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El plan para demostrar que hay vida después del carbón en Andorra (Teruel)

Endesa invertirá 1.500 millones en siete proyectos renovables con una potencia de 1.843,6 megavatios en el primer concurso de transición justa de España

Antigua central de Andorra (Teruel), de Endesa.
Antigua central de Andorra (Teruel), de Endesa.Efe
Pierre Lomba

Una enorme torre y una estructura a medio desmantelar son todo lo que queda de la central térmica de Andorra (Teruel). Desde los años ochenta y hasta su cierre en 2020, en esta planta se producía energía a partir del carbón que se sacaba, entre otras, de las minas de la zona. Poco más permanece de una industria que llegó a concentrar el 40% del PIB de Teruel, y en cuyo cementerio de cenizas montan ahora varios operarios una planta de energía fotovoltaica. El terreno de esta antigua central, y varias zonas cercanas, son objeto del primer plan de transición justa en España, que ha sido presentado este jueves por su adjudicataria, la filial renovable de Endesa, Enel Green Power. El proyecto, en el que Endesa invertirá 1.500 millones de euros, busca crear hasta 500 empleos fijos en cinco años y demostrar que hay una vida después del carbón.

Con este plan, Andorra pasará de producir energía con carbón a generar energía limpia con una potencia instalada de 1.843,6 megavatios, gracias a siete proyectos renovables hibridados: dos de almacenamiento con baterías, un proyecto de hidrógeno verde y un compensador síncrono, que permite controlar los excesos o deficiencias de generación de las renovables. Las nuevas plantas se ubicarán en Albalate del Arzobispo, Híjar, Samper de Calanda, Castelnou, Andorra, Calanda ―lugar de nacimiento del cineasta Luis Buñuel―, Alcañiz, La Puebla de Híjar, Jatiel y Alcorisa. Para desarrollarlo, fuentes de la empresa afirman que acudirán a las subvenciones públicas correspondientes, incluidos los fondos europeos, pero no especifican las cuantías a las que pretenden optar.

Los concursos de transición justa permiten a las empresas que optan a ellos acceder a la capacidad de acceso a la red eléctrica liberada tras el cierre de las centrales térmicas o nucleares. Para ganarlos, las compañías no solo deben desarrollar un plan de energías renovables, sino también respaldarlo con proyectos de beneficio social y medioambiental para las zonas afectadas por los cierres. Si no los cumplen, pierden el acceso a la red. Para ello, Endesa ha desarrollado, junto a varias empresas locales y regionales, proyectos que buscan dar apoyo a todos los sectores, como la apicultura o el turismo. Con ellos, apuntan desde la empresa, pretenden generar más de 6.300 empleos en total. “Todo aquel que quiera trabajo lo va a encontrar”, defiende la directora general de Sostenibilidad de la compañía, María Malaxechevarría.

Uno de estos proyectos de apoyo al sector primario es permitir a los pastores de la zona que las ovejas ayuden en el desbroce natural del terreno. Algunos de estos ganaderos, naturales todos de la comarca, ven con cautela el proyecto. “De primeras, vamos a perder terreno de pasto”, apunta uno de ellos. Hijo y nieto de ganaderos, este pastor de ovejas, que prefiere no dar su nombre, valora el esfuerzo de la compañía por el pueblo, pero tiene dudas sobre cómo va a afectar a su actividad. Para ir a la presentación ha tenido que dar de comer antes sus ovejas y, cuando acaba de atender a los medios que le hacen preguntas junto a las placas solares, se va, porque tiene que ocuparse del ganado.

El ganado de este pastor se mueve, como es costumbre en esta zona, entre olivos. Filas de estos árboles centenarios rodean los campos eólicos y plantas fotovoltaicas que contrastan con las ruinas de construcciones de piedra que se encuentran a escasos metros. Como muchas de estas casas, los árboles también han sido abandonados. Para retomar la actividad de producción de aceite, la iniciativa Apadrina un Olivo impulsa un proyecto de mecenazgo en la zona, por el que donantes apadrinan un olivo y financian su explotación. Endesa colaborará para la recuperación de 50.000 olivos abandonados en las cuencas mineras y la elaboración de conservas de productos de la huerta con el aceite elaborado al estilo tradicional.

España vaciada

En la última década, Andorra ha perdido el 12% de su población. Ha pasado de 8.324 empadronados en 2011 a 7.327 según el último censo. Es una tendencia difícil de parar: la provincia de Teruel ha perdido en un siglo la mitad de sus habitantes y es un ejemplo de lo que se entiende como la España Vaciada. Uno de los requisitos del concurso es fomentar el empleo local. Para ello, el proyecto prevé un plan de formación planteado para más de 5.000 beneficiarios y que pretende favorecer a los colectivos más vulnerables en entornos rurales como son los jóvenes, mujeres y desempleados. Según los últimos datos del SEPE, en Andorra hay 303 parados. Dos tercios son mujeres.

Faustino Ciércoles es uno de los que se ha ido en estos años. Antiguo empleado de la central, cuando cerró fue trasladado por Endesa a Cataluña. Como a él, la compañía reubicó a los trabajadores menores de 55 años en otros proyectos, en Cataluña o Zaragoza, entre otros. Para Ciércoles, el nuevo plan es un “rayo de esperanza” para un pueblo que ha perdido el esplendor de cuando la central funcionaba a pleno rendimiento y atraía trabajadores de todas partes de España.

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Sobre la firma

Pierre Lomba
Redactor de la sección de Economía. Graduado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y la Sorbona de París. Después de ejercer la abogacía, realizó el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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