Las empresas españolas buscan jefes extranjeros

El Banco Santander ha movido ficha en su plan de sucesión. El mexicano Héctor Grisi, hasta ahora responsable de la entidad en Norteamérica y México, ha sido el elegido para el puesto de consejero delegado. El banco presidido por Ana Botín se suma así a la creciente tendencia de las compañías cotizadas españolas de designar a ejecutivos extranjeros para capitanear su negocio. De hecho, el Santander ya lo intentó antes con Andrea Orcel.

Su principal rival, BBVA, lo hizo en 2018 al aupar al turco Onur Genç a la posición de consejero delegado. Igual que Fluidra con Bruce Brooks. Más recientemente, el año pasado, otra sociedad que cotiza en el Ibex 35, Almirall, optaba por el talento extranjero para liderar su organización, como la india ArcelorMittal. Igual que Siemens Gamesa ha hecho este año con el nombramiento del alemán Jochen Eickholt en sustitución de su compatriota Andreas Nauen que a su vez relevó a Markus Tacke. Tres consejeros delegados en menos de 5 años tras la fusión de la firma germana con la española.

Aunque a los mandos de las las cotizadas españolas hay más talento internacional. Por ejemplo, en Desa, eDreams Odigeo, Mediaset o Realia. Y también en compañías que no están en el mercado bursátil como Másmóvil, Cepsa, Esteve y, por supuesto, en filiales españolas de multinacionales como Vodafone, Orange, Galp, Nestlé... La lista es larga. Cada vez más.

Las razones que hay detrás del ascenso de los ejecutivos foráneos en las empresas españolas están relacionadas con el salto que éstas han dado: muchas han pasado de ser internacionales a ser globales, con sus procesos integrados en todo el mundo, sostiene Carlos Recarte, socio del cazatalentos Recarte & Fontenla. Y, como en el caso de Banco Santander, a que su negocio americano supere con mucho al español. “¿Para qué necesitas un consejero delegado español si tu negocio está fuera? Se precisa un conocimiento global y de mercados cada vez más lejanos”, indica Stefano Salvatore, socio director de Heidrick & Struggles Iberia.

Claro que esta tendencia también tiene que ver con la procedencia de los accionistas mayoritarios de las compañías, alemanes desde que Siemens entró en Gamesa, indios en ArcelorMittal, argentinos en Prosegur o italianos en Mediaset. O de los fondos de inversión que tienen detrás, como en eDreams o en Fluidra (Rhone Capital ha salido recientemente de la compañía).

“Las empresas están en pleno proceso de transformación. Tienen que ser disruptivas. Y buscan talento global que sea capaz de transformarlas. La tendencia de contratar talento internacional está en alza”, indica Recarte. Guido Stein, profesor de IESE Business School, lo constata a la vista del número creciente de alumnos que fichan por empresas foráneas, en especial mujeres, dice. “Hay mayor movilidad en la alta dirección en general y va a ir a más”, prevé. Las compañías españolas optan sobre todo de profesionales procedentes de Europa y América. Otras culturas, como la china, india o la árabe han penetrado poco en el país.

Los ojos que han visto cosas diferentes, como Héctor Grisi en México y Estados Unidos, y no solo en el Santander sino en Crédit Suisse, tienen la capacidad de hacer cosas diferentes, de innovar, según Mario Lara, director del campus de Madrid de Esade Business School. Lara cree que el futuro consejero delegado del banco (su mandato comenzará el año que viene) aportará valor conectando mercados diferentes. “Además los perfiles extranjeros ayudan a desarrollar culturas más diversas e inclusivas”, agrega. Una investigación de la escuela de negocios destaca que las dos mayores palancas de la diversidad en los consejos de administración son la diversidad internacional y la diversidad de género, ambas ayudan a mejorar el rendimiento ESG de las organizaciones en mayor medida que el resto. El Santander, continúa Lara, tiene siete consejeros no españoles en su órgano rector, ocho con Grisi; es un consejo mayoritariamente nacido y desarrollado fuera de España.

Ana Botín ya buscó talento internacional para liderar el banco en 2018. Pero fracasó en su intento. Andrea Orcel, expresidente de UBS Investment Bank, demandó a la entidad, que fue condenada a pagar 68 millones de euros el año pasado por echarse atrás en su nombramiento por diferencias respecto a la compensación, en una sentencia que la entidad ha recurrido. Puede que ahora quiera resarcirse con la designación de Grisi, “un perfil de dentro de la casa no como Orcel”, apunta Lara.

Desde fuera de los cuarteles generales de una organización es más fácil brillar que desde dentro, según Luis Conde, socio fundador de la firma de selección Seeliger y Conde. “Grisi lo ha hecho muy bien en México y el Santander ha tirado a parado con este nombramiento porque lo tenía en el banco”, aprecia.

Desafíos del líder

El mayor reto que tiene por delante el ejecutivo mexicano es el cultural, en palabras de Guido Stein. Debe adaptarse a los usos y costumbres del país y también a los del Santander, con una cultura más ardua que BBVA, en la que no es lo mismo estar a unos metros de la presidenta que a miles de kilómetros de distancia, dice. “Grisi tiene fama de hombre afable y detallista, características que no abundan en la alta dirección del banco. Y puede aprender de errores como los de Orcel, que creó problemas antes de llegar a la entidad. Además de ocuparse de la gente que se ha quedado fuera en el proceso de sucesión”, explica. En su opinión, el desafío más importante del futuro consejero delegado no es cambiar la cuenta de resultados o caer bien a los accionistas, sino que funcione su relación con Ana Botín y hacerse con el cargo antes de acometer muchos cambios.