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Washington garantizará todos los depósitos del Silicon Valley Bank para evitar un efecto contagio

El 96% de los depósitos del banco quebrado no estaban protegidos por los organismos reguladores financieros de EE UU

Logo del Silicon Valley Bank visto a través de un cristal quebrado.
Logo del Silicon Valley Bank visto a través de un cristal quebrado.DADO RUVIC (REUTERS)
Macarena Vidal Liy

La Administración estadounidense ha dado este domingo un golpe de última hora para evitar que la quiebra del Silicon Valley Bank el pasado viernes pudiera generar una crisis de confianza en el sistema financiero. En un comunicado, la Reserva Federal, el Departamento del Tesoro y el organismo regulador han anunciado que harán disponibles fondos adicionales para garantizar el pago de todos los depósitos de la institución, tanto los asegurados como los que no. Los clientes de SVB podrán acceder a su dinero este mismo lunes.

“Tras recibir una recomendación de las juntas de administración de la Reserva Federal y la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC), y tras consultar con el presidente (Joe Biden), la secretaria (Janet) Yellen ha dado el visto bueno a medidas que permiten que la FDIC complete su gestión del Silicon Valley Bank de Santa Clara, California, de manera que se protejan totalmente todos los depósitos”, sostiene el comunicado.

El SVB quedó en manos de la FDIC el pasado viernes, después de que sus clientes retiraran el jueves más de 42.000 millones de dólares en diez horas, la mayor salida de depósitos de un banco en la historia reciente de Estados Unidos. La gran preocupación era qué iba a pasar con sus depósitos, que el 31 de diciembre alcanzaban los 175.000 millones de dólares: los organismos reguladores garantizan los fondos hasta 250.000 dólares, pero el 96% de los depósitos en el banco californiano superaban esa cifra y no estaban garantizados. Buena parte de ese dinero correspondía a empresas del sector tecnológico, muchas de ellas startups, que necesitaban esos fondos para hacer frente a sus pagos, incluidas las nóminas de sus empleados.

La decisión de las autoridades financieras llega inmediatamente después de que se conociera el cierre de otro banco, Signature Bank, afectado por problemas similares a SVB. Era el tercero en una semana: el miércoles, también había caído Silvergate, una entidad californiana especializada en empresas de criptomonedas que anunció que suspendía sus operaciones y liquidaba sus activos.

La Fed ha anunciado que también pondrá en marcha un mecanismo para garantizar los depósitos de esta entidad. El banco central asimismo ha dado a conocer un programa de préstamos de urgencia para suministrar fondos a las instituciones financieras que cumplan una serie de requisitos, para garantizar que pueden “responder a las necesidades de todos sus depositarios” e impedir que se repitan este lunes episodios similares a los vividos el jueves en el SVB. No estarán incluidos en el plan los accionistas ni los tenedores de bonos corporativos no garantizados, algo a lo que apuntan los funcionarios del Tesoro para asegurar que la maniobra de este domingo no es un rescate.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, había insistido horas antes, en una entrevista emitida por el canal de televisión CBS, que los frenéticos trabajos de las autoridades financieras esta semana se centraban en resolver el problema de los depositarios. No se planteaban un rescate al estilo de los que se pusieron en marcha a raíz de la crisis financiera global en 2008.

El Tesoro y la Reserva Federal han asegurado que la iniciativa no costará dinero a los contribuyentes. También han insistido en la solidez del sistema bancario estadounidense. “Sigue siendo resistente y cuenta con una base robusta, en gran parte debido a las reformas que se acometieron después de la crisis financiera que pusieron en marcha mejores garantías para el sector bancario”, sostienen.

“Esas reformas, combinadas con las acciones de hoy, demuestran nuestro compromiso a dar los pasos necesarios para garantizar la seguridad de los ahorros de los depositarios”, agregan.

La preocupación sobre la salud del sistema bancario había comenzado a extenderse después de que la FDIC tomara las riendas del SVB, con sede en Santa Clara (California) y el número 16 de todo Estados Unidos por tamaño. Esa entidad había invertido más del 50% de sus depósitos, que se multiplicaron en volumen a raíz de la pandemia, en bonos de renta fija. Una práctica que otros bancos también habían adoptado, aunque no necesariamente en una proporción tan alta.

La alta inflación, en torno al 8% en 2022, y la respuesta de la Fed elevando los tipos de interés hizo que esa inversión perdiera valor. SVB vendió con pérdidas de 1.800 millones de dólares parte de los títulos que había comprado. Algunos inversores en capital de riesgo empezaron a recomendar la retirada de fondos, lo que desencadenó la avalancha del jueves de clientes que querían sacar su dinero del banco.

La caída del SVB puso de manifiesto el problema de los depósitos no garantizados. La mayor parte de los clientes del banco, los corporativos, no tenían visos de recuperar todo su dinero. La FDIC solo había indicado que los dueños de esos depósitos recibirían un anticipo, una proporción de sus fondos, a lo largo de esta semana. Quedaba implícito que para recuperar el resto tendrían que esperar durante un tiempo indeterminado a que se resolviese la situación del banco, sin que estuviera claro que pudieran ver reintegrado todo su efectivo.

Ello hizo temer a las autoridades que pudiera desatarse un efecto contagio entre otros bancos regionales, cuyos clientes pudiesen reclamar su dinero para llevarlo a entidades más grandes










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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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