso y pleno, muy afrutado, de ciruelas negras maduras, con un toque de cacao, un tanino noble y suave, de estilo goloso y maduro. Es por todo ello un vino fino, redondo, fácil de beber por su fruta madura y muy placentero.

Así hemos probado tres de los vinos seleccionados

*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 26 de marzo de 2019.