Caída y auge del único hombre del clan Kardashian
Engordó 45 kg, llamó "psicópata" a una de sus hermanas y borró todas sus fotos de Instagram. A punto de convertirse en padre y de estrenar su propio 'reality', Rob es un hombre nuevo
Llegó a engordar en unas semanas 45 kilos. Por la ansiedad. Por la presión. Por llamar la atención. Vivía rodeado de seis famosas mujeres y nada de lo que hacía despertaba el interés mediático y familiar que tanto necesitaba. Se llama Rob, tiene 29 años y lleva a cuestas el apellido más tuiteado (sí, no exageramos) del mundo, Kardashian. Una familia muy numerosa –son seis hermanos, una madre y un, hasta hace poco, padrastro– que lleva once años aireando sus trapos sucios frente una ristra de cámaras cuya única función es perseguirles por toda la casa. A esta sobreexposición mediática hay que sumarle los típicos conflictos que se generan al crecer en una familia tan grande. Ya sabe: las familias numerosas son ese entorno hostil en el que la cantinela "no he sido yo, ha sido Miguel" se convierte en una cacofonía que se repite las 24 horas del día. Competir por el cariño y la atención de los progenitores es el deporte que más se practica y el que tiene la mala suerte de nacer poco avispado se lleva todos los rapapolvos. Para que se haga una idea, Rob Kardashian era ese niño que veía cómo los gestos de afecto y las palabras de orgullo pasaban por delante de sus narices dirigidas a cualquier otro miembro del clan.
Rob es el hermano pequeño de Kim Kardashian (35 años, EE.UU), mujer que alcanzó la fama tras grabar y publicar un vídeo en el que aparecía teniendo relaciones sexuales con el rapero Ray J, su novio de entonces. La grabación convirtió a Kim en una estrella del porno amateur y despertó el interés de los medios por la familia Kardashian, que no tardó en protagonizar Keeping up with the Kardashian, su propio programa de televisión. Rob, único varón de la estirpe, ha crecido con la presión de no estar a la altura del papel de cabeza de familia que le corresponde, sobre todo desde que su padrastro decidiera que prefería ser madrastra, y pasara de llamarse Bruce y afeitarse la barba a llamarse Caitlyn y pintarse las uñas.
Por si el cambio de identidad del hombre que le crió desde que tenía 4 años no fuera un trance suficientemente traumático, Rob ha tenido que vivir a la sombra de la popularidad de sus hermanas, que hagan lo hagan les reporta millones de dólares y de admiradores; mientras él hace lo que puede y lo único que consigue es generar toneladas de indiferencia. Diseñar calcetines y tallar osos en troncos de árbol son sólo una pequeña muestra de las visionarias ideas que debían haberle catapultado a lo más alto, pero que inexplicablemente no llegaron a cuajar.
Deprimido y desubicado, a Rob le dio por tragar cualquier tipo de alimento, mientras con la boca llena despotricaba contra cualquier miembro de la familia que tuviera el valor de mencionarle. "Esta es mi hermana Kim, la zorra de la película Perdida", publicó Rob en su Instagram junto a una imagen de Amy Elliott Dunne, la malvada protagonista de la película mencionada. Después de engullir a modo de piscolabis hamburguesas a mansalva y litros de helado sin apenas respirar, consiguió subir casi cincuenta kilos y que su nombre apareciera en muchos titulares. Rob, que siempre anheló causar el mismo alboroto mediático que sus hermanas, logró dar de que hablar convirtiéndose, sin pretenderlo, en el hazmerreír de los Kardashian. "Creo que, especialmente durante este último año, Rob se ha comportado de una manera muy introvertida y ha estado sufriendo algún tipo de ansiedad social", manifestó su hermana Khloé antes de acudir a una fiesta en Las Vegas.
Atrapado en una espiral de grasas trans y bollería industrial, Rob Kardashian decidió desaparecer de la vida pública e Instagram, de donde borró todas las fotos que tenía publicadas. Además, hace un par de temporadas que Rob se niega a aparecer en Keeping up with the Kardashian, el famoso reality que catapultó al estrellado a esta irreflexiva familia. Aunque tuvo que pasar casi una temporada entera para que los espectadores se percataran de su ausencia y empezaran a echarle algo de menos.
