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Los dueños de La Tagliatella sufren tras poner un pie fuera de Rusia

La Bolsa penaliza a Amrest, franquiciada de KFC y Pizza Hut, pese a que sus ventas se disparan

La Tagliatella
Restaurante de La Tagliatella situado en la Avenida de los Andes de Madrid.Álvaro García
María Fernández

Ramos de globos de colores decoraban esta semana en un polígono industrial de Alcorcón (Madrid) la apertura del último Kentucky Fried Chicken (KFC) en España. Amrest, el operador de capital mexicano que posee 2.389 locales de comida rápida en 23 países, sumaba así su establecimiento número cien de la cadena de pollo frito en la península. La empresa, que cotiza en las Bolsas de Polonia y España, presentó hace algunas semanas sus cifras del tercer trimestre: en los primeros nueve meses del año sus ventas crecen un 28% (1.770 millones de euros). Un dato prometedor, después de sufrir un batacazo de facturación y pérdidas de 183 millones en el año de la pandemia. Sin embargo, algo pasa: su valor en el mercado ha caído más de la mitad desde que comenzó a cotizar en Madrid en 2018: de 2.188 millones a 932. Capitaliza estos días incluso por debajo de 2020, cuando la restauración temió por su futuro.

Hay varias razones que podrían explicarlo. Aunque sus cifras de ventas superan los datos previos a la pandemia, sus márgenes se están deteriorando. Hasta septiembre, el ebitda fue de 292 millones frente a los 261,1 millones de 2021, pero el margen operativo pasó del 18,9% al 16,4%. Esto se tradujo en un beneficio neto de solo tres millones frente a los 30 de un año antes. Por correo electrónico, el presidente ejecutivo de la compañía, José Parés, habla de la alta inflación: “Todos estamos viendo subidas de energía entre el 300% y 400%, el aceite subiendo el 30%, el pollo un 40%... todas la materias primas están subiendo en cantidades elevadas. Vemos mucha presión en los márgenes. Somos conscientes de que el consumidor no puede percibir aumentos de precios en estas magnitudes. Nuestro principal objetivo es que los consumidores sigan yendo a los restaurantes para así favorecer la creación y mantenimiento del empleo”.

Amrest también ha sufrido en el mercado ruso, donde operaba antes de la guerra 267 locales (era su cuarto país en importancia por detrás de Polonia, Francia y España). Antes del verano finalizó su contrato de máster franquicia con Pizza Hut en el país, y transfirió 49 establecimientos a un operador externo decidido por Yum!, el propietario de la marca, de modo que a Amrest solo le quedan allí los restaurantes KFC. Y la enseña que representa el estilo de vida norteamericano no está, presumiblemente, llamada a crecer en la autocracia rusa. “Estamos analizando y buscando posibles acciones a implementar. Una de las primeras decisiones fue no hacer inversiones en Rusia”, responde el presidente de la compañía.

Para Ramón Vargas, analista de Intermoney, quizá el castigo bursátil esté siendo exagerado. “La compañía tiene la capacidad de reducir costes de forma rápida por su estilo de gestión. Además, acaba de presentar sus mejores resultados en un trimestre de la historia y ha ido reduciendo deuda neta”. Su pasivo, efectivamente, ha descendido un 15% en lo que va de año, hasta los 417 millones, aunque han necesitado de la inyección de una línea de crédito de 100 millones, respaldada por tres bancos polacos, para financiar “fines corporativos generales y expansión”. “Nuestro objetivo es estar en el rango de 2 a 2,5 veces ebitda. Continuamos con nuestro compromiso de expansión este año. Con un programa importante de aperturas de restaurantes y remodelación, en el que estamos invirtiendo más de 200 millones de euros”, razona Parés.

Amrest sí parece estar resistiendo con su oferta al incremento de los costes por el aumento de la inflación. Ha conseguido ciertos avances en costes gracias a la digitalización que le están reportando ahorros. El grupo cree que los clientes están dispuestos a tolerar incrementos moderados de precios a cambio de mejores restaurantes, mayor calidad de la comida y comodidad. Y lo mismo piensan los expertos en el sector.

