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Un escaparate para las empresas de moda sin tienda

Kraft & Walkers proporciona punto de venta y servicios de ‘marketing’ digital a los emprendedores emergentes

Kraft & Walkers emprendedores
Rodrigo Navalón, fundador de Kraft & Walkers, en la tienda madrileña de la calle Lagasca.
Carmen Sánchez-Silva

Rodrigo Navalón trabajaba en PwC hasta que en 2019 se lio la manta a la cabeza y, junto con sus socios Lucas Monroy y Javier Arias, montó Kraft & Walkers, una empresa que pretende ayudar a emprendedores emergentes del mundo de la moda a darse a conocer y desarrollar sus marcas. “Investigamos y llegamos a la conclusión de que para conseguirlo los emprendedores necesitaban más visibilidad y un punto de venta físico que puedan combinar con su sitio online”, explica Navalón. “También necesitan profesionalizarse porque son buenos en lo suyo, pero requieren conocimientos de gestión, promoción e internacionalización. Por eso creamos un proyecto que cubriera todas estas áreas”.

Los tres socios invirtieron 120.000 euros de capital propio para lanzar Kraft & Walkers, que arrancó tres meses antes de la pandemia con una tienda en la calle de Lagasca de Madrid, que acogía los productos de ocho marcas de moda muy seguidas en internet. Era su primer escaparate físico. No solo de ventas, sino también un espacio para presentar sus colecciones, tener encuentros con los clientes, la prensa, servir de estudio fotográfico, etcétera.

Pero irrumpió la covid y tuvieron que cerrar. Apenas habían facturado 12.000 euros. Sin embargo, “desde que reabrimos no hemos parado de crecer”. Han pasado cerca de 50 marcas por su tienda. Firmas como Sepiia (prendas que no se ensucian ni arrugan), Lady Pipa (ropa de fiesta), María Pascual (joyería), Beston (prendas calefactables) o Isabel Abdó (zapatos). Los emprendedores pueden permanecer por seis meses en la tienda de Kraft & Walkers, desde donde reciben un informe de ventas mensual con el feed back del cliente para evaluar lo que hacen bien y lo que es mejorable, según Navalón, que destaca la experiencia de los socios para hacer la selección de las marcas emergentes que tienen éxito en internet.

Kraft & Walkers facturó 230.000 euros en 2020 y el año pasado la cifra ascendió a 500.000 euros. La mayor parte de los ingresos proceden de las ventas de la tienda, por las que las marcas pagan una comisión, además de un alquiler mensual. La otra parte llega de los servicios de asesoramiento para mejorar las ventas de los emprendedores emergentes, proporcionarles ahorros o ayudarlos a saltar al exterior. “Hemos llevado a algunas marcas a Asia”. Aunque su intención es centrarse en proporcionar servicios de marketing digital y comunicación para que las marcas puedan hacerse un hueco en el mercado.

Todavía no obtiene beneficios, pero Navalón espera que lleguen este año. “Vamos a por todas”, dice el empresario. De momento, los tres socios planean abrir una segunda tienda en Madrid y aliarse con un fondo de inversión con el que entrar en el capital de algunos artesanos del mundo de la moda con ventas inferiores a los 500.000 euros y con capacidad de llevarlas a los 4 millones en el plazo de uno o dos años. “Nuestro mayor valor es el conocimiento que tenemos de la moda emergente y nuestra relación con los emprendedores”, aprecia Navalón.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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