El sector aeronáutico español se alía para impulsar los combustibles sostenibles

El año pasado, con la vuelta del turismo, el tráfico aéreo se disparó en España. Y, con él, su contaminación: las aerolíneas duplicaron sus emisiones de CO2 en España, hasta llegar a los 6,96 millones de toneladas. El transporte aéreo fue, de acuerdo con los datos de la consultora Global Factor, el sector que más aumentó sus emisiones. Por ello, y de cara al objetivo de cero emisiones netas para 2050, los principales actores del sector aeronáutico español han creado la Alianza para la sostenibilidad del transporte aéreo, presentada este lunes en la sede de Airbus en Getafe, y que busca potenciar la fabricación y consumo de combustibles sostenibles.

La unión de empresas e instituciones cuenta con los dos principales fabricantes del sector, Airbus y Boeing, lo que demuestra, en palabras de Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que el verdadero competidor “es el cambio climático”. Además de los fabricantes, todas las líneas aéreas españolas participan en la alianza, bien de forma directa o a través de sus asociaciones ALA e IATA, la asociación internacional del transporte aéreo. Entre los 20 participantes también se encuentra la Asociación de operadores petrolíferos (AOP).

La alianza se conformará de tres grupos de trabajo: operaciones, liderado por Enaire y Aena; otro centrado en combustibles fósiles, donde la asociación de operadores petrolíferos llevará la voz cantante y un último destinado a cuestiones regulatorias y de mercado, encabezado por ALA.

Combustibles sostenibles

Más del 80% de los viajeros que visitan España lo hacen en avión. En 2022, los aeropuertos de la red de Aena cerraron el año 2022 con un total de 243,6 millones de pasajeros, lo que supone una recuperación del 88,5% del volumen de antes de la pandemia. A escala global, el sector es el responsable del 3% de las emisiones de CO2.

Por ello, el objetivo principal de la Alianza es reducir sus emisiones. Esto pasará, coinciden los participantes, por una transformación de su modelo, sobre todo en lo referido al uso de combustibles sostenibles de aviación, conocidos en la jerga como SAF: desde Airbus España, ha defendido en la presentación su presidente de Aviones comerciales, Ricardo Rojas, ya han desarrollado un modelo propulsado por hidrógeno. Gándara ha resaltado, por su parte, el “rol fundamental” que jugarán estos nuevos combustibles.

El reglamento europeo ReFuelEU Aviation incluye la obligación de que en 2050 el 63% del combustible consumido por la aviación comercial sea sostenible. Para 2025 el objetivo será del 2%. “Aunque parezca poco”, ha afirmado Gándara, antes de la pandemia “el consumo de SAF a nivel mundial era solo del 0,1%”. Según los datos de IATA, el año pasado se produjeron 300 millones de litros de combustibles sostenibles. Para llegar al objetivo de cero emisiones netas de 2050, la asociación estima que será necesario producir 449.000 millones.

Sin embargo, la capacidad productiva de estos combustibles no está, por el momento, a la altura. “Lamentablemente para todos”, ha indicado Rojas, “no tenemos cantidad de SAF suficientes”. Desde el sector se pide que se establezcan incentivos a la producción de los SAF, que, de acuerdo con IATA, son capaces de reducir las emisiones en un 80%.

Para Gándara, “lo que hace falta es escalar la producción y reducir el diferencial de precio”. El presidente de ALA ha incidido en este obstáculo a la transformación del sector: los combustibles representan el 30% de los costes del sector. Y los SAF son entre tres y cuatro veces más caros que el queroseno, el combustible de cabecera de la aviación comercial.

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