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La bloguera de los seis millones

La 'it girl' Chiara Ferragni emplea a unas 14 personas en su equipo y ha conseguido hacer de su web, The Blonde Salad, un negocio muy rentable

La bloguera Chiara Ferragni
La bloguera Chiara Ferragni GETTY

Donuts de colores, bodegones de bolsos y zapatos y fotos saltando en el aire. El ojo poco entrenado no vería nada de especial en el Instagram de Chiara Ferragni que no se encuentre en el de cualquier otra bloguera o aspirante a serlo. Excepto, quizá, que las fotos son de calidad profesional, que la protagonista tiene hechuras de modelo y que toda la mercancía que saca –Chanel, Céline, Saint Laurent– es auténtica. En realidad, sí hay una diferencia fundamental entre ella y el resto de chicas que se hacen fotos con pamelas de fieltro: Ferragni emplea a unas 14 personas en su equipo, y ha conseguido hacer de su web, The Blonde Salad, un negocio de 8 millones de dólares anuales(6,76 millones de euros).

Recientemente, la italiana se convirtió en la única bloguera en aparecer en la lista de “30 creativos menores de 30” de la revista Forbes, que destacaba sus más de 3 millones de seguidores en Instagram y la línea de zapatos que lanzó hace dos años tras recaudar un millón de euros de varios inversores privados y que vende en 25 países con precios que oscilan entre los 200 y los 400 euros por cada par.

¿Son ciertas las cifras que maneja la revista? “sí, y estoy muy orgullosa y agradecida. Significa que el equipo está yendo en la dirección adecuada”, contesta Ferragni escuetamente por correo electrónico desde Los Ángeles, donde vive desde hace unos meses con su novio, el fotógrafo Andrew Arthur. Su expareja, Ricardo Pozzoli, sigue trabajando estrechamente con ella y ostenta el cargo de director general de la empresa. Ambos montaron el blog en 2009 cuando Ferragni era una estudiante de Derecho en la Universidad Luigi Bocconi de Milán y a los escasos meses de empezar vieron como les inundaban de invitaciones a los principales desfiles del circuito internacional. “Seguramente fue un buen momento. En Italia nadie estaba haciendo algo así pero en todo el mundo ya se estaba empezando a hablar mucho del fenómeno de los blogueros de moda”, explicó Ferragni a la web Business of Fashion, que también ha analizado su modelo de negocio.

La italiana anunció la ruptura con Pozzoli y meses después presentó a su nueva pareja con sendos posts que acabaron generando un enorme tráfico en The Blonde Salad, pero por lo general no suele publicar demasiada información personal ni apoyarse en el tipo de proximidad que se trabajan otros blogueros. Tampoco se adentra en polémicas ni tira de humor e ironía, como sería el caso de Leandra Medine, por citar otra bloguera que ha construido una marca millonaria en torno a su página, The Man Repeller. Su estilo se basa en reflejar de manera muy pulida un estilo de vida aspiracional pero no ofensivamente ostentoso ni alocado. No duda en hacerse fotos con su progenitora para el día de la Madre y asegura que pasó el día de año nuevo tranquila, “paseando por las playas de Los Ángeles”.

Ferragni monetiza su imagen haciendo colaboraciones puntuales con grandes marcas de lujo, como Louis Vuitton o Tiffany & Co, y de consumo más masivo, como Steve Madden. Pero el 70% de sus ingresos proviene de su colección de calzado, que ahora tiene el mercado estadounidense como gran objetivo. En cambio, ya hace un tiempo que dejó de colgar en su página el tipo de contenido esponsorizado que suele ser la principal fuente de ingresos para los blogueros profesionales: esas entradas en las que se fotografían con un producto y lo glosan a cambio de una suma de dinero. La italiana atribuye esa decisión a que el público que consume este tipo de medios se ha sofisticado y ya no comulga con todo. “Mis lectores están muy al día. Saben lo que quieren y dónde encontrarlo”, asegura. Eso no quiere decir que no pueda negociar una tarifa por asistir al evento de una marca –tiene una “relación especial” con Chanel y Louis Vuitton– y colgar una o varias fotos en Instagram. Según dice, esa red social “ha cambiado la manera en que la gente se relaciona con las marcas, es mucho más fácil trasladar su visión”. Un día cualquiera, Ferragni puede sumar unos 5.000 seguidores, sobre todo si lo que cuelga es una foto personal y en la que se vea bien su cara y su estilismo. Esta semana sus fieles están bien abastecidos. Ferragni fue a las fiestas pos Globos de Oro y puso fotos posando con su pareja y vestida de Saint Laurent. Resultado: 67.000 me gusta y sumando.

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