Hoy, sin embargo, parece que los días de encierro e incomprensión quedaron atrás. Rob se ha enamorado, cuida su alimentación, ha empezado a hacer deporte y quiere volver a la televisión. Esta transformación, que parecía indicar que empezaba a limar asperezas con sus parientes, ha desembocado en una nueva polémica: la novia de Rob es la modelo Blac Chyna (28 años, EEUU), ex mujer y madre del hijo del rapero Tyga (26 años, EEUU), novio de Kylie, hermana pequeña de Rob.
A pesar de la lógica reticencia inicial que mostró su entorno, Rob y Blac Chyna nunca han tenido intención de detener su affaire. La última noticia que dieron a la familia casi provoca varios micro infartos entre los miembros Kardashian. La pareja reunió al clan y soltó una bomba con el mismo entusiasmo con el que uno entrega un regalo de navidad: Rob y Chyna están prometidos y esperan un hijo, que será el primero para Rob y el segundo para Blac Chyna. “Es mi primer hijo así que es todo muy emocionante. Estoy muy contento. Dentro de lo posible, me gustaría que sea un momento íntimo”, declaró Rob en una entrevista que concedió a E!News. Esta revelación desbordó a Kylie –incapaz de asimilar, a sus 18 años, que la ex mujer de su novio iba a ser ahora la mujer de su hermano y la madre de su sobrino– que pensó que lo mejor que podía hacer era disfrutar su juventud alejada de Tyga y de cualquier atisbo de drama. Sin embargo, a los pocos días de que se anunciara la ruptura, volvía a dejarse ver con el rapero por las calles de Los Ángeles.
Después de fracasos profesionales y de desencuentros familiares, Robert Kardashian ha conseguido ser feliz y su madre y sus hermanas empiezan a aceptar la unión de la pareja. “Estamos todos encantados con la relación. Es evidente que mi hermano está feliz y que su salud ha mejorado, somos conscientes de ello y nosotros nos alegramos por él. Chyna es una mujer muy dulce y lo único que queremos es que mi hermano sea feliz”, aseguró Kim en una entrevista que concedió a la edición americana de la revista GQ. La aprobación de Kim ha llegado hasta tal punto que incluso comparte sus trucos con Chyna: “Lo cierto es que Kim me da consejos para llevar mejor el embarazo”, reconoció la futura mujer de Rob. Por su parte, Khloé sigue mostrando reparo ante la nueva vida de su hermano: "¿Estoy feliz de que él esté mejor? Por supuesto. ¿Estoy decepcionada porque Rob no me habla desde que se fue de mi casa? Sí, porque yo he sido la única que ha estado a su lado, que le ha defendido y que ha querido siempre lo mejor para él. Por eso resulta tan frustrante”, confesaba. La madre del clan, Kris Jenner, tampoco se ha quedado al margen del conflicto familiar y expresó su opinión en el programa australiano The Kyle and Jackie O Show: “No sé demasiado sobre su relación. En realidad, no he coincidido demasiado con Chyna y no la conozco tan bien como los demás. Parece muy buena chica, pero no he pasado mucho tiempo con ella”.
Los días en los que nadie le tomaba en serio han quedado atrás. Hoy, Rob es un hombre nuevo que, tras varios intentos desesperados, por fin saca provecho de su apellido. Va a casarse, muy pronto será padre y ya ha firmado junto a Blac Chyna el contrato para protagonizar su propio reality. “Rob y yo estamos viviendo este momento con mucha calma. Estamos disfrutando mucho compartiendo algo tan especial con familiares y amigos”, aseguró la futura madre de su hijo a Entertainment Tonight.
De una vez por todas, Robert Kardashian ha dejado de ser el patito feo de la familia y amenaza con acaparar portadas e invadir espacios de máxima audiencia televisiva. Que tiemblen todos aquellos que tanto tiempo han invertido en ningunearle, ahora Rob va a por todas.
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