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Víctor Alvargonzález (Nextep Finance): “El asesor financiero nunca puede ser un comisionista”

El socio fundador de la firma creada hace dos años y que administra un patrimonio de 500 millones defiende la independencia y la especialización como principales valores de la gestión financiera

Nextep Finance
Víctor Alvargonzález, en las oficinas de la empresa que dirige, Nextep Finance.Daniel Ochoa de Olza (Daniel Ochoa de Olza)
David Fernández

Víctor Alvargonzález acumula una larga trayectoria profesional en el sector financiero. Empezó su carrera como trader en FG Valores, la firma del expresidente del BBVA Francisco González. Luego dio el salto en solitario en 1995 al fundar Profim, una de las primeras sociedades de asesoramiento independiente. En 2012 fichó por Tressis, donde fue director de estrategia, y en 2020 ha vuelto a probar suerte por su cuenta con el lanzamiento de Nextep Finance. En tan solo dos años ya tienen más de 2.000 clientes y administra un patrimonio de 500 millones de euros.

Pregunta. ¿Cómo definiría Nextep?

Respuesta. Lo que queremos es dar asesoramiento financiero profesional, de calidad y que llegue a casi todos los ahorradores. Para lograr estos objetivos en primer lugar hay que ser independientes. El asesor nunca puede ser un comisionista porque eso lo llevaría a recomendar solo aquellos productos que él fabrica o a dar prioridad a aquellos productos de terceros que le dejan mayor comisión. Nosotros no cobramos ni de las gestoras de fondos ni de las entidades financieras. Además, el asesoramiento debe ser especializado, es decir, debe llevarse a cabo por profesionales que sepan de lo que están hablando. También tiene que ser accesible en precio y no debe obligar al cliente a cambiar de banco.

P. ¿A qué tipo de cliente se dirigen?

R. A todos los huérfanos del asesoramiento financiero. Es un colectivo amplio que puede incluir a personas con un patrimonio desde 20.000 euros a 500.000 euros. También aspiramos a trabajar con una gran parte de clientes de banca privada. Es verdad que el nivel de profesionalidad en el servicio que reciben estos ahorradores suele ser más alto que la media, pero la independencia es muy baja porque las entidades de banca privada siguen colocando mayoritariamente producto propio o, en su defecto, de arquitectura guiada donde hay una subasta entre las gestoras para ver quién ofrece las mejores condiciones al asesor.

P. ¿Compiten también en precios?

R. Hasta hace unos años no era rentable ofrecer asesoramiento independiente. ¿Cómo dabas un servicio así y que además fuera barato? Sin embargo, eso ha cambiado con la coincidencia en el tiempo de dos revoluciones: la tecnológica y la de las comisiones. La digitalización permite ofrecer a casi todos los clientes lo que antes dabas a patrimonios mayores. Nosotros no somos un robo advisor, aunque es verdad que las máquinas hacen todo aquello que pueden hacer igual o mejor que las personas. Eso supone una reducción enorme de costes y permite rebajar las comisiones en un 50% o en un 60%.

P. Este es un negocio que requiere escala. ¿Qué objetivo de patrimonio bajo gestión se han fijado para que el proyecto sea rentable?

R. Aunque las cifras cambian porque aún estamos en fase de contratación de personal, ahora mismo estamos ya rozando el break even operativo. Llevamos solo dos años con el proyecto, que además nació en plena pandemia, pero estamos muy contentos con su evolución. Nuestro objetivo es que a finales de 2024 tengamos en torno a 5.700 clientes.

P. ¿Cree que en un mercado tan volátil como el actual el asesoramiento es más necesario que nunca?

R. Por supuesto. Ahora lo fácil es estar fuera del mercado debido a la acumulación de incertidumbres, pero como dijo el barón de Rothschild, un inversor debe comprar cuando suenan los cañones, no cuando suenan los violines. Es decir, cuando se gana dinero es comprando en las caídas del mercado. No sabemos aún cuándo será el momento idóneo para volver al mercado, pero será en los próximos meses porque el mercado funciona por ciclos. Dentro de un año es probable que la inflación esté controlada y que el conflicto en Ucrania haya entrado en otra fase.

P. ¿Y qué hay que hacer para identificar cuál es ahora mismo el activo con más potencial?

R. Lo primero que hay que hacer es tener liquidez.

P. Pero tener liquidez con los niveles actuales de inflación tiene un coste, ¿no?

R. Sí y no. La rentabilidad que te ofrece la liquidez es la oportunidad que aprovechas. La inflación al 10% no va a durar mucho tiempo; es cuestión del daño que le quiera hacer la Reserva Federal a la economía estadounidense. Además, están bajando las materias primas. Europa es otra historia porque tenemos la amenaza del gas, pero en EE UU los precios irán bajando. La rentabilidad de tener liquidez es tener la oportunidad de comprar algo muy barato y que a medio plazo se va a revalorizar. Y eso vale ahora mismo tanto para las acciones como para los bonos. Podemos discutir cuándo sería el momento idóneo para entrar, pero el que tiene ahora liquidez va a poder comprar valores como Amazon, Apple o Google a precios muy baratos.

P. ¿Cree que la evolución de las divisas será un factor a seguir muy de cerca para no dañar la rentabilidad de las carteras?

R. Las divisas son muy peligrosas. Es difícil pronosticar su evolución porque en ella intervienen muchos factores. Yo no suelo recomendar que se tome riesgo divisa salvo en situaciones muy extremas. La debilidad del euro frente al dólar esconde algo más que el diferencial en los tipos de interés. Ese algo más es la espada de Damocles que supone el posible cierre de Putin al gas ruso. Eso tendría unas consecuencias directas en las familias, pero también en las empresas. ¿Qué corporación hará inversiones cuando hay tanta inseguridad energética? Si Rusia prohibiera las exportaciones de gas a Europa, sí habría que incrementar las posiciones en dólares.

P. ¿Qué opina de las criptomonedas? ¿Recomienda invertir en ellas?

R. No lo recomendaría. En primer lugar, porque no son productos regulados. No vamos a aconsejar a un cliente que compre un activo que supone un riesgo parecido a conducir un coche en una ciudad sin semáforos. Los criptoactivos, como idea, me parecen algo positivo, pero su desarrollo no ha contribuido a su prestigio. Es una gran idea porque permite transferencias rápidas, baratas y de forma independiente a los bancos centrales. Sin embargo, por algún motivo, se han usado de forma inadecuada, convirtiéndose en una ficha de casino. Eso podría cambiar en el momento en el que se regulen.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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