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La cuesta de enero pasa factura al mercado laboral: 71.000 parados más y 215.000 empleos menos

El paro registrado y la afiliación a la Seguridad Social se resienten tras el final de la campaña navideña

Varios trabajadores de construcción en Barcelona, en una imagen de archivo.
Varios trabajadores de construcción en Barcelona, en una imagen de archivo.Massimiliano Minocri
José Luis Aranda

La buena racha que atraviesa el mercado laboral español también tiene límites. Uno de ellos es la estacionalidad, y ahí la regla no escrita señala que al empleo siempre se le atraganta la cuesta de enero. 2023 no ha sido una excepción: el paro registrado aumentó el mes pasado en 70.744 personas, según los datos difundidos este jueves por el Ministerio de Trabajo. Pese al mal dato, la cifra total de desempleados, 2.908.397 personas, logra quedarse por debajo de la barrera psicológica de los tres millones de parados, algo que no sucedía en un arranque de año desde 2008.

El bache también se constata desde el punto de vista del nivel de empleo. La afiliación media en enero, según las cifras difundidas también este jueves por el Ministerio de la Seguridad Social, ha sido de 20,08 millones de trabajadores. Supone una caída de 215.047 afiliados respecto a diciembre. Pero de nuevo, mirando con luces largas, el mercado laboral español arranca el año en mejor posición que nunca: mantiene la marca de más de 20 millones de afiliados, algo que logró por primera vez en la historia el pasado abril y que ha cumplido todos los meses desde entonces.

Los datos difundidos por el Gobierno no cambian sustancialmente el panorama que dejó la última Encuesta de Población Activa (EPA). Esta constató que el mercado laboral acusó en el último trimestre del año pasado la ralentización de la actividad económica. Y el arranque de 2023 abunda en esa percepción de un tiempo cargado de nubarrones, pero donde asoman claros. Trabajo, por ejemplo, destaca que el incremento de parados es inferior a la media histórica para enero (con un promedio de subida de más de 81.000 desempleados). Y si el mes pasado fue peor que el de 2022 —cuando el número de parados subió solo en 17.173 personas, en el segundo mejor enero desde 1997— mejoró el comportamiento del paro de 2021, 2020 y 2019. Por otro lado, desde 2008, cuando había 2,2 millones de desempleados, no se vivía un primer mes de año con menos paro registrado.

Desde el punto de vista de afiliación a la Seguridad Social, la situación es parecida. El descenso de más de 215.000 afiliados no es un buen dato en términos históricos. Si se mira a los 10 ejercicios anteriores, en tres de ellos se destruyó más empleo en enero y en los otros siete se destruyó menos. Lo que no varía es que enero siempre arranca con menos empleo que diciembre, algo que, según recuerda el ministerio encabezado por José Luis Escrivá, se debe “al final de la campaña de navidad”. Pero a la vez, el Ejecutivo insiste en el aumento de afiliación en términos desestacionalizados (el dato que siempre destaca Seguridad Social), con 57.726 personas más. Y, se mire como se mire, los más de 20 millones de afiliados significan que nunca España había tenido tanta gente trabajando en enero.

Los datos de empleo de este jueves, malos sin ser catastróficos y mejores en algunos aspectos que los de otros eneros, expresan el momento de incertidumbre que atraviesa el mercado laboral español y, en realidad, toda la economía. Si el año pasado España creó empleo mientras el PIB aumentaba un 5,5%, más de lo esperado, para 2023 todos los vaticinios apuntan a que ese crecimiento quedará segado. La duda es cuánto y de qué manera afectará al mercado laboral, sobre el que desde hace un año influye la reforma laboral que aprobó el Ejecutivo y que ha cambiado algunos paradigmas.

