Cómo montar una cena con invitados en casa sin morir de estrés

Organizar cenas en casa con amigos tiene muchas ventajas: se socializa de forma distinta, es la ocasión perfecta para cocinar esos platos que nunca harías solo para ti y cuesta menos que salir fuera. Atención, no estamos hablando de que tú solito montes un banquete para ocho, porque entonces no hay ni ahorro ni relax. Por eso hoy te llevamos algunas ideas para manejarte mejor en esto del entretener en casa, pero antes de ver qué nos proponen los comidisters más expertos te propongo algunas pautas que te pueden resultar útiles.

Simplifica: a menos que seas la reencarnación de Bree Van der Kamp “simple” debería ser tu palabra clave. No tienes que demostrar ni ostentar, la clave es pasarlo bien entre amigos. Tira entonces de recetas prácticas, con pocos ingredientes y a prueba de error. Organizarse también es básico: a medio y largo plazo puedes ir recopilando recetas que se presten a estas comidas, creando una carpeta en tu navegador. Apunta ideas y trucos para ponerlos luego en práctica; como todo, recibir en casa es también una cuestión de hábito.

Comparte y reparte: ¿Quién ha dicho que el anfitrión tiene que cargar con todo el peso de la cena? Una opción es organizar las comidas cada vez en una casa distinta, de forma que el peso de la cocina se reparta entre todos. Sí, estoy pensando sobre todo a quien le toca fregar —no te recomiendo seguir estos trucos de vagos para evitar fregar, pero puedes tomar nota de estas ideas para ensuciar menos cuando cocinas. Otra forma de repartir la carga de trabajo es que cada uno lleve algo. Así quien pone la casa prepara el plato principal y los invitados se pueden encargar del resto de forma organizada: pan, aperitivos, bebidas, postre. Existe también la “alternativa Bizum”: repartir literalmente el gasto entre todos, como hizo esa abuela británica las pasadas Navidades. Es una idea.

El tiempo es tu amigo; hagas lo que hagas, que no sea en el último momento. O al menos no todo. Piensa en platos que recalentados están más ricos -¡hola, estofados y potajes!- o mejor aún que necesitan frío y reposo. Un picoteo variado -embutidos, quesos, pero también untables y verduras asadas- puede entretener a los invitados e incluso, según la disposición de tu casa, te pueden acompañar en la cocina mientras terminas el plato caliente. El plato, sí, porque no vas a hacer más, ¿no? Vuelve a leer la parte donde pone “simplifica”, anda. Más recomendaciones, trucos y recetas de nuestros Comidisters:

Trabaja con antelación y acuérdate de las legumbres

La Defensora del Cocinero, aka Marta Miranda, estuvo dándole muchas vueltas al tema estas Navidades: “Después de años de creerme Robuchon cuando invitaba a comer en casa y llegar a la mesa con ganas de morirme, ahora invito de manera práctica y teniendo en cuenta la economía. En casa intento invitar a platos de cuchara. Si a los comensales la legumbre no les asusta o sienta mal, cocino una enorme marmita de cocido montañés, fabada, cocido madrileño o alubias de Tolosa con sus sacramentos. Este planteamiento me permite cocinar con antelación –durante la noche si cocino en slow cooker, de víspera si cocino en fuego– y disfrutar de la comida como el resto. Son comidas de mucho relamerse y mucho repetir, con una buena relación entre lo invertido y lo disfrutado. Un kilo de fabes o alubias de Tolosa cuestan alrededor de 12 euros y da para ocho raciones. Sumando compangos y sacramentos no resulta un banquete caro”. Las lentejas y los garbanzos nacionales nos ofrecen una versión aún más barata (y también muy rica).

Que trabaje el horno

Claudia Polo quiere a sus amigos y por eso quiere disfrutar de ellos, no estar ocupada en la cocina. “A mí cuando vienen amigxs a casa y no quiero dedicarle el día preparo distintos patés vegetales, untables varios, un buen pan tostado y bato medio bloque de mantequilla con una lata de anchoas. Eso así de picoteo.

Y de principal un plato que no falla y me requiere cero esfuerzo: meto cortados en bastones dos berenjenas y dos puerros al horno, que queden bien asados y tostados. Preparo una salsa con yogur griego, tahini, miel, cayena, sal y zumo de limón y sirvo los puerros y berenjenas asadas con la salsa, un poco de za'atar y granada por encima. Bueno, bonito y barato”.

Si quieres preparar algo de proteína animal, recuerda que los hornos suelen tener dos bandejas (y úsalas). Un cabecero de lomo marinado con hierbas y especias es una opción económica si tienes muchos invitados; cámbialo por un rosbif si quieres tirar la casa por la ventana o por un solomillo de cerdo si no sois muchos. El pollo mariposa es otra apuesta segura que además se cocina en muy poco tiempo.

