Los jóvenes perciben un repunte del acoso escolar, aunque sigue por debajo de las cifras anteriores a la pandemia

Casi uno de cada cuatro alumnos españoles de primaria y secundaria, el 24,4%, percibe que existe acoso escolar en su clase, según el informe que anualmente publican la Fundación Anar y la Fundación Mutua Madrileña sobre el asunto. La cifra es mayor que un curso antes, cuando en plena pandemia la incidencia del bullying percibido dio un enorme bajón hasta el 15,2%. Sin embargo, con una perspectiva más amplia, y sin contar con ese momento de crisis y emergencia, el cuarto informe de Anar, presentado este martes, refleja una tendencia a la baja de esta grave lacra: desde el 50,1% de 2016 al 34,1% de 2019 y al 24,4% del curso pasado. Todas estas cifras salen de los cuestionarios que rellenan los alumnos y los profesores que cada año participan en los talleres para prevenir el acoso escolar que la Fundación Anar ofrece en centros educativos de cinco comunidades (Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Baleares y Canarias) y que el curso pasado sumaron 5.123 estudiantes de primaria y secundaria (de 6 a 16 años) y 229 docentes.

Una de las principales conclusiones que los promotores extraen del estudio de este año es que el acoso escolar está cambiando desde el parón que supuso la pandemia, de manera que el tipo de agresión más común en el último curso fueron los insultos, motes y burlas (89,5%), mientras que el resto de formas de meterse con la víctima (dejar de lado, difundir rumores o robarle objetos) se redujeron. Los golpes y patadas pasan del 38% de 2020-21 al 31,8%.

La mayoría piensa que el acoso escolar afecta a una sola persona (51,3%) y que la víctima lo lleva sufriendo desde hace más de un año (29,9%). Entre los motivos por los que se produce el acoso escolar destacan el aspecto físico de la víctima (56,5%) y las cosas que hace o dice (53,6%). Menos frecuente, pero también destacable, son las buenas notas (20,7%) o el hecho de que el agresor sea, a su vez, agresivo (20,2%).

En el 72,6% de los casos la agresión se lleva a cabo entre varias personas, una cifra que ya creció con fuerza en el último informe desde un nivel mucho más bajo que reflejaban años anteriores: el 43,7% en 2018 y 2019. De hecho, muchos chicos y chicas reconocen que han podido participar sin darse cuenta en una agresión: uno de cada cuatro (24,4%), un porcentaje 2,6 puntos más alto que un año antes.

Menos agresiones virtuales

Se reduce también la percepción de incidencia del ciberbullying: un 8,2% piensa que alguien en su clase es víctima de este tipo de acoso que sigue produciéndose principalmente a través del WhatsApp, pero en el que aparecen con fuerza otras redes sociales como Instagram (53,1%) y TikTok (48,6%). Los alumnos de primaria también mencionan los juegos online, Twitch y Facebook como medios donde se produce el acoso.

En el ciberbullying, los acosadores son compañeros conocidos del centro escolar en el 85,2% de los casos, y la mayoría son de la misma clase. En este ámbito, en todo caso, los alumnos muestran más herramientas para combatirlo: además de comunicárselo a un adulto (29,1%), que sigue siendo la opción principal, hablan de borrar o bloquear la cuenta y eliminar los mensajes (20,8%) o denunciarlo (20,1%).

Un dato que sigue preocupando a los expertos es que casi la mitad de los estudiantes (45,4%) cree que su profesor no hace nada y hasta seis de cada 10 (61,7%), que su centro escolar no hace nada.

Desde el punto de vista de los 229 profesores consultados, el 45% dice que ha tenido conocimiento de algún caso de acoso escolar (la mayoría en secundaria), y suelen saber de ellos a través de los compañeros o las familias de la víctima.

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