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La economía alemana se contrajo más de lo esperado a final de 2022

La oficina estadística rebaja su primera estimación del -0,2% del PIB al -0,4% debido al menor gasto de los consumidores

Elena G. Sevillano
Un carrito de la compra en un pasillo de un supermercado, en Muelheim Ruhr (Alemania).
Un carrito de la compra en un pasillo de un supermercado, en Muelheim Ruhr (Alemania). EFE

La economía alemana se contrajo más de lo esperado inicialmente a finales del año pasado, lo que ha obligado a corregir el dato adelantado. El producto interior bruto (PIB) cayó en el cuarto trimestre un 0,4%, ha anunciado este viernes la Oficina Federal de Estadística (Destatis), que en una primera estimación había calculado una disminución de la producción económica del 0,2%. La caída en el gasto de los consumidores y una menor inversión empresarial explican esta desaceleración, ha señalado la oficina.

Las consecuencias de la guerra en Ucrania, la interrupción de las cadenas de suministro y la alta inflación están golpeando a la primera economía europea, que se encamina a una recesión técnica: las previsiones indican que el PIB también se contraerá en el primer trimestre del año. Según los cálculos del Gobierno federal se tratará de una recesión suave, tras la que, en primavera, la economía alemana volverá a remontar.

La alta inflación en el último trimestre pesó especialmente sobre el consumo, que había remolcado a la economía durante buena parte del año pasado tras acabar las restricciones del coronavirus. Las inversiones en construcción también cayeron, como en los dos trimestres anteriores, así como las de las empresas en equipos como maquinaria y vehículos.

“Es probable que la producción económica en el primer trimestre de 2023 vuelva a ser más baja que en el trimestre anterior”, pronostica el Bundesbank en su último informe mensual, donde añade que ya no se espera que haya escasez de gas y que las ayudas gubernamentales para rebajar el precio de electricidad y gas están mitigando el aumento de los costes energéticos de hogares y empresas.

El Gobierno alemán espera para 2023 un ligero crecimiento del 0,2%, según la previsión que presentó su ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, en enero pasado. Las perspectivas son mucho más optimistas después de que en otoño se asumiera una caída del PIB del 0,4% y una recesión en sentido tradicional, de caída de la producción económica en promedio para el año. “Ahora asumimos que la recesión será más corta y más suave, si es que llega a ocurrir”, aseguró Habeck durante la rueda de prensa de presentación del informe de previsiones. “No hay indicios de una recesión significativa, algo que muchos observadores consideraban inevitable”, añadió.

Varios indicadores adelantados han mejorado recientemente, como el índice de clima empresarial de Ifo, que lleva cinco meses consecutivos subiendo. La confianza de los empresarios alemanes, que este instituto mide cada mes con encuestas, se sitúa en 91,1 puntos frente a los 90,1 de enero. “La economía alemana está saliendo poco a poco de un periodo de debilidad”, concluye Clemens Fuest, presidente de Ifo.

La inflación no da tregua

La inflación por ahora no está dando tregua tras la subida de enero y sigue mermando el poder adquisitivo de los alemanes. El índice de precios al consumo (IPC) alcanzó en enero el 8,7%, según ha comunicado esta semana la Oficina de estadística, arrastrado sobre todo por los costes de la energía y de los alimentos. En diciembre los precios se incrementaron el 8,1%. Sin embargo, el dato de inflación armonizada, el que usa la oficina estadística europea, Eurostat, registró un alivio el mes pasado al situarse en el 9,2% frente al 9,6% de diciembre, lo que lo convierte en el nivel más bajo en cinco meses.

“Después de una desaceleración a finales del año pasado, la tasa de inflación se mantiene en niveles altos”, señaló Ruth Brand, presidenta de Destatis. “Estamos observando aumentos de precios para muchos bienes y, en un grado cada vez mayor, también para los servicios. Los hogares pagaron precios más altos en particular por la energía y los alimentos en enero”, añadió. En las tablas que detallan estos incrementos destacan algunos grupos de alimentos que registran subidas de precio del 35%, sobre todo en productos de primera necesidad como lácteos y huevos, o grasas y aceites.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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