Eduardo Abadía, director de la Asociación Española de Franquiciadores, habla de que pocos conceptos son tan flexibles como las franquicias para adaptarse a los cambios de los clientes, “como se demostró con el take away durante la pandemia”, y coincide en que las cadenas han virado para ofrecer locales más grandes y más cómodos ahora que la gente vuelve a la calle. “Ha habido una especie de ralentí de crecimiento pero estoy convencido de la situación se va a normalizar. Habrá subidas de precios que el cliente podrá asumir si se encuentra cómodo”. Adriana Bonezzi, secretaria de Marcas de Restauración, apoya que las previsiones para 2023 son “muy buenas”, aunque quizá en el primer trimestre se ralentice el consumo: “Se recuperará de cara a Semana Santa y Verano”.

El tiempo dirá si Amrest recupera la confianza del mercado. En cualquier caso parece tener la de los consumidores: 30 millones de personas pasaron por sus locales en el último año. Su negocio crece gracias a una combinación de más visitas y unos precios un poco mayores. Todo se mide en el margen de ganancias que da un café, una hamburguesa o una pizza: tiene los derechos de franquicia para varios Estados de Burger King, Starbucks, KFC y Pizza Hut. También opera, como franquiciado principal, algunos restaurantes de Pizza Hut Express y Pizza Hut Delivery en Europa Central y del Este. Pero Parés elude hacer comparaciones: “Las ventas y la rentabilidad por país difieren en función de la marca que tengamos en cada uno, su posicionamiento, el segmento al que está enfocado...”.

En España, Alemania y Portugal sus ventas se redondean gracias a su marca propia, La Tagliatella, que se nutre de una cocina centralizada desde la que se producen y entregan alimentos al resto de la red. En China, Amrest tiene otra enseña de bares con grill llamada Blue Frog. Allí, reconocen, ha sido un año de retos importantes debido a los confinamientos, “que implican tener que modificar nuestro programa de ventas, cerrar restaurantes…lo mismo que vivimos en Europa con sus respectivos confinamientos”. No le salieron muy bien ciertas apuestas hechas en el pasado. En 2018 compraron la cadena de hamburguesas premium Bacoa y la de comida japonesa Sushi Shop. Pero en España Bacoa ha cedido espacio, pasando de 10 locales a los tres actuales en Barcelona, Salamanca y Tarragona.

Pese a todo, el grupo de capital mexicano es optimista. “No podemos especular sobre futuribles. Obviamente continuaremos monitoreando las dinámicas de precio en los mercados, el tráfico en nuestros restaurantes, priorizando a nuestros clientes...”. No hay, sin embargo, dividendo a la vista: “La compañía prioriza el crecimiento y la expansión”.

El gran inversor mexicano

La empresa tiene su origen en Polonia y en un joven emprendedor norteamericano, Henry J. McGovern, que vio tras la caída del muro de Berlín una oportunidad para hacer negocios en el Este de Europa. En los años 90 junto con un amigo y dos socios se hizo con un edificio en la ciudad de Breslavia, y en sus bajos consiguieron montar un local de Pizza Hut, que les acabaría ofreciendo la exclusividad de la franquicia en ese país. Ese fue el comienzo de American Retail Systems (que acabaría llamándose AmRest), que desde 2015 tiene como principal accionista a Finacces Capital, con un 67,05% de su capital. La empresa está controlada por Carlos Fernández González, expropietario de la empresa Modelo, dueña de la famosa cerveza mexicana Corona, que fue adquirida por AB InBev en 2012 por una suma cercana a los 16.000 millones de euros. Ingeniero industrial, fue presidente del grupo Modelo hasta 2013 y cuenta con importantes participaciones en la Bolsa española, entre ellas es el primer accionista individual en Colonial y posee un 4% del Grupo Prisa, editor de EL PAÍS. 


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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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