Más contratación indefinida

Uno de ellos es el de la contratación indefinida. Un 44% de los 1,2 millones de contratos que se firmaron en enero entraron en esa categoría, lo que supera con mucho el 15% del primer mes de 2022, cuando se estrenó la reforma laboral (aunque esta no desplegó plenamente sus efectos hasta el pasado marzo) y que ya entonces parecía un hito (hasta ese mes, ni se alcanzaba el 10%). Según los registros de la Seguridad Social, ya solo un 15% del total de afiliados tienen un contrato temporal, el mínimo histórico y la mitad de la temporalidad media que había antes de la reforma laboral. Entre los menores de 30 años, esa tasa ha retrocedido del 53% al 23% tras el cambio de normas laborales.

Sobre esos datos ha incidido la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien ha subrayado que “la contratación indefinida comienza a ser la norma” y ha destacado el menor aumento de paro que en la media histórica de enero para asegurar que “el mercado laboral es ahora más robusto y resiste mejor en momentos de crisis”. “Aún queda mucho por hacer: seguiremos trabajando para mejorar la vida de las personas que hay detrás de las cifras de paro, ofreciendo nuevas oportunidades y consolidando la contratación indefinida”, ha añadido la ministra en un mensaje en Twitter. En la misma red social, Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP, ha puesto el acento sobre el hecho de que “se superan de nuevo los 2,9 millones de desempleados”, algo que ha vinculado con “la improvisación de este Gobierno”. “Los españoles seguimos sin conocer la cifra real de fijos discontinuos”, ha agregado Bravo en alusión a un aspecto que la oposición repite para deslucir los efectos de la reforma laboral.

Más mujeres paradas

Y eso que enero no ha sido un buen mes para los jóvenes desde el punto de vista del paro. Los desempleados menores de 25 años crecieron en 7.753 personas, según el Ministerio de Trabajo. Tampoco ha sido propicio para las mujeres: de las más de 70.000 personas que engrosaron las listas del paro, 49.937 fueron mujeres, que siguen sufriendo un mayor desempleo (1,7 millones de paradas), que los hombres (1,2 millones). En afiliación, ellas son menos (9,44 millones) que ellos (10,64 millones). Pese a ello, el número de paradas es el más bajo para un mes de enero desde 2009 y la cifra de afiliación es la más alta de la historia en un arranque de año.

Por sectores, la subida del paro registrado se debió fundamentalmente a los servicios (70.759 desempleados más), aunque la agricultura y el colectivo de personas sin empleo anterior también registraron leves repuntes en el número de desempleados. La construcción y la industria, por el contrario, vieron caer sus registros de parados de manera discreta. Y por comunidades, solo Baleares logró tener menos parados que en diciembre y lo hizo por la mínima: 297 personas salieron de las listas del paro. En todas las demás se produjeron incrementos en enero, con Andalucía (21.048 parados más), Madrid (11.140), Comunidad Valenciana (6.776) y Cataluña (5.306) a la cabeza.

Los datos de enero han sorprendido a algunos analistas. BBVA Research, el servicio de estudios del banco, ha reconocido que el aumento del paro registrado en casi 71.000 personas ha sido superior al que pronosticaban (40.600 personas). Sin embargo, sus economistas destacan que en términos desestacionalizados la afiliación sube y el paro solo aumentaría en 6.000 personas, por lo que califican el mes como un “arranque de año positivo para el empleo”. Para el servicio de estudios de Randstad “enero nunca es fuente de buenas noticias” y por eso sus analistas consideran que el mes pasado “no desentona” con lo habitual. “Una serie de sectores registraron pérdidas muy significativas de afiliación, encabezados por los dos que más suelen repuntar en la campaña de Navidad, como son Comercio y Hostelería”, añaden sus analistas en otra nota enviada a los medios. Javier Blasco, director del centro de estudios y divulgación de The Adecco Group, insiste en el comportamiento normal del mercado laboral español y vaticina que “en febrero, tanto la afiliación como el paro tienden a subir, ambos con relación al mes anterior”.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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