Los platos seguros de Miriam

Miriam García apuesta por dos recetas económicas y tuneables: las migas y los curries de legumbres. “Las migas se hacen con pan duro y con los acompañantes que más te gusten, desde restos de embutidos a restos también de verduras de esas que se van quedando algo mustias por la nevera, pasando por ricos pescaditos salados, Ibán Yarza ya nos dio las claves. Son precisamente comida de aprovechamiento del origen más humilde posible, con complicación muy escasa y que gustan a todo el mundo”. Puedes incluso hacerlas vegetarianas, con unos jugosos pimientos sofritos y unas setas ídem. “Y, haciendo una derivada de las migas, si combinas productos hortícolas frescos con ricas migas o picatostes crujientes tendrás algo cercano a la italiana panzanella, que también es una solución económica”, asegura García.

También apuesta por los curries de legumbres, como su curry básico, que muy probablemente no lograría la aprobación de un indio de pura cepa, pero que te saca de muchos, está riquísimo: y te ahorra gastarte la pasta en carne o pescado y simplificar usando conservas de legumbres con las que combinar su mezcla básica de hortalizas y especias. “Para colmo tendrías un plato muy saludable que, si quieres sacarle aún más rendimiento, puedes acompañar de un arroz hervido a tu gusto; una solución fantástica para alimentar a un regimiento por poco dinero y a plena satisfacción de comensales y anfitriones”, remata nuestra home economist.

Piensa en lo que ya tienes

Alfonso D. Martín tiene muchas ideas para disfrutar con los amigos “y no tirar la casa por la ventana. Me fijo siempre en algo tan simple como hacer recetas que —obviando ingredientes básicos- no tengan más de cuatro o cinco ingredientes”. Intenta siempre estructurar esas comidas de forma que unos entremeses o platos de picoteo no solo sirvan para abrir el apetito, sino para llenar el estómago. “Platos para dipear, como un hummus con pimientos asados y almendras por encima (o setas tostadas, que también podemos tener del día antes); o una crema de queso feta triturado con aceite de sésamo y un popurri de tomate picado, cilantro, aceitunas y frutos secos; una tapenade de aceitunas negras con alcachofas en conserva y pasta de sésamo con limón y comino por encima; en definitiva, ingredientes que puedan tener varios usos y no se salgan demasiado de lo que encuentro de normal en mi nevera” apunta. Cuando le preguntamos qué evitar, lo tiene clarísimo: “Salteados de todo tipo y pescados al horno, principalmente”.

La vida vegetal es la vida mejor

Julia Laich también se suma a las opciones vegetarianas. “En mi caso, porque me gusta, y de paso, es más económico, suelo preparar platos vegetarianos/veganos. Si recurres a frutas y verduras de temporada, legumbres (de bote o no), huevos y algún lácteo para hacer esa comida o cena con amigos, puedes hacer platos ricos, vistosos y económicos. Y si añadimos a eso especias (que todos solemos tener en casa) y/o hierbas, mejor aún. Un buen menú podría ser: un untable con pan o crudités, una ensalada con cuscús o una ensalada templada como esta, una ensalada verde y un postre sencillo, por ejemplo.”

Picoteo ganador

Diego Domínguez Almudévar también opta para asegurar el terreno con un despliegue de aperitivos. “Cuando invito a amigos, aparte del plato principal que pueda hacer, me gusta hacer mucho montadito, mucho picoteo, que llena el buche y además suele salir bastante económico. Unas simples tostadas de buen pan con mantequilla o un buen paté casero te hacen quedar súper bien, pero el mundo dips es mi favorito: tzatziki, muhammara, baba ganoush o el inmortal hummus, con un buen ejército de cosas para untarlos, como regañás o crudités. Bueno, y por supuesto, los encurtidos: gildas caseras que salen por cuatro duros, aceitunas, pepinillos…”.

¿Y el postre?

Mikel López Iturriaga, sátrapa de esta web, tiene una recomendación contundente: "Cómpralo fuera. O pide a los invitados que lo traigan, sugiriéndoles sutilmente alguna pastelería bien cara donde adquirirlo. Si eres de esas personas contumaces que se niegan a servir nada que no hayan hecho ellas en casa, apuesta siempre por preparaciones que puedas tener listas con antelación y que no exijan deslomarte en la cocina. En esta santísima web tienes jetapostres a porrillo, como esta tarta sin horno de lima y pistacho, estos vasitos de crema, galleta y frambuesas o este flan de queso más fácil imposible. Y si la cena es contundente, piensa también en la posibilidad de apostar por postres con la fruta como prota o por una simple fruta tuneada: ahora están en plena temporada las naranjas y las mandarinas, que están deliciosas bien peladas, cortadas en rodajas y aderezadas con canela u otras especias, unos pistachos o almendras picadas, un poco de miel rebajada con agua y/o unas pepitas de